El reflejo del asesino escarlata | Libro I

Capítulo 14: Encubierto

"Push the pain

Destroy the system

Arms of self sacrifice"

 

 

 

 

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La conversación se oía amortiguada por la puerta de la habitación, Logan había insistido en que usara su cama para poder descansar cómoda y su cuerpo no sufriera más fatiga en las heridas, por mucho que intento hacerlo cambiar de parecer, todo el fin de semana había sido una pelea sin éxito por ello. Cada noche al ir a dormir sentía un rato la televisión, mientras que ella solo lloraba en silencio hasta caer rendida. El día siguiente a que se instalara en el apartamento, Logan como buen compañero le trajo un móvil para reemplazar el desastre que estaba usando, así que por el tiempo más efímero se dedicó a entender todas las nuevas funciones. 

El aroma del desayuno inundó sus fosas nasales, eso hizo que Valerian sonriera con tranquilidad, de alguna forma, él lograba hacerla sentir segura, como si la normalidad fuera parte de la rutina. Cuando intentó levantarse una punzada se expandió de su abdomen hacia su espalda haciendo que insultara por lo bajo la gran lesión que se ocultaba bajo la gasa médica «Esa perra sí que tenía fuerza» injurió Betty.  Quiso reír pero en su lugar solo salió un quejido, al momento en que le preguntaron si recordaba cómo se había hecho semejante corte, ella solo negó como una joven amnésica y siguió con “quizá en el impacto algo del auto se desprendió” y aunque sabía que eso fue muy poco convincente, alegó con una blasfema sinceridad que era lo que creía, aún más cuando en su mente se desplegaba en secuencia la verdad. En ese entonces pudo zafar de las miradas inquisitivas del médico, la enfermera y Logan, quién estaba preocupado por ella. En su defensa no tenía opciones, no podía decir libremente “Una loca me apuñalo con algo intentando matarme” no sin agregar el desenlace de ello. 

 

— ¿Gin estás despierta? — oyó del otro lado de la puerta 

—Pasa — se quejó sintiendo el suelo debajo de sus pies

— ¿Desayunamos?... vaya te ves terrible —bromeó acercándose

—Y tú eres un idiota — atacó la pelirroja riendo, cosa que la obligo a tomar su herida por un instante, él se acercó del todo ayudándola a ponerse de pie, le resultaba demasiado gracioso el simple hecho de que eso irritaba sobremanera a su nueva compañera de casa, le gustaba incluso como arrugaba sutilmente la nariz y presionaba sus labios seguramente para no insultarlo de alguna otra manera. 

—Estaba pensando… elige que quieres hacer todo este día, es el último libre que tengo antes de regresar al trabajo — dijo con un pesar en su tono de voz — ¡pero! intentaré volver antes a casa 

 

Valerian sintió una calidez grande en su pecho con esas simples palabras, le sonrió antes de darle un pequeño abrazo y sugerir películas, chocolate y café. El clima ameritaba aquello gracias a la gran nevada que estaba cayendo, un sonido saco a los dos de aquel momento, el móvil de la pelirroja marcaba una llamada de su hermano, miró al moreno con desconcierto y este hizo señas que la esperaría en la cocina. 

— ¿Frances? — atendió confundida 

—Dime ¿Por qué demonios debo enterarme por el seguro del auto que tuviste un accidente? — inquirió severamente, estaba notablemente molesto y consternado, algo que solo pudo aumentar la incógnita de su hermana menor

—No quise preocupar a nadie, solo fue un rasguño — argumento

— ¿Un qué? Ivy… — dijo suspirando y mirando hacia otro lado — ¿No viste como quedó el Lexus no? está completamente destrozado, es más… es increíble que estés viva 

—Ok… ya, debes calmarte ¿esto es por mamá? no iba a llamarla para que me viera herida, mira lo lamento — agrego cansada — si no te conociera creería que te preocupas por mí — bromeo con ganas

La postura de su hermano mayor vario de gracia a alivio en unos segundos hasta quedar en su típicamente seriedad. 

—Mamá no lo sabe aún, América si y creo que se decepcionó de que salieras ilesa — rio al ver la cara que ponía Valerian — sigue muy ofendida por la exposición de los Melvick — continuó encogiéndose de hombros 

—Si bueno… se merecía eso y además no me importa su odio infantil, es una pobre niña 

—Como sea… —cortó el rubio incomodo— En la semana te llegará el nuevo auto y por el amor a Dios, no lo choques ¿ok? 

—No creí que me dieran otro — bramó con alegría — de acuerdo lo cuidare

—Bien, debo ir a una junta… cuídate Poison — exclamo antes de cortar la llamada, algo hubo diferente en aquella simple palabra, algo que pudo sentir la última vez que lo había visto en la casona Hansen el día en que transmitieron el funeral y ella había explotado. 

 

El oficial la miro con un toque de gracia en su rostro, la expresión con la que había salido de la habitación era por demás perpleja, por unos escasos segundos permanecieron en silencio siendo rodeados por la charla que emanaba del noticiario a sus espaldas, tomaron de sus tazas humeantes de café cada uno en un mundo ajeno al otro pero aun así esperando a que alguno dijera la primer frase que los trajera de vuelta a la tierra. 

—Mi hermano estaba preocupado por mí — susurro con la mirada perdida, al no recibir ninguna respuesta, volteo a verlo y el ojimarron estaba expectante a su continuación — he visto a Frances una sola vez en la vida así respecto a mí y fue hace unos meses nada más — relató y rio levemente — él jamás se había preocupado por alguien más que si mismo, América o mi madre ¿Puedes creerlo? 

—Eres su hermanita después de todo — argumento Logan sentándose frente a ella — además, no fue un accidente leve Gin, pasaste dos días sin despertar, un siniestro siempre remueve sentimientos así — ella asintió vagamente estando de acuerdo, aclaro su garganta cuando una pregunta floto frente a sus labios —¿Qué sucedió ese día? 




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