A veces nos dejamos llevar por el corazón y no por la razón, creemos que estamos haciendo bien cuando en realidad es todo lo contrario. Nos aferramos a amores que no son sanos, amores que destruyen y consumen nuestra alma. Amores que se roban quienes somos realmente y nos convierte en alguien que no reconocemos cuando miramos nuestro reflejo en un espejo.