El Regalo de Enero - Temporada 1

PARTE 11

A partir de aquí, la persona que narra es Humana y el lector pasa a ser un espectador de la historia. Suerte y pon atención, podría haber pistas ocultas. 

Ya me liberé del grillete que Dabi me puso en el tobillo. Vaya que tomó precauciones y se preparó para asegurarse que no me escaparía.

Ahora, solo falta salir de esta celda. 

- Vamos, mendiga cerradura, ábrete… ¡Si! 

Me deslizo por la abertura que logro hacer entre el marco de la celda y la puerta, no quiero que el rechinar de las bisagras de medio perno rechinen y atraigan la atención de Dabi o del otro sujeto.

Al acercarme al pasillo, puedo escuchar las voces de ambos cerca. Definitivamente no podré salir corriendo por la entrada principal… pero sé quien sí podrá. 

- Esperemos que Thimbletack siga en la misma torre.

Me muevo con cuidado por los pasillos alternos y tratar de rodear el lugar donde están Dabi y el otro sujeto, el cual no sé porqué razón, se me hace tan familiar. 

- ¿Entonces la distracción no sirvió? - pregunta Dabi. Parece molesto. 

- No del todo, hubo ñoños medievales que lo convencieron de seguir el camino hacia la pradera. - contesta el otro sujeto.

- Dijiste que si los bardos que iban hacia las montañas, se quedaban con cosas de Humana, llevarían su esencia por ese camino.

- Pues evidentemente, tienen rastreadores que dedujeron que Humana iba en la carreta.

Aunque la conversación es buena, debo aprovechar que están distraídos para seguir moviéndome. Tendré que hacerla de ninja, espero que no se me haya olvidado lo que me enseñó Kakashi. 

Varios desastrosos pero silenciosos intentos de brinco ninja después…

- Uff… no me vieron. 

A correr. Debo estar cerca del ala norte… ya casi llego. 

La ventaja es que hay varios jardines internos entre las alas del castillo, eso me da tiempo para que, cuando se den cuenta de que no estoy, yo ya este camino hacia la salida. 

- Bien, ya estoy aquí. ¿Dónde estará…? - digo al tiempo que entro al gran salón, cuando escucho el viento ser cortado por un objeto volador… que viene hacia mi. - ¡Ay, cab…! 

- ¡TU! ¡TORPE E INSENSATA HUMANA! ¡TE DIJE QUE NO VOLVIERAS POR AQUÍ! 

- Ya sé, pero no vine aquí porque quisiera. - contesto a duras penas. ¿Pues cuantas cosas tiene para lanzarme? - ¡¿Podrías calmarte, Thimbletack?! Tengo que hablar contigo sobre un problemita que tenemos en el castillo…

- ¡¿Tenemos?! ¡¿TENEMOS?! Siempre traes problemas contigo. ¡De seguro el Incendio Azul fue culpa tuya…!

Auch… eso me ofendió, sobre todo porque no es del todo cierto… ¿o sí?

- Oh, vamos, Thim. No todo lo malo que pasa en Ñoñolandia tiene que ver conmigo. 

- ¿Cómo no? Eres de las pocas creadoras que vive aquí con sus criaturas… y eres una calamidad andante. Ven aquí, te voy a dar una lección… 

En cuanto veo que la pequeña bola verde fúrica se acerca a mí, comienzo a correr hacia el lado contrario del salón. 

H: Oye… calmado, chaparrin…

Siempre me va a sorprender la velocidad que alcanzan las hadas, sobre todo las que no tienen alas, ya que, según mi lógica humana, se supone que al no tener alas deberían ser más lentas.  

- Tranquis, mira, aun tengo una de las galletas que te gustan. - de uno de los bolsillos de mi pantalón, saco unas galletas que le robé a Gale de su cajón. Me pregunto por qué Dabi no me las quitó cuando me revisó. 

- ¡¿GALLETAS?! ¿Crees que lo que pasa aquí… se soluciona con galletas? 

Veo que se detiene en cuanto la galleta se le atraviesa. 

- Uy, esta si esta buena… 

- Eso, come tu galleta. - dejo de correr para asegurarme que Thim ya se calmó, pero aun sigo con la respiración agitada. 

La bola verde que es Thimbletack poco a poco comienza a desinflarse, señal de que ya se está calmando. Ah, que difícil es tratar con alguien que en cuanto se altera se transforma en un monstruo verde, sin ofender, Banner, pero es la verdad. 

- Ahora sí, ¿crees que podamos hablar?

- Tú no deberías estar aquí… - contesta Thim mientras se relame los bigotes con la miel de la galleta. 

- Sé que te prometí dejarte este castillo en paz, pero los que me secuestraron no saben de los tratos que hice contigo y con las demás criaturas del castillo. 

- ¿Cuáles criaturas? Si todas las demás ya se fueron. Y no me refiero a eso. Literal, no deberías estar aquí. Es peligroso estar aquí.

- ¿Por qué?

Recibo mi respuesta casi al instante en el que termino mi pregunta. 

El suelo comienza a temblar y, del techo, comienzan a desgajarse y desprenderse enormes cantidades de tierra, piedras y pedazos de loseta del piso de arriba. 

- Creo que eso responde tu pregunta.



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En el texto hay: medieval, magos y guerreros, brujasmagia

Editado: 27.01.2023

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