El Reflejo de tu Mirada

Temporada 2: Capítulo 24

El plan estaba en marcha, pero la tensión en la cabaña era palpable. Alejandra, Adrián y Marcos trabajaban en silencio, concentrados en los detalles, sabiendo que cualquier error podría ser fatal. Marcos, con su experiencia en operaciones encubiertas, lideraba la estrategia, mientras que Alejandra y Adrián contribuían con ideas para hacer el señuelo lo más convincente posible.

"El objetivo es hacer que Mendoza crea que hemos encontrado algo crucial, algo que lo obligue a actuar impulsivamente," explicó Marcos, mientras ajustaba los últimos detalles en un mapa que tenía extendido sobre la mesa. "Algo que él no pueda ignorar."

"¿Y si no muerde el anzuelo?" preguntó Alejandra, la incertidumbre reflejada en su voz.

"Entonces estamos en problemas," respondió Marcos, con una franqueza que heló la sangre de Alejandra. "Pero Mendoza es conocido por su arrogancia. Cree que está por encima de todos, y eso será su perdición."

Adrián asintió, aunque sabía que estaban caminando sobre una cuerda floja. "¿Cómo haremos para que se trague la mentira?"

"Vamos a utilizar una serie de comunicaciones encriptadas que Mendoza interceptará. Le haremos creer que hemos descubierto pruebas irrefutables de sus crímenes, algo que no podrá borrar ni ocultar," dijo Marcos, mientras trazaba varias rutas de escape en el mapa. "Le haremos creer que estamos a punto de entregarle esa información a las autoridades."

"¿Y dónde será el encuentro?" preguntó Adrián, observando el mapa con atención.

"En una antigua fábrica abandonada en las afueras de la ciudad," respondió Marcos. "Un lugar que solía utilizarse para este tipo de operaciones, pero que ahora está fuera del radar. Ahí es donde lo atraeremos."

Alejandra sintió un nudo en el estómago. "¿Y cómo evitamos que nos ataque antes de tiempo?"

"Lo haremos creer que estamos en un lugar diferente, uno más vulnerable. Así lo mantendremos ocupado mientras nosotros nos preparamos en la fábrica," explicó Marcos. "Es un juego de gato y ratón, y necesitamos estar un paso adelante todo el tiempo."

La noche avanzó, y la oscuridad afuera se hizo más densa. Finalmente, después de horas de planificación, Marcos se puso de pie y miró a Alejandra y Adrián.

"Es hora de moverse. Todo está listo," dijo con firmeza.

Se cambiaron de ropa, eligiendo atuendos oscuros y discretos que les permitieran moverse sin ser detectados. Empacaron lo esencial y salieron de la cabaña, dejando atrás cualquier rastro que pudiera delatarlos.

El viaje hacia la fábrica abandonada fue tenso. El silencio en el auto solo era interrumpido por el sonido del motor y el ocasional crujido de las hojas bajo las ruedas. Alejandra miraba por la ventana, observando cómo el paisaje se transformaba en un mar de sombras. Adrián, por su parte, mantenía una mano firme en el volante, sus pensamientos enfocados en lo que estaba por venir.

Finalmente, llegaron a la fábrica. Era un lugar desolado, con paredes de ladrillo que se desmoronaban y ventanas rotas que daban la impresión de haber sido olvidadas por el tiempo. Marcos los guió hacia el interior, donde un pequeño grupo de hombres de confianza ya los esperaba, preparando el lugar para la emboscada.

"Todo está listo," informó uno de los hombres, mientras terminaba de instalar un equipo de comunicaciones en una mesa improvisada. "Mendoza caerá en la trampa, no hay duda."

Marcos asintió, satisfecho. "Bien. Ahora, solo necesitamos esperar."

Las horas pasaron lentamente, con la tensión aumentando a medida que se acercaba el momento crucial. Alejandra y Adrián se mantuvieron cerca, observando cada movimiento de los hombres de Marcos, asegurándose de que no hubiera errores.

Finalmente, llegó el mensaje que habían estado esperando. Mendoza había tomado el cebo.

"Está en camino," dijo Marcos, leyendo el mensaje en su teléfono. "Prepárense. Esto está por comenzar."

Alejandra sintió cómo su corazón se aceleraba, mientras una mezcla de miedo y determinación se apoderaba de ella. Sabía que no había vuelta atrás. Adrián la tomó de la mano, ofreciéndole un gesto de apoyo silencioso.

El sonido de vehículos acercándose rompió el silencio de la fábrica. Mendoza había llegado. Marcos hizo una señal a sus hombres, quienes se dispersaron en sus posiciones, listos para ejecutar el plan.

Las puertas de la fábrica se abrieron con un estruendo, y Mendoza entró, rodeado por sus hombres armados. Su mirada era fría y calculadora, pero había algo más en sus ojos, algo que Alejandra no había visto antes: un destello de incertidumbre.

"¿Dónde están?" demandó Mendoza, su voz resonando en la fábrica vacía.

Marcos dio un paso adelante, dejando que Mendoza lo viera. "Aquí estamos, Mendoza. ¿Listo para recibir lo que te mereces?"

Mendoza sonrió, pero su sonrisa era tensa. "Veremos quién recibe lo que se merece, Marcos."

El aire se llenó de tensión, mientras ambos bandos se observaban, esperando el primer movimiento. Sabían que este era el punto de no retorno, el momento en el que todo se decidiría. Alejandra y Adrián se prepararon para lo inevitable, conscientes de que lo que estaba por suceder definiría sus vidas para siempre.



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Editado: 15.08.2024

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