El puente de las memorias

Capítulo 6 Algo que me roban

Soñé otra vez.

Pero esta vez no era como antes.

No estabas tú.

Estaba yo… en un lugar que no debería conocer.

Y aún así, lo sentía mío.

Era una casa vieja, de piedra gris y ventanas alargadas.

Los pasillos estaban llenos de libros y velas que no

parpadeaban.

Oía voces. No las entendía, pero cada palabra me dolía.

Una mujer cantaba.

Una puerta se cerraba.

Y yo… yo corría.

Corría por ese lugar como si me estuvieran arrebatando

algo.

Como si supiera que si me quedaba dormida un segundo

más, me lo quitarían todo.

Desperté jadeando.

Mi pecho subía y bajaba como si hubiera huido en la

realidad también.

Mis manos temblaban.

Y tenía lágrimas en los ojos.

No entendía por qué, pero me sentía…

vacía. Rota.

Como si una parte de mí hubiera sido arrancada en ese

sueño.

Como si alguien hubiera cerrado con llave un cuarto

entero dentro de mí.

No era una pesadilla.

Era un robo.

No desayuné.

No saludé a nadie.

Salí de casa como quien busca a un médico cuando no

puede respirar.

Y fui a la biblioteca.

Subí las escaleras con la urgencia de quien ya no soporta

el peso de lo desconocido.

Kael estaba ahí.

De pie, entre los estantes.

Parecía estar esperándome.

Aunque no me miraba.

Me acerqué sin dudarlo.

Mi voz salió más fuerte de lo que imaginé.

—Necesito saber más.

Él levantó la mirada.

Sus ojos no parecían viejos.

Parecían… antiguos.

—¿Más de qué? —preguntó, con suavidad.

—De los sueños. De lo que significan. De por qué duelen

tanto.

—Duelen… —repitió, como quien recuerda un idioma

olvidado—.

Entonces ya no estás dormida.

Fruncí el ceño.

—¿Qué quiere decir eso?

Kael cerró el libro que sostenía.

Lo dejó sobre un estante y me observó como si buscara

algo en mí.

—Cuando el alma empieza a despertar, el cuerpo sufre.

No por lo que le falta, sino por lo que ya no puede ignorar.

Quise responder.

Pedir claridad.

Pero él ya se había alejado, desvaneciéndose entre los

estantes como una sombra que nunca estuvo.

Quedé sola.

Otra vez.

Pero esta vez… con una certeza dolorosa en el pecho:

alguien, en algún lugar, me está esperando.

Y alguien más… está tratando de evitar que lo recuerde.

Carta 6: “Me están alejando de ti”

A ti, el que aún no aparece…

Esta noche soñé con un lugar que me pertenecía, aunque

no lo reconocía.

Corría como si algo dentro de mí supiera que estaban

cerrando una puerta.

No estabas.

Pero sentí tu ausencia como si gritaras detrás de una

pared.

Desperté con un dolor que no puedo explicar.

Como si me arrancaran algo que nunca tuve… pero

siempre fue mío.

Fui a buscar respuestas.

Y un hombre me dijo que ya no estoy dormida.

¿Eso significa que tú también estás despierto?

¿Que estamos recordando juntos?

Si es así… por favor, resiste.

Yo también estoy luchando con esta tristeza que no tiene

forma ni nombre.

Y aún así, cada día te siento más cerca.

Etha




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.