Prólogo

¿Alguien sabe lo que es el amor? Mis padres son el ejemplo vivo de eso pero nunca me detuve a pensar en el significado de esas simple cuatro letras. Amor es felicidad, tristeza, apoyo, unión de emociones, risas, decisiones y reciprocidad. Pero justo ahora comprendo que el amor también es sacrificio.

Justo ahora muchas cosas vienen a mi mente. ¿Cuánto hemos sacrificado por amor? Carreras, amigos, estudios, ¿la vida? ¿Arriesgarías la vida por esas personas que amas? Mejor cambio la pregunta. ¿Arriesgarías la vida por esas personas que alguna vez te hicieron daño? ¿Por esas personas que te hicieron dudar en algún momento? ¿Por esas personas que te dieron una sonrisa y luego te apuñalan por la espalda?

Posiblemente, me estés dando por loca, pero yo, Allison McKenzie, soy tan ingenua que si lo haría. ¿Por qué? Porque todo en esta vida se devuelve, porque todo en esta vida se paga.

Por mas herida que esté, en el fondo, sé que no puede existir una persona tan enfermiza como para hacer daño porque sí, porque disfrutar de hacer sufrir a los demás es lo más bajo que un ser humano puede caer.

Y justo ahora, frente a esta línea oscura que divide ambos mundos, comprendí y entendí en carne propia que no todas las personas son buenas. Que no todas las personas dan por amor, que algunas personas son influenciadas para hacer el mal y otras, simplemente son malas.

Luché contra todo y todos por amor, y ahora estoy aquí junto a mis amigos peludos, intentando no mirar atrás. Solo espero que el sacrificio, no sea en vano.

–¡Allison! –exclamó una voz conocida a mis espaldas y me giro con lentitud–. No lo hagas.