Narra Ayelén
Al día siguiente de mi emocionante noche en el Café Soledad, me levanté con una mezcla de nervios y entusiasmo. Aunque ya llevaba algunos días en el instituto, todavía me sentía como la "nueva" y estaba ansiosa por hacer nuevos amigos.
Después de arreglarme y desayunar, me dirigí al instituto con la esperanza de que este día fuera especial. Mientras caminaba por los pasillos, noté a un chico y una chica que parecían estar perdidos. Decidí acercarme y ofrecerles mi ayuda.
- Hola, ¿necesitan ayuda para encontrar alguna clase o algo así? - pregunté con una sonrisa amigable.
Ambos me miraron con expresiones de alivio y asintieron.
- Sí, estamos un poco perdidos. Somos nuevos aquí - dijo el chico.
- ¡Oh, genial! Yo también soy nueva. Mi nombre es Ayelén, ¿cómo se llaman ustedes? - respondí.
La chica sonrió y dijo:
- Soy Sofía, y este es mi hermano Lucas.
Nos presentamos formalmente y comenzamos a conversar mientras caminábamos por los pasillos en busca de sus clases. Resultó que Lucas y Sofía se habían mudado recientemente a la ciudad y estaban emocionados pero un poco abrumados por el nuevo entorno.
Durante nuestro recorrido, compartimos nuestras historias y descubrimos que teníamos muchos intereses en común. Sofía era una apasionada de la música y Lucas era un fanático de los deportes, al igual que yo. Nos reímos y compartimos anécdotas mientras nos ayudábamos mutuamente a encontrar nuestras aulas.
Después de las clases, decidimos explorar el instituto juntos. Recorrimos los jardines y descubrimos rincones secretos que parecían sacados de una película. Nos reímos, tomamos fotos y disfrutamos de la compañía del otro.
Poco a poco, nuestra amistad se fue fortaleciendo. Comenzamos a almorzar juntos en el patio y a pasar tiempo después de las clases. Descubrimos que teníamos gustos similares en películas y series, y comenzamos a planear maratones de fin de semana.
Un día, Sofía nos invitó a su casa para enseñarnos a tocar la guitarra. Pasamos horas riendo y aprendiendo acordes básicos. Lucas resultó ser un talentoso cantante y juntos formamos un pequeño grupo musical improvisado.
A medida que pasaba el tiempo, nuestra amistad se volvió inseparable. Nos apoyábamos mutuamente en los momentos difíciles y celebrábamos juntos los logros y éxitos. Nos convertimos en un equipo, enfrentando los desafíos del instituto juntos y creando recuerdos inolvidables.
Mientras caminaba a casa después de otro día emocionante con Sofía y Lucas, me sentí profundamente agradecida por haberlos conocido. Habían traído tanta alegría y compañerismo a mi vida, y no podía imaginar mi experiencia en el instituto sin ellos.
Sabía que nuestra amistad duraría mucho tiempo y que enfrentaríamos muchas aventuras juntos. Estaba emocionada por el futuro y por todo lo que aún nos esperaba. Con Sofía y Lucas a mi lado, sabía que nunca estaría sola y que siempre tendría amigos en quienes confiar.
La vida nos había unido de una manera hermosa y mágica, y no podía esperar para ver qué más nos deparaba el destino.