El Reflejo de tu Mirada

Temporada 2: Capítulo 2

El avión despegó en medio de la noche, dejando atrás la ciudad que Alejandra había llamado hogar durante tantos años. A su lado, Carla revisaba algunos documentos en su tablet, pero Alejandra no podía concentrarse en nada. Su mente estaba atrapada en una espiral de pensamientos y recuerdos, preguntándose cómo había llegado a este punto.

El vuelo era largo y silencioso. La mayoría de los pasajeros dormían o estaban inmersos en sus propios mundos, pero Alejandra no lograba encontrar la paz necesaria para cerrar los ojos. Cada ruido la hacía saltar, y cada sombra que se movía en la penumbra del avión le recordaba el peligro que ahora formaba parte de su vida diaria.

Carla notó su inquietud y decidió romper el silencio. "He estado pensando en lo que dijiste, sobre no querer huir," comentó en voz baja. "Entiendo lo que sientes, pero a veces retirarse es la única manera de ganar tiempo y fuerzas."

Alejandra asintió, aunque no estaba completamente convencida. "No es solo eso, Carla. Siento que estamos dejando algo atrás, como si no hubiéramos terminado lo que empezamos."

Carla la miró con comprensión. "No estamos abandonando nada, Alejandra. Solo estamos tomando una pausa para poder volver con más fuerza. Esto no ha terminado, ni mucho menos."

Las palabras de Carla ofrecieron un consuelo temporal, pero Alejandra sabía que la incertidumbre sería su compañera constante a partir de ahora. Intentó distraerse mirando por la ventana del avión, pero solo vio la negrura del cielo nocturno, un reflejo de sus propios miedos.

Finalmente, el cansancio se apoderó de ella, y Alejandra cerró los ojos, cayendo en un sueño intranquilo. Soñó con rostros sin nombre, voces que susurraban en la oscuridad, y una sensación de que algo, o alguien, la estaba siguiendo. Despertó varias veces, pero siempre volvía a caer en el mismo sueño, como si su subconsciente intentara advertirle de un peligro invisible.

Cuando el avión finalmente aterrizó, el amanecer despuntaba en el horizonte. Alejandra y Carla recogieron sus pocas pertenencias y se dirigieron hacia la salida, mezclándose con los demás pasajeros. Alejandra sentía que cada paso la acercaba más a un destino desconocido, pero no había vuelta atrás.

Un hombre de aspecto serio las esperaba en la terminal. Carla le hizo una seña y se acercaron a él. "Este es Martín," dijo Carla en voz baja. "Es de confianza. Nos llevará a un lugar seguro donde podremos planear nuestros próximos pasos."

Martín las condujo a un auto negro estacionado en un lugar discreto. El viaje fue silencioso, y Alejandra aprovechó para observar el nuevo entorno. La ciudad a la que habían llegado era muy diferente a lo que estaba acostumbrada, con calles estrechas y edificios antiguos que parecían esconder secretos en cada esquina.

Finalmente, llegaron a una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Martín las guió hasta el interior, donde un ambiente cálido y acogedor las recibió. "Pueden quedarse aquí todo el tiempo que necesiten," dijo Martín. "Nadie las encontrará, pero deben ser cuidadosas. La situación es más complicada de lo que parece."

Carla agradeció a Martín y se dirigió a Alejandra. "Vamos a estar bien aquí. Necesitamos descansar y reorganizarnos. Pero no te preocupes, seguiremos con nuestra investigación desde aquí."

Alejandra asintió, aunque aún sentía una ligera inquietud en el fondo de su mente. Sabía que estaban a salvo por ahora, pero también sabía que el peligro no desaparecería tan fácilmente. A pesar de todo, estaba decidida a seguir adelante, sin importar lo que viniera.



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Editado: 15.08.2024

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