Capítulo 21
Hice un tour con el señor Matías por toda la mansión, luego de la reunión con el cartel.
Me mostró todo la mansión en su totalidad, quedo impactado ya que nunca imaginé que este lugar tuviera tantas caletas y pasadizos en las paredes ¡Incluso bajo la piscina!.
Fue como una especie de tour donde él señalaba cada secreto de su mansión con gran confianza, así cuando un agente inmobiliario ofrece una propiedad.
Comentó tener cabezas de animales en algunas habitaciones, basándose en la cadena alimenticia y la importancia de estas. La mansión está pintada de estos colores (Pasteles y Mocca) por su abuela fallecida. Dijo que toda su vestimenta era de ese color, debió ser una señora muy elegante.
También me habló de su amor por el vino. Según él, el vino es un elixir único en el planeta. Es sacro y terrenal, no se considera pecado digerirlo y es visto con buenos ojos ser su amante.
El último lugar fue mi habitación, de la que betty me habló un poco más temprano.
La puerta contiene mi nombre en un sticker de letras con tipografía «CÓMIC» en color azul. La habitación es color blanca como la nieve, pero con una luz cálida . Hay estantes llenos de cámaras retro de los 2000’ que cubren toda la pared lateral derecha.
—¿Enserio esta es mi habitación?.—Realmente quedo impresionado por todas estas cámaras.
Son como unas doscientas, acomodadas en filas e hileras a lo largo y ancho de todos los estantes. Le da un toque totalmente vintage a la habitación. Todas estas cámaras retro, de diferentes marcas, tamaños y colores. Es un espectáculo. Sin duda es la mejor parte de la habitación.
—Les dije que la decoraran para el mejor fotógrafo del mundo, espero te guste.—
—Señor Matías, esto es increíble.—Me acerco para observar las cámaras de cerca.
—Puedes quedarte…Digo, cuando gustes.—Ríe algo avergonzado
Es como si tuviera un poder, de obtener ideas para hacerme feliz. Es como una cajita de sorpresas, donde cada día sonrío por un hecho diferente.
Verme aquí en esta habitación, un espacio que el apartó exclusivamente para mí en su mansión. Personalizada completamente es de pensar «¿Me ama?».
—Quiero quedarme hoy.—No puedo decirle que no.
Sonríe y rueda sus ojos para verme de arriba abajo antes de salir.
—Vengo dentro de un rato, estaré algo ocupado en la oficina.—
Asiento con la cabeza conteniendo la felicidad que brota por cada parte de mi cuerpo. Nunca imaginé tener otra habitación, y mucho menos que fuese de parte del señor Matías.
Presto atención a cada detalle: La cama es esponjosa como una nube de algodón, cubierta de una cobija gris aterciopelada, con una sobre cobija de fantasmas cómicos, un poco más arriba, reina la gran almohada gris claro junto al copete. Esta cama encaja completamente conmigo.
Alrededor de esta, hay algunas repisas pequeñas con plantas artificiales de pequeña dimensiones con algunas enredaderas que se ven muy hermosas al caer por la pared, y cuadros de marcos muy elegantes con fotografías a paisajes en polaroid.
En el lado derecho, se encuentra un espejo largo, pero con poca anchura decorado con una enredadera y stickers de cámaras súper cutes. Siendo uno de los protagonistas de la habitación ya que queda en el medio de esta.
«Gracias a Dios hay un toma corriente al lado de la cama».
La esquina izquierda goza de un televisor de ochenta pulgadas y una consola Xbox. Lo cual es un espectáculo mirar alguna película de noche junto al gran aire acondicionado que se encuentra apagado en este momento.
—¿Necesitas algo?.—Betty aparece en la entrada.
—No.—Sonrío.—Cuando me dijiste que tenía una habitación para mi, me imaginé solo un colchón en una esquina.—
—El patrón pidió lo mejor para ti.—Ve de reojo la habitación.—Aunque yo siendo tú la pintaría de otro color.—
—Ay pero que hermosa.—La voz de impresión de Valeria inunda el lugar.—Me fascina.—
La mujer llega de lo más confiada, literalmente la acabo de conocer hace una hora. Es muy cínica al venir después de haberme dicho todo eso allá arriba.
Por lo que veo, Betty no la soporta. Tampoco es que se lleve bien con las amantes del señor Matías.
Esta rueda los ojos al Valeria llegar, sin discreción alguna.
—Te puedes marchar…Limpia pisos.—Corre a Betty del lugar sin pudor.
Lamentablemente ella solo agacha la cabeza con coraje e indignación en pleno silencio para retirarse sin soltar alguna palabra. Con tan solo verla, es suficiente para entender que le quiere aventar su madre.
Hay una ausencia de sonido entre nosotros. Debo admitir que mi cara no es la más agradable cuando ella está aquí, pues mis ojos se configuran en automático como «Mirada de desagrado».
Aunque la gran Farsa solo me ve cubriendo su inferior con el superior, supongo que está pensando que decir.
—Me sorprende que te ganaras el corazón de Matías en tan poco tiempo.—Da unos pasos adelante.
No digo nada, solo analizo sus movimientos y forma de hablar. No cabe duda de que trama algo o viene por algo.
—Hasta yo me sorprendí al ver esto.—
—Eso no quiere decir que sea para siempre.—
—¿A qué te refieres?.—Entrecierro los ojos.
—Cuando una persona carece de afecto y sexo, su corazón es fácil de ganar, pero su confianza aún está en juego.—
No evito a pelar los ojos y verla fijamente. Su dentadura es perfecta junto a ese labial, sin embargo no me transmite buenas vibras, sino veneno.
—Mira Valeria.—Me pongo de pie.—Quizás empezamos con el pie izquierdo, pero créeme que tus objetivos son muy diferentes a los míos.—
—No es eso. Mi objetivo te tiene como el suyo.—
«Soy el objetivo del señor Matías» Esas palabras hacen eco en mi mente. No me basta con saber que le agrado. Un objetivo implica intención y propósito…Eso me inquieta. ¿Qué quiere de mí que aún no ha conseguido?
Aún no tengo en claro qué busca esta mujer, aunque ya me doy cuenta que no busca caer bien , sino a hacer grietas entre nosotros.