El reflejo del asesino escarlata | Libro I

Capítulo 1: Desaparecer

"Maybe someday you'll look up
And, barely conscious, you'll say to no one
Isn't something missing?"

 

 

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«Sangre... espesa y oscura, recorriendo el suelo de la habitación. Marcando un camino hacia sus pies, no se mueve, no puede hacerlo.

Todo su cuerpo tiembla esporádicamente, e intenta no mirar hacia donde se encuentra, se retrae cuando un sollozo seco se escapa de su garganta. La mente está en alerta roja, haciendo señales para que reaccione.

La noche está tranquila, como si tampoco pudiera respirar, solo la luna es testigo de lo que acaba de ocurrir, está allí acusando en silencio; tal como el cuerpo inerte a menos de un metro de donde está. 

Solo la temible luna sabe lo que pasó, el resto del mundo está allí, sumergido en sus pequeños universos, sin saber o tener el tiempo de notar esto.

Su ropa está rasgada y con manchas oscuras, no puede distinguir de quien es la sangre, solo sabe que ahí está, siendo evidencia contundente.»

Despertó exaltada por completo, tomando su pecho en un intento de calmar los latidos,  el reloj sobre la mesa de noche marcaba las 04:00 A.M. 

Siendo la cuarta noche que sucedía,  una mística manera de ataque psicológico, como si cada noche la cosa fuese más real, ¿Qué más podría esperar? ¿Qué a la semana apareciera justo frente a si? Salió de la cama dirigiéndose a la cocina para preparar café, ya no volvería a dormir.

Se sentó en el sillón que hay en el porche y cubrió sus piernas con la manta que dejaba allí a diario. Contempló todo lo que tenía frente a ella, Tarrytown era un pueblo muy tranquilo y seguro, si estas escapando de tu pasado.

A Valerian le gustaba la paz que este transmitía aunque en ocasiones eso jugaba en contra, como hoy, cuando su mente estaba más activa que nunca.  Desbloqueo el celular y leyó nuevamente la noticia que había salido hacia apenas seis horas "Hallaron el cuerpo de un joven en el río Hudson" según la nota, aún no determinaban su identidad dadas las condiciones en las que estaba, pero ella sabía perfectamente quien era.

Tomó un sorbo en medio de un suspiro, era cuestión de tiempo para que se enteraran, meditó varias veces contactar a Dante pero eso sería imprudente así que mantuvo la ansiedad encerrada en si misma. 

Era hora de dejar eso atrás, de intentar tener una vida, la oportunidad estaba rodeándola y si no aprovechaba el golpe sería duro. Bajo ninguna circunstancia volvería a su antiguo hogar.

Cayó en cuenta del paso de las horas cuando comenzó a ver como sus vecinos salían para iniciar sus rutinas diarias, saludaban fugazmente desde el interior de sus autos, con la alegría característica que todos solían tener. La señora Dellow, quien vivía justo en frente agito su mano hacia con amabilidad y le hablo dulcemente a sus plantas. 

Luego de estirar su espalda entumecida volvió al interior, hoy buscaría empleo sus ahorros se terminarían pronto y necesitaba enfocar su cabeza en otra cosa.  Salió directamente hacia el periódico local, ya había concertado una cita evaluativa con el presidente de la firma, era un gran puesto y también era más que obvio que estaba calificada para tal, aunque tenía un par de entrevistas de repuesto para diferentes rubros, la determinación que emanaba se basaba que al regresar a casa esta noche, ya tendría un sustento fijo.

Caminó a paso lento por las calles sintiendo la cálida caricia del sol invernal, su época favorita del año, sentía mucha afinidad por el ambiente que éste generaba. Su móvil sonó en el bolsillo y vio que era un mensaje de Tristan, su hermano mayor, el único con el que mantenía comunicación pese a la distancia "Buen día hermana, espero estés bien en tu nuevo hábitat, una recomendación: envíale un mensaje a mamá. Está secando mi energía vital para lograr que confiese y sabes que soy débil. Te quiero

Rio notoriamente al leer eso, pero no respondió, estaba pasando un buen día como para mezclarse con el drama familiar Hansen, logró ver el gran mural con la palabra Tpress & Co. tomó un respiro mientras  miraba su apariencia en el ventanal «Perfectamente arreglada» se dijo aprobatoriamente. 

Todo el lugar era inmaculado, sencillo y moderno, sin perder la esencia del pueblo, sentía un poco de nervios, eso hizo que se  regañara mentalmente por ello y se obligó a sonreír, se hallaba sentada frente al director Mollety, quien estaba leyendo su historial laboral con el ceño fruncido

—Muy bien señorita Hansen, es muy prometedor todo lo que dice aquí — señalo brevemente la hoja frente a si —Pero, ¿es tan buena como dice? 

—No quiero sonar arrogante Mr. Mollety, pero debo decir que si — su voz sonaba tan calma y llena de confianza que logró que sonriera —Si usted lo quiere puede encargarme un ensayo para comprobarlo 

Meditó la propuesta por un instante, Valerian sabía que le parecería atractiva, era casi un desafío, cada hombre respetable de letras adora la sensación de un buen reto y realmente quería el puesto.

—De acuerdo, busque un tema relevante para la sociedad, algo que atrape e informe. Investigue este bello pueblo y demuéstreme que es la indicada para ser la nueva editora

Se levantó aun con una gran sonrisa de autosuficiencia en el rostro y estire su mano para estrecharla en saludo.

—Convénzame Hansen 

Entró a la cafetería de la siguiente calle para comprar algo bien cargado, no debería, sin embargo su cuerpo lo pedía casi a gritos, sentándose en la primer mesa que estaba libre dispuesta a buscar algo de información desde el móvil. 

La tasa yacía vacía frente a ella lo que hizo que la mirara con un poco de desgano 




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