Capítulo 27

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—Te van a descubrir. —puedo verla avanzar por las escaleras oscuras entre las habitaciones.

—Estoy siendo cuidadosa, ¿ahora te preocupas por mí? —se rie de forma cínica.

Somos una sola después de todo, y no es que me preocupe, a odio, pero me preocupo por mí.

—Si te descubren volverán a azotarnos, a ambas. —le recuerdo, aunque sé que esta vez será a ella a quien le dolerán las cicatrices.

—Estoy borrando sus mentes cada vez que lo hago, los muerdo en lugares no visibles, me aseguro que les quede sangre suficiente para reponerse ¿No te parece suficientemente cuidadoso?

Me parece lo suficientemente asqueroso.

—Ellos se dan cuenta, los he oído hablar entre ellos, pero no quieren decirle a nadie. 

—También los he oído hablar, oigo lo mismo que tú tonta.

—Entonces sabes que estamos en peligro.

—No me importa, pronto saldremos de aquí. 

— ¿De qué hablas? —puedo pensar lo que piensa. — ¿Estás planeando usar a James para salir de aquí? ¡No te permitiré eso!

— ¿Qué pasa? Igual no puedes controlarme ni dentro ni fuera de este lugar, y en dos días tú cuerpo será mío.

— ¡No lo permitiré!

—Querida Amy, tú ya no tienes el control.

(…)

Ann y yo desayunamos en el lobby, todavía estoy procesando el cúmulo de información que recibí anoche. ¿Por qué no puedo ser un médico normal? Los médicos normales no se enamoran de sus pacientes, y menos de vampiros. Soy un lío, ahora no sé qué sentir por ella ¿me estará utilizando en verdad? No, Ann dijo que el reformatorio tiene un embrujo que reprime su parte vampírica, o sea que a quien quieres es a la adolescente humana asocial y rara. ¿Ella me querrá realmente? ¿Qué significa para ti que sea un vampiro?

— ¿Estás bien? —Ann me saca de mis pensamientos.

—Solo procesando información.

—Te entiendo, pero debes reponerte, estarás en tu primera ceremonia de eliminación y debo decirte que es algo impactante de ver.

— ¿Qué pasará dentro de dos noches?

—Los chicos que van a cumplir sus dieciocho años van a ser liberados. 

— ¿Qué les pasa? ¿O prefieres volver a llevarme a ciegas? 

—Siento lo que hice, pero temía que si te explicaba no ibas a creerme o podías negarte.

—Está bien, lo entiendo.

—Los chicos se amarran con cadenas de platas, un brujo hace el ritual, el vampiro empieza a intentar a enlazar su cuerpo humano, sus ojos se vuelven rojos y al alma vampírica sentir la plata intenta luchar contra ella, el cuerpo humano se retuerce. Es el momento más importante, el conjuro se vuelve más fuerte y es el momento, o se separan o se completa la transformación. Si se separan un humo negro con una forma semi corpórea salta dentro de un recipiente que luego es destruido con magia, sino lo hace —sus ojos se vuelven lastimosos y veo la saliva bajar en un nudo por su garganta —Se atraviesa su corazón con la espada. 

—Siguen siendo chicos, adolescentes.

—No podemos dejar que los vampiros ganen.

— ¿Por qué nunca he visto los padres de los chicos visitarlos?

—Está prohibido, reforzar ese vínculo puede traer problemas a la hora de aceptar su destino. Al principio se dieron incidentes de padres que intentaron sacarlos del reformatorio, por eso hay vampiros libres.

— ¿Pero esta vez es especial?

—Killizabeth, la reina debe despertar de su hibernación. Es peligrosa, es poderosísima. El ritual se ha hecho varias veces sin éxito, pero esta vez debe ser la definitiva.

— ¿Por qué?

—No puedo contarte, no puedo decirte porque la conoces.

— ¿Es Amy verdad? ¿Por eso me quieres lejos de ella?

—Sé que ella te está manipulando, lo he visto — ¿nos ha visto? —No puedes creerle James, ha engañado a muchos.

— ¿Por qué lo dices?

—La maldad en ella es diferente a la de los otros, el hechizo del reformatorio apenas puede contenerla. No puedes confiar en ella.

En realidad no sé que pensar, creer en Ann o creer en lo que siento.

 — ¿Yo fui uno de esos niños verdad? ¿Por qué no lo recuerdo?

—Porque tu madre hizo algo diferente, tenía miedo a que no resistieses el trance, además de que no quería que crecieses así, como el resto. Ella se brindó de recipiente.

—Pero ella tenía la marca —analizo — ¿No se supone que no podría ser usada?

—Su marca fue trasladada, a tu padre, y el ocupo su lugar en nuestras filas.

—Entonces mi padre solo quiso protegerme todo el tiempo de esto, de este mundo, quería que tuviese una vida normal.

—Por eso no quiere que estés conmigo, ni quería dejarte reclamar tu legado. Esta es una vida muy peligrosa James, soy una egoísta por meterte en ella solo por querer estar contigo.

Tomo su mano.

—Yo quería saber, merecía la verdad, y te agradezco dármela.

Si es cierto lo que dice, si la oscuridad sigue dentro de Amy y lo único que la protegen son las paredes del reformatorio, ¿ya no podré sacarla? Tengo que hacerlo, tengo que llevarla al lugar donde pueden ayudarla.  

“Necesito que nos veamos” —deposito en el telegrama que espero que llegue de forma rápida a su remitente. 

(…)

—No los mires así , no tienen la culpa de temernos.

—Si supiesen a quien se dirigen con sus insolentes miradas estuviesen arrodillados besándome los pies, pero ya llegará el momento de reclamar mi lugar.

—Solo nos odian porque nos temen.

—Deberían venerarnos.

Ella se levanta y se acerca al grupo, ellos la miran de arriba abajo con miedo, molestos por su intromisión, siento como mis labios sonríen de forma maquiavélica, puedo oir sus pulsos, se que es lo que más le interesa.

— ¿Tienen algo que decir? —Por favor detente.

—No hablamos con chupasangres como tú.

— ¿Cómo dices? —ella lo levanta por el cuello de la camisa — ¿Me acusas sin pruebas?

Todos nos miran, por favor, bájalo.