El Profesor y La Alumna

Capítulo 16: Sanando Heridas del Pasado

Narra Ayelén

 

Después de una semana llena de reflexiones y crecimiento personal, mi padre decidió sentarse conmigo para hablar sobre algo importante. Aunque vivimos juntos, esta conversación era diferente, ya que involucraba un tema delicado.

 

Mi padre me miró con ternura y comenzó a hablar:

 

- Ayelén, quiero compartir algo contigo. He conocido a alguien especial y estamos saliendo juntos.

 

Sus palabras resonaron en mi corazón, y aunque estaba feliz de que mi padre encontrara la felicidad, también me sentí confundida y abrumada.

 

Me tomó un momento procesar la noticia. Aunque mi padre siempre me había dicho que nunca olvidaría a mi madre, el hecho de que estuviera saliendo con alguien nuevo me hizo cuestionar si eso cambiaría nuestra relación.

 

Con lágrimas en los ojos, le pregunté:

 

- Papá, ¿qué significa esto para nosotros? ¿Significa que olvidarás a mamá?. - Mi voz temblaba mientras esperaba su respuesta.

 

Mi padre se acercó y me abrazó con ternura.

 

- Ayelén, nunca olvidaré a tu madre. Ella siempre será parte de nuestras vidas y de nuestro amor. Esta persona que he conocido no reemplaza a tu madre, sino que trae una nueva forma de felicidad a nuestras vidas.

 

Sus palabras me reconfortaron y aliviaron mis preocupaciones. Comprendí que el amor no es limitado y que mi padre tenía espacio en su corazón para amar a otra persona sin que eso afectara nuestro vínculo.

 

Tomándome de las manos, mi padre continuó:

 

- Eres mi hija y siempre lo serás. Nuestro amor es incondicional y nada cambiará eso. Esta nueva persona en mi vida no reemplaza a tu madre, pero espero que puedas abrir tu corazón y darle una oportunidad.

 

Me tomó un momento procesar sus palabras, pero finalmente entendí que el amor no es una competencia y que había suficiente espacio en mi corazón para amar y aceptar a esta nueva persona en la vida de mi padre.

 

Con una sonrisa, le dije:

 

- Papá, te amo y solo quiero verte feliz. Aunque me llevará tiempo acostumbrarme a esta nueva situación, estoy dispuesta a darle una oportunidad a esta persona especial en tu vida

 

Mi padre me abrazó con cariño y me agradeció por mi comprensión. Nos prometimos mutuamente que siempre estaríamos ahí el uno para el otro y que juntos superaríamos cualquier obstáculo.

 

Ese día, mientras reflexionaba sobre nuestra conversación, comprendí que el amor no tiene límites y que el hecho de que mi padre tenga una novia no significa que olvide a mi madre. Aprendí a sanar las heridas del pasado y a abrir mi corazón a nuevas experiencias y personas en mi vida. Juntos, mi padre y yo comenzamos un nuevo capítulo lleno de amor, comprensión y crecimiento.

 

Narra Tomás

 

Estaba en mi departamento, sumido en mis pensamientos, cuando escuché un suave golpe en la puerta. Me levanté y fui a abrir, sin saber quién podría ser a esta hora de la noche. Para mi sorpresa, allí estaba Ayelén, con los ojos llenos de lágrimas y una expresión de tristeza en su rostro. Sin pensarlo dos veces, la abracé con fuerza, sintiendo su cuerpo temblar en mis brazos.

 

- Ayelén, ¿qué sucede?, -  pregunté con preocupación. La sostuve mientras ella sollozaba, dejando que sus emociones fluyeran libremente. No había necesidad de palabras en ese momento, solo el consuelo y la presencia mutua.

 

Después de unos minutos, Ayelén se separó de nuestro abrazo y se sentó en el sofá, secándose las lágrimas con el dorso de la mano. Me senté a su lado, esperando pacientemente a que ella estuviera lista para hablar.

 

- Tomás, mi padre... mi padre me dijo que está saliendo con alguien, dijo Ayelén con voz entrecortada. - No sé cómo sentirme al respecto. Me siento confundida, triste y asustada de que esto signifique que mi madre será olvidada.

 

La miré con comprensión, recordando mi propia experiencia de perder a un ser querido. Tomé su mano suavemente y le dije:

 

- Ayelén, entiendo tus sentimientos y tus miedos. Pero quiero que sepas que el amor que tu padre tenía por tu madre nunca desaparecerá. Esta nueva relación no reemplaza a tu madre, sino que simplemente significa que tu padre está encontrando una nueva forma de seguir adelante y encontrar la felicidad.

 

Ayelén asintió lentamente, procesando mis palabras.

 

- Pero, Tomás, ¿cómo puedo aceptar a esta nueva persona en la vida de mi padre? Siempre hemos sido solo él y yo, y ahora temo que todo cambie y que nuestro vínculo se debilite.

 

Le sonreí con ternura y le respondí:

 

- Ayelén, el amor no es limitado. Tu padre siempre será tu padre y tú siempre serás su hija. Esta nueva persona en su vida no cambiará eso. En lugar de verlo como una amenaza, intenta verlo como una oportunidad para que tu padre encuentre la felicidad que se merece.

 

Ayelén asintió nuevamente, esta vez con una pequeña sonrisa en su rostro.

 

- Gracias, Tomás. Siempre sabes qué decir para reconfortarme.

 

Le apreté la mano con cariño y le dije:

 

- Estoy aquí para ti, Ayelén. Siempre estaré aquí para escucharte y apoyarte en cualquier momento que lo necesites.

 

Pasamos el resto de la noche hablando sobre sus sentimientos y preocupaciones. Le recordé que el amor no desaparece, sino que se expande para incluir a nuevas personas en nuestras vidas. Ayelén parecía más tranquila y dispuesta a darle una oportunidad a esta nueva relación en la vida de su padre.

 

Ese día, mientras reflexionaba sobre nuestra conversación, me sentí agradecido de poder ser un apoyo para Ayelén en este momento de su vida. Sabía que el camino hacia la sanación no sería fácil, pero juntos, Ayelén y yo estábamos listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara y encontrar la paz en medio de los cambios.




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