Capítulo 1

El reloj marcaba las seis de la tarde cuando Alejandra cerró la puerta de su pequeña oficina con un suspiro de agotamiento. La luz del sol, filtrada por las persianas, creaba sombras largas en el suelo, resaltando el desorden de papeles y documentos que se acumulaban en su escritorio. Su empresa, una prometedora start-up de productos artesanales, estaba en la cuerda floja, y cada día parecía ser una lucha constante por mantenerse a flote.

Ese día había sido particularmente difícil. Los clientes escaseaban y los proveedores no cumplían con sus compromisos. Alejandra había invertido todo su tiempo, esfuerzo y, sobre todo, su corazón en el negocio, pero parecía que no importaba cuánto se esforzara, siempre había un obstáculo nuevo en el horizonte.

Mientras apilaba algunos documentos en una carpeta, su teléfono sonó con una notificación que la hizo detenerse. Era un correo de Adrián Martínez, un inversor conocido por su habilidad para detectar empresas con potencial. El mensaje era directo y profesional: estaba interesado en discutir una posible inversión en su empresa. Alejandra leyó el correo una y otra vez, sin poder creer que alguien con el prestigio de Adrián Martínez quisiera reunirse con ella.

Con el corazón latiendo con fuerza, Alejandra se preparó para la reunión. Sabía que era su oportunidad de salvar la empresa, pero también sentía una mezcla de nervios y expectativa. La idea de enfrentarse a un inversor tan importante era abrumadora, pero tenía que hacer lo que fuera necesario para asegurar el futuro de su sueño.

Al día siguiente, a primera hora, Alejandra llegó al elegante edificio de oficinas de Adrián Martínez. El contraste entre su modesta oficina y el lujoso entorno de la empresa de Adrián era abrumador. Se tomó un momento para respirar profundamente antes de entrar en el despacho, donde Adrián la esperaba con una sonrisa profesional.

Adrián era el epítome del éxito: bien vestido, con una presencia segura que inspiraba respeto. Sin embargo, cuando Alejandra se presentó, notó en sus ojos una curiosidad genuina y un interés que no esperaba. La reunión comenzó con una charla informal, pero pronto se centraron en los detalles del negocio.

Adrián hizo preguntas incisivas sobre las finanzas, el mercado objetivo y la visión de Alejandra para el futuro. Ella respondió con honestidad y pasión, sintiendo cómo el peso de la responsabilidad se aliviaba ligeramente al compartir sus ideas y esperanzas.

Cuando la reunión terminó, Adrián le dio una sonrisa alentadora. "Ha sido un placer conocerla, Alejandra. Revisaré toda la información y nos pondremos en contacto pronto."

Alejandra salió del edificio con una mezcla de alivio y esperanza. Sabía que aún había mucho por hacer, pero al menos había dado el primer paso hacia una posible solución. Mientras caminaba hacia el transporte público, no podía dejar de pensar en cómo ese encuentro podría cambiar su vida y el futuro de su empresa.