Temporada 2: Capítulo 1

Alejandra abrió los ojos en la oscuridad de una habitación desconocida. El sonido del tren y el constante traqueteo de las vías la habían acompañado durante toda la noche, pero ahora estaba en un lugar nuevo. Se incorporó lentamente, tratando de orientarse en el pequeño cuarto de hotel en el que se había refugiado.

Habían pasado dos semanas desde que la noticia de la red de corrupción había estallado en los medios. Alejandra había estado escondida todo ese tiempo, moviéndose de un lugar a otro para evitar ser rastreada. Carla le había proporcionado un contacto confiable, alguien que la había estado ayudando a mantenerse fuera del radar mientras la situación se calmaba.

La televisión estaba encendida en silencio en una esquina de la habitación, mostrando las últimas noticias. Aunque Alejandra había tratado de mantenerse al margen, no pudo evitar ver los titulares que parpadeaban en la pantalla: “Escándalo de corrupción continúa sacudiendo a la élite empresarial”, “Nuevas pruebas revelan implicaciones de alto nivel”, “Autoridades en busca de más sospechosos”.

Alejandra suspiró y se levantó, dirigiéndose al baño para lavarse la cara. El cansancio y la incertidumbre habían dejado su huella en su rostro, pero sabía que no podía detenerse ahora. Había llegado demasiado lejos como para echarse atrás.

Después de vestirse, revisó su teléfono. Tenía un mensaje de Carla: “Necesito verte. Es importante. Nos vemos en el lugar de siempre, pero toma precauciones.”

Alejandra borró el mensaje después de leerlo. Sabía que Carla no la llamaría si no fuera absolutamente necesario. Se colocó un abrigo y salió del hotel, manteniendo la cabeza baja mientras caminaba por las calles grises de la ciudad. Sabía que tenía que ser cuidadosa, pero también estaba cansada de vivir en la sombra.

Llegó al lugar acordado, un pequeño café al que ya se habían reunido antes. Carla estaba sentada en una mesa en el fondo, esperándola con una expresión de preocupación. Alejandra se sentó frente a ella, tratando de mantener la calma.

“¿Qué ha pasado?” preguntó Alejandra, sabiendo que las noticias no serían buenas.

Carla la miró con seriedad antes de hablar. “Las cosas se están complicando más de lo que esperaba. Hay personas moviendo hilos que no alcanzamos a ver. Estoy recibiendo presiones para dejar este asunto, y me temo que tu nombre ha salido en algunas conversaciones. Esto ya no es solo un escándalo de corrupción, Alejandra. Ahora es una cacería.”

El corazón de Alejandra se aceleró. Sabía que las cosas no serían fáciles, pero no esperaba que la situación se volviera tan peligrosa tan rápido. “¿Qué sugieres que haga?” preguntó, tratando de mantener la compostura.

Carla suspiró, mirando a su alrededor para asegurarse de que no las escucharan. “Necesitamos salir del país, Alejandra. He estado haciendo algunas llamadas, y tengo contactos que pueden ayudarnos a desaparecer por un tiempo. Es la única manera de asegurarnos de que estés a salvo.”

La idea de dejar todo atrás la golpeó con fuerza. Alejandra sabía que no había muchas opciones, pero la idea de escapar de su vida, de todo lo que conocía, le parecía abrumadora. “¿Y si no quiero huir? ¿Y si quiero enfrentar lo que venga?” preguntó, su voz temblando ligeramente.

Carla la miró con una mezcla de admiración y preocupación. “Eres valiente, Alejandra, pero no puedes enfrentarte a esto sola. Las personas detrás de esto no juegan limpio. Si te quedas, no sé si podré protegerte.”

Alejandra bajó la mirada, sopesando sus opciones. Sabía que la decisión que tomara ahora definiría su futuro, y no solo el suyo. Finalmente, levantó la mirada y asintió. “Haré lo que sea necesario, pero no dejaré que me silencien. No después de todo lo que hemos logrado.”

Carla le apretó la mano con firmeza, como una promesa silenciosa de que estarían juntas en esto, sin importar lo que viniera. Ambas sabían que el camino que tenían por delante sería aún más difícil que el anterior, pero estaban decididas a enfrentarlo.

Esa noche, mientras preparaba sus cosas para lo que podría ser el viaje más importante de su vida, Alejandra sentía una mezcla de miedo y determinación. Estaba a punto de embarcarse en una nueva etapa, una en la que el peligro era constante, pero también la posibilidad de encontrar la verdad completa.

Y aunque el futuro era incierto, Alejandra sabía que no estaba sola. Con Carla a su lado, y una voluntad férrea de luchar por lo que creía, estaba lista para enfrentar lo que viniera.