El Reflejo de tu Mirada

Capítulo 22

El lunes comenzó con un aire de calma aparente, pero Alejandra sabía que las apariencias podían ser engañosas. Había algo en el ambiente que la inquietaba, como si una tormenta estuviera gestándose en el horizonte. Se preparó para otro día de reuniones y decisiones importantes, pero mantuvo la guardia alta.

Alejandra se reunió con su equipo para revisar el progreso de las propuestas y proyectos en curso. “Hemos tenido una buena respuesta hasta ahora, pero no podemos bajar la guardia,” advirtió Alejandra. “Cada detalle cuenta, y debemos estar preparados para cualquier imprevisto.”

Mientras revisaban los informes, Alejandra recibió una llamada inesperada de un número desconocido. Dudó antes de responder, pero algo en su instinto le decía que debía contestar. “¿Alejandra? Soy Raúl. Necesito hablar contigo. Es urgente,” dijo la voz al otro lado de la línea.

Raúl era un antiguo colega de Alejandra, alguien con quien había trabajado años atrás en un proyecto que no terminó bien. Desde entonces, apenas habían tenido contacto, por lo que la llamada la tomó por sorpresa. “Raúl, hace tiempo que no sé de ti. ¿Qué sucede?” preguntó Alejandra, tratando de mantener la calma.

“Es complicado de explicar por teléfono,” respondió Raúl con un tono que denotaba preocupación. “Prefiero contártelo en persona. ¿Podemos vernos esta tarde?”

Alejandra acordó reunirse con Raúl después del trabajo, pero la inquietud no la abandonó durante todo el día. Trató de concentrarse en sus tareas, pero su mente volvía una y otra vez a la llamada. “Algo no está bien,” pensó, mientras intentaba ignorar la sensación de incomodidad que la perseguía.

Al final de la tarde, Alejandra se dirigió al café donde había acordado encontrarse con Raúl. Cuando llegó, lo vio sentado en una mesa al fondo, con un semblante que denotaba preocupación. “Gracias por venir, Alejandra,” dijo Raúl cuando ella se sentó frente a él.

“Raúl, ¿qué está pasando? Tu llamada me sorprendió,” dijo Alejandra, directa al grano.

Raúl miró a su alrededor como si temiera ser escuchado. “Es algo que tiene que ver con nuestro antiguo proyecto,” comenzó a explicar en voz baja. “Después de que nos separamos, seguí investigando por mi cuenta, y descubrí algunas cosas que no me esperaba. Hay gente involucrada en esto que no debería estarlo.”

Alejandra sintió un escalofrío recorrer su espalda. “¿De qué estás hablando? ¿Qué descubriste?”

Raúl sacó un sobre de su chaqueta y lo deslizó hacia ella. “No puedo decir mucho aquí. Lee esto cuando estés sola. Ten cuidado, Alejandra. Hay personas que no quieren que se sepa lo que he descubierto.”

Alejandra tomó el sobre, sin saber qué pensar. “Raúl, esto es serio. ¿Estás en peligro?”

Raúl asintió lentamente. “No solo yo. Todos los que estuvimos involucrados en ese proyecto podríamos estar en riesgo. No me contactes después de leerlo. Solo... mantente alerta.”

Alejandra se despidió de Raúl con un nudo en el estómago. Al llegar a casa, se dirigió a su escritorio y abrió el sobre. Lo que encontró dentro la dejó sin aliento: documentos, correos electrónicos, y notas que revelaban una red de corrupción que jamás habría imaginado. Lo que había comenzado como un proyecto inocente parecía haber desenmascarado algo mucho más oscuro.

“Esto no puede ser real,” pensó Alejandra, sintiendo que el suelo se desvanecía bajo sus pies. Sin embargo, las pruebas estaban ahí, frente a ella. Ahora sabía demasiado, y no había vuelta atrás.



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Editado: 15.08.2024

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