Capítulo 11
El señor Jean Marcos tiene el acelerador pisado completamente , conduciendo a una increíble velocidad. Gemma está inconsciente en la parte de atrás junto a Stefano.
Yo saboreo el metálico sabor a sangre, con una toallita que tengo cubriéndome el labio roto por la caída.
No puedo creer como nuestro momento agradable se fue a la verga en un instante. De verdad me intrigó muchísimo esa conexión entre Gemma y Stefano. Hacen una linda pareja...Si lo puedo llamar así.
—Tanto tiempo buscando a mi hija y por fin la consigo , pero en este estado.—Jean Marcos se lamenta viendo a Gemma a través de retrovisor.
—Que no se le olvide que ella tiene sus razones.—Stefano responde seriamente para cortar todo tipo de lazos entre ellos.
No estoy muy enterado de estos asuntos, pero hasta ahora puedo concluir que Gemma tiene una gran razón para no tener algún tipo de contacto con su papá.
—Yo solo vine a disculparme con ella.—
—No es hora de disculpas ¡Gemma necesita llegar al hospital ahora!.—Stefano se enfada subiendo el tono de voz.
—Ya falta poco.—Stefano le susurra a Gemma.
Jean aprieta su mandíbula, como si quisiese decir mil cosas pero no puede. Solo toma el volante y sigue conduciendo camino al hospital que está a unas cuadras de aquí.
—Vamos.—Bajo del carro para abrirle la puerta a Stefano que tiene a Gemma vuelta nada en sus regazos.
—Quítate.—Jean Marcos me empuja para cargar a Gemma.
Inhalo profundamente para mantenerme al margen con este señor. Se que quiere ayudar, pero esta no es la forma.
—Iré a urgencias.—Me marcho corriendo a la puerta de urgencias.
Entro al pasillo y lo primero que veo son dos personas en una camilla traspasadas por un tubo en sus diafragmas.
Abro los ojos como platos cuando un médico de lo más calmado posible junto a una sonrisa que transmite tranquilidad se acerca.
—¿Por qué está en sala de urgencias?.—Me pregunta.
—Mi amiga fue picada por una abeja y es alérgica.—Comento.
Repentinamente la puerta se abre de par en par. Jean Marcos entra con Gemma en sus brazos gritando por ayuda.
—¡Auxilio!.—Se escucha desesperado.—No respira.—
El médico a mi lado abre los ojos como platos corriendo velozmente hacia Gemma con una camilla.
—¿Signos vitales?.—pregunta a otro médico que acaba de incorporarse.
—Bajos.—Menciona el otro médico al checar sus signos.
—Revisa la garganta.—
Los médicos y enfermeras comienzan a tratar a Gemma con miles de cosas. Esto realmente me pone nervioso ¿Todo por una abeja?
—Tiene un edema laríngeo.—El médico hace un diagnóstico.—Debe ser por la apitoxina.—
—Necesita una intubación orotraqueal.—Una enfermera le entrega un artefacto al médico para intubar a Gemma.
—Tráiganme epinefrina ¡AHORA!.—El médico grita mientras entuba a Gemma que está postrada en la Camilla.
Yo paso a un tercer plano viendo toda la escena. Doctores en apuros, enfermeras en un maratón de corridas por todo el pasillo, trayendo y llevando cosas. Todo esto lo puedo ver en cámara lenta mientras Gemma está allí.
Los médicos toman un respiro cuando el pecho de Gemma sube lentamente. Ahora puede respirar.
—Llévenla al área de hospitalización y encárgate de darle el tratamiento correspondiente.— Un medico le encarga a Gemma a una enfermera y otro médico un poco más joven.
Estoy sudando frío por todo lo que acaba de pasar. Parpadeo varias veces para volver en sí. Volteo mi mirada hacia Stefano que está tieso al igual que una estatua y sudado como si le hubiese caído un balde de agua encima.
—Ella estará bien.—El médico se acerca nosotros.—Por lo que veo es muy alérgica a las abejas...De acuerdo a cómo mejore, la daremos de alta.—El médico sonríe de lado y se marcha.
Stefano desvía su mirada entrecerrada hacia Jean Marcos. Estos dos se miran fijamente con el silencio de mediador y miles de cosas que no sé.
Se supone que Stefano me contaría todo sobre Gemma y su papá, pero solo me dijo pocas cosas de él en la feria, que no llenan mi curiosidad.
—No tienes derecho a odiarme, ella si.—Jean Marcos corta el silencio con tono suave.
Stefano lo ve de arriba a abajo formando una leve curva en sus labios como si se tratase de un juego, al cual yo no estoy jugando.
Desvía su mirada y me toma del brazo bruscamente para llevarme con el fuera de la sala de emergencias.
—¿Se puede saber que es todo eso?.—Busco una respuesta contundente para entender su enemistad.
—Pues ya atendieron a Gemma.—Me responde ingenuamente.
—Eso no loco.—Me desespero.—¿Qué sucede con Jean marcos? Ni siquiera le puedes hablar.—
—Lo siento por no decirte aquel día pero.—Stefano es interrumpido al salir Jean marcos por la puerta de urgencias.
—Yo traicioné a mi hija.—Menciona.—Yo la metí en el mundo del arte y pintura desde que era una niña...El tiempo pasa muy rápido y debía conseguir un trabajo, pero su mamá no quiso eso para ella , porque sería una "Fracasada". Yo me puse del lado de su mamá para darle la razón sin tener en cuenta como mi hija se sentía al perder el único apoyo que tenía.—Cae una lágrima de su rostro.—Ella se fue de casa , emigró hacia aquí ...Ahora quiero tenerla de regreso y hacer lo que nunca pude hacer para ella.—
Mientras Jean habla , lo observo. Su mirada de esperanza por regresar con su hija, Un tono de voz que grita perdón, Brazos dispuestos a abrazar a Gemma en cada oportunidad, Un amor incondicional hacia su hija lleno de arrepentimiento.
Mi rostro se torna azul de tristeza, porque papá no es así conmigo y tampoco lo será. Cuánto daría para que el viaje a otro continente para buscarme con el fin de pedirme perdón por no ser lo suficientemente.
—Te entiendo Jean.—Digo con voz quebrada con lágrimas en mi mejilla.—Se que lo dices con sinceridad, espero que Gemma entienda.—
Stefano Clava su mirada en mi.
Stefano repentinamente pasa por mi lado. Siento su respiración agitada, llena de rabia. Se marcha del hospital sin decir nada, su forma de caminar lo dice todo. Está molesto por haber empatizado con Jean.