Narra Ayelén
Era sábado por la mañana y me desperté temprano, todavía extasiada por esa mágica semana de citas con Tomás. Aunque estaba un poco triste porque hoy no iba a poder verlo.
Tomás me había dicho que tenía trabajo atrasado debido a que pasamos toda la semana juntos. Mientras preparaba el desayuno, sentí la necesidad de cantar "I Will Always Love You" de Whitney Houston. Estaba tan emocionada que no me di cuenta de que estaba cantando a todo pulmón.
Con los ojos cerrados, giraba y cantaba sin preocuparme de nada más. Pero de repente, cuando abrí los ojos, me di cuenta de que mi papá se había despertado y estaba parado detrás de mí, mirándome con asombro.
Subí el volumen de mi voz y me puse aún más emocionada mientras seguía cantando. Mi papá no podía contener la risa y finalmente se unió a mí en una improvisada serenata matutina.
Fue un momento divertido y especial, en el que pude compartir mi alegría y entusiasmo con mi papá. Juntos, continuamos cantando y bailando al ritmo de la canción, creando recuerdos que atesoraríamos para siempre.
"And I will always love you
I will always love you
You, my darling, you, hmm"
La melodía y las letras de la canción resonaban en mi corazón, recordándome el amor y la conexión que sentía por Tomás. Aunque no pudiera verlo ese día, sabía que nuestro amor era fuerte y que siempre estaríamos unidos, incluso en la distancia.
Continuamos cantando y riendo juntos, flotando en las nubes de la felicidad y la alegría. Ese momento improvisado con mi papá me recordó que el amor y la música tienen el poder de unirnos y hacernos sentir vivos.
Con una sonrisa en el rostro, agradecí por ese instante mágico y prometí seguir disfrutando de cada momento, incluso cuando Tomás y yo estuviéramos separados físicamente. Nuestro amor seguiría siendo una melodía constante en nuestras vidas, recordándonos siempre el amor y la felicidad que compartimos juntos.
Narra Ayelen
- ¡Ayelén, tienes una voz increíble! ¿De dónde viene tanta alegría esta mañana? - Dijo mirandome cantar alegremente
- ¡Hola, papá! Estoy tan emocionada por la semana que he tenido. Ha sido mágica y llena de momentos especiales. - Dije sonriendo
- Me alegra escuchar eso, cariño. Pero déjame preguntarte algo, ¿estás enamorada? - Pregunto
- Sí, papá, estoy enamorada. Es una sensación maravillosa. - Dije sonrrojandome ligeramente
- ¿Y puedo saber de quién estás enamorada? - Pregunto mi papá curioso
- Papá, me gustaría mantenerlo en secreto por ahora. Es alguien muy especial para mí, pero por diferentes circunstancias, preferiría no revelar su identidad por el momento. - Dije con ternura
- Entiendo, Ayelén. Respetaré tu decisión y estaré aquí para apoyarte en todo momento. Solo quiero verte feliz. - Dijo mi papá asintiendo comprensivamente
- Gracias, papá. Tu apoyo significa mucho para mí. Solo quiero que sepas que este amor me hace sentir completa y feliz. - Dije agradecida
- Eso es lo más importante, cariño. Mientras te haga feliz y te haga crecer como persona, siempre estaré aquí para ti. - Dijo mi papá
- Gracias, papá. Eres el mejor. Prometo que, cuando sea el momento adecuado, te contaré más sobre esta persona especial en mi vida. - Dije abrazando a mi papá
- Estaré esperando ese momento, Ayelén. Mientras tanto, disfruta de esta etapa de tu vida y sigue persiguiendo tus sueños. - Dijo mi papá
- Lo haré, papá. Te quiero mucho. - Dije Sonriendo
- Y yo a ti, mi querida Ayelén. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase. - Dijo mi papá
Después, mi papá y yo nos sentamos a desayunar juntos, compartiendo risas y conversaciones animadas. Preparamos una deliciosa comida, llena de alimentos que nos encantan. Mientras disfrutábamos de nuestro desayuno, mi papá me hizo preguntas sobre mis planes para el día y me animó a seguir persiguiendo mis sueños.
Entre bocado y bocado, recordamos momentos especiales de mi infancia y compartimos anécdotas divertidas. La atmósfera era cálida y acogedora, llena de amor y complicidad. Apreciamos el tiempo que teníamos juntos y nos prometimos seguir creando recuerdos inolvidables.
Después de terminar nuestro desayuno, nos levantamos de la mesa y nos dimos un abrazo afectuoso. Agradecí a mi papá por su apoyo incondicional y le recordé lo afortunada que me sentía de tenerlo como padre. Juntos, nos dispusimos a disfrutar del resto del día, llenos de energía y entusiasmo.
El momento del desayuno con mi papá fue más que una simple comida; fue un momento de conexión y amor. Me recordó la importancia de valorar los momentos compartidos con nuestros seres queridos y de apreciar el amor y el apoyo que nos brindan. Con una sonrisa en mi rostro, me sentí lista para enfrentar cualquier desafío que el día me trajera, sabiendo que tenía a mi papá a mi lado.
Narra Tomás
Estoy en mi departamento, solo en medio de la tranquilidad que me brinda este espacio. Mientras me preparo una taza de café, mi mente se llena de pensamientos sobre Ayelén. Cada momento que pasamos juntos esta semana ha sido mágico, pero hoy no puedo evitar sentir un poco de tristeza al no poder verla.
Me siento a tomar mi café y mi mente comienza a divagar. Recuerdo su risa contagiosa, su mirada llena de alegría y la forma en que su voz llena la habitación cuando canta. Cierro los ojos por un momento y puedo escuchar su dulce voz resonando en mis oídos.
Pero también sé que tengo trabajo atrasado por haberme dejado llevar por la emoción de pasar tiempo con Ayelén. Aunque me encantaría estar con ella en este momento, sé que es importante cumplir con mis responsabilidades. Me esfuerzo por concentrarme en las tareas que tengo pendientes, pero mi mente sigue regresando a los momentos que compartimos.