Capítulo 6
Estoy apreciando el cuadro que me regaló Gemma hace poco y hoy lo traje a casa. Tuve que clavar un clavo para poder ponerlo justo al frente de mi cama.
Mi conciencia empieza a recordar lo que debo hacer mañana.
Asistir al peligro o llevarte la soga al cuello.
Toco el cuadro de Gemma apreciando cada detalle de esta Bola de disco. Mientras mi corazón empieza a latir aceleradamente.
Me muestro contento por la oportunidad de hacer lo que hago pero en realidad no se lo que pasará. ¿Y si les tomo las fotos y luego me mata?
Comienzo a sudar y me siento en mi cama con mis manos apretando mis rodillas. Siento la ansiedad y el miedo por mis venas. Esta sensación no se la recomiendo a nadie. No le digo a nadie porque me expondría aún más.
-Debo hacerlo, si lo hago bien nada pasará.- Me digo a mí mismo en voz baja.
La ventana se abre por la brisa fresca de la noche.La luna está llena y la miro directamente para poder relajarme.
No debo demostrar miedo, esto es parte del camino áspero y largo. Solo debo aprovechar esta oportunidad.
Me lanzo en mi cama y me arropo con mi cobija favorita.Mientras veo el desastre de mi habitación pero no le doy importancia, estoy enfocado en mi. Cierro mis ojos.
—
Me levanto por cuenta propia con más lagañas en los ojos de lo común. Veo mi celular y son las cinco de la mañana.
Voy al baño a cepillarme los dientes y tomo una ducha rápida.
Me llevaré una camisa negra, mono deportivo negro y zapatos blancos. Ojalá no se ensucien. Procedo a mirarme en el espejo y me queda bien. La camisa me queda apretada ya que he engordado un poco y estos zapatos me hacen ver más alto.
Bajo a la cocina y veo una jarra con café de ayer. No me gusta el café recalentado y procedo a echarlo por el fregadero.
Tomo un termo con hielo , agua y café para hacerle un espresso y leche batida por encima. Necesito energías porque es algo que me hace falta.
Tomo el celular y le mando mi ubicación en tiempo real a Juan.-Si no te escribo en todo un día búscame acompañado a donde estoy.- Le escribo.
Se que se va a alarmar pero debo ser precavido, aunque sea que consigan mi cadaver junto a mi cámara.
ya son las siete de la mañana y salgo de casa. Le dije a mamá que iba a casa de connie, espero ella me cubra.
Voy en el autobús. Me muestro tranquilo y relajado. Pero por dentro hay un miedo que me hace sentir electricidad por todo mi cuerpo. Mis respiraciones son agitadas mientras mi mente piensa de más.
He tenido el pensamiento de no ir ,Incluso es mi primera opción pero ese señor sabía mi nombre ¿Me conoce de algún lado? si sabe mi nombre debe saber dónde vivo...Y si no voy me asesinarán junto a mi familia en mi propia casa.
Además, Hasta hoy tengo oportunidad de pagar la admisión en la academia,si no lo hago hoy tendré que esperar un año y eso no quiero.
Veo el lugar de la dirección que me entregó. Es un terreno limpio y grande con árboles a su alrededor. No veo a nadie ni una casa o edificio cerca.
Empiezo alarmarme apenas llego , mis piernas comienzan a sentirse pesadas mientras volteo a ver a todos lados.
Me asusto y siento que se me sale el corazón cuando una camioneta negra llega a una velocidad impresionante y el sonido de su motor es descomunal.
Frena junto al frente de mi. No puedo ver quien ni qué está dentro porque sus vidrios están polarizados.
Trago saliva que parece que trago un cactus y disimulo valentía cosa que me no tengo.
Una puerta se abre y veo bajar a un tipo de unos dos metros y musculatura fenomenal, encapuchado con una bolsa negra en su mano.
-Me pidieron ser bueno contigo.- Me da la bolsa.- Póntela y sube al carro.-
Yo lo veo fijamente con el corazón en la garganta y me coloco la bolsa con las manos temblando como si tuviese párkinson.
El me toma con una fuerza por el brazo y me aprieta la bolsa. Siento que no puedo respirar.Me sujeta de la nuca y me lleva dentro de la camioneta.
No puedo ver nada. Solo puedo sentir. Y es una buena señal saber que sigo vivo.
-Es un niño.- El tipo que me secuestró comenta.
-Por algo nos mandó a recogerlo con la orden de no hacerle daño.- Escucho otra voz.
-Pero no es divertido así ¿Verdad?.- Escucho su voz cerca de mi oreja.
-Nah , no te asustes niñato.-Dice el otro tipo.
Al escuchar eso mi alma vuelve a mi cuerpo. Pero no puedo respirar y estoy bañado en sudor a pesar del frío que hace en esta camioneta.
-¿Cómo te llamas niño?- Me pregunta uno de ellos.
-Do...Doroteo.- Digo con firmeza. Trato de no mostrar miedo.
-¡Ja! que nombre.-Se burlan de mí.
De la nada pego mi cabeza con el asiento gracias a un frenaso.
-Llegamos niño.- Me toman de la nuca.
Escucho cuando abren la puerta y siento el calor del sol nuevamente. Me bajan de la camioneta y camino con ellos.
No se donde estoy, no puedo ver nada.Mi corazón empieza otra vez a acelerase.Hasta que me dejan en un lugar donde no pega el sol y hay brisa fresca.
Estoy de pie y trato de ver a través de la bolsa pero solo veo la luz del sol.
-Doroteo.- Escucho mi nombre al frente de mi.-Quítenle la bolsa.- La voz de El...El criollito.
Me quitan la bolsa y abro mis ojos que están escandilados por la luz. Cuando veo que si, El señor que me habló en la prensa está aquí enfrente de mi.
-No te asustes Doroteo.- Me dice con una calma.
El es alto, quizás uno ochenta , Cabello negro amarrado en una pequeña cola de caballo, su voz es gruesa e intimidante junto a su sonrisa perfecta con el diente de oro.
-Un placer señor...-
-Matías, Dime Matías.- Me interrumpe. -Antes que todo tengo que aplaudir el show que hiciste ayer en la prensa JAJAJAJA.- Se ríe a carcajadas.
-Jeje.- Sonrío avergonzado
-Y cuéntame ¿por qué fue?-Levanta el rostro y me ve de arriba a abajo.-Te morías de miedo ¿Cierto?-Sonríe de un lado.