El Regalo de Enero - Temporada 1

PARTE 15

- Listo… tú te quedas ¡aquí! - dice Dabi después de encadenar a Humana, solo que ahora, derritió las uniones y las bisagras de los grilletes y de los brazaletes, haciendo imposible que ella pudiera liberarse de alguna manera y dejándola, prácticamente, inmovilizada. 

Es curioso como los castillos medievales tienen aditamentos para retener prisioneros en casi todos lados. Todo me imaginé, menos que hubiera varias habitaciones en diferentes torres con cadenas, cerrojos y grilletes. 

Humana ya no se ve tan tranquila. “Al parecer, se le están agotando las ideas”, pienso mientras me recargo en el marco de la ventana. No puedo evitar sonreír.

Sin embargo, necesito que Dabi nos deje solos. Necesito algún tipo de distracción que lo haga separarse de ella. Espera… 

- ¿Qué es eso? - digo en voz alta, parece ser que hay algo moviéndose alrededor de las ruinas del castillo.

La atención de Dabi se concentra en mí, pero, para ser sincero, ya me acostumbre a su trastornada mirada. Me incorporo para poder ver mejor por los vidrios rotos de la ventana, sobre todo para corroborar si ha llegado mi tan anhelada distracción. 

No, no, no, no ¡NO! Solo necesitaba UNA distracción, ¿por qué tenían que llegar todos los ñoños medievales ahora?

- Malditos héroes…

Dabi se acerca a la ventana para ver el porqué de mi reacción, pero, aunque ya está a un lado de mi y trató de ajustar su vista a la oscuridad de la noche, parecía no entender qué fue lo que me alteró. 

“Es posible que no tenga la capacidad de ver a distancia”, pienso mientras le presto unos binoculares para que vea a las personas que se mueven en la periferia del bosque, me imagino que con la intensión de bloquear todas las posibles rutas de escape.

- ¿Cuánto falta para la media noche? - pregunta Dabi, con un cierto tono de molestia en la voz. Ja… parece que ya entendió la estrategia de los ñoños medievales.

- Media hora… - contesto, sin apartar la vista del horizonte.

- No veo al maldito gusano. - oigo a Dabi refunfuñar, supongo que refiriéndose a la naga de color verde que siempre anda con Humana. - Si no está con esos niños, es posible que ya esté en el interior del castillo. Es tan insoportable como mi padre.

Es divertido verlo expulsar humo del cuerpo, ¿estará enojado? 

- Quédate aquí con H, y cuando veas una luz brillante salir de los ventanales de ese lugar… - dice, señalando las ruinas de lo que alguna vez pudo haber sido el salón del trono del castillo, ruinas que están enfrente de la torre.

- ¿Y cómo pretendes que llegue ahí, sin que la bola de ñoños medievales me vea?

- Ingéniatelas… yo tengo una anaconda que cazar. - dice Dabi caminando hacia la salida. 

Ante estas palabras, Humana, que se había mantenido callada, se levanta del suelo rápidamente y trata de interponerse en el camino del mendigo loco, pero las cadenas se lo impidieron.

- Dabi, por favor, escúchame. - dice Humana tratando de llamar su atención. - Esto no tiene que ser así. Hay una razón por la que me quedé en este lugar…

- Si, y esa razón es que, una vez más, querías huir de mí.

- Tu sabes que eso no es verdad. Jamás he querido huir de ti. 

- Entonces ¿por qué? ¡¿Por qué en cuanto te encontré, te volviste a ir?!

- ¡Me arrastraron!

- ¡Pero jamás regresaste! ¡Preferiste quedarte aquí!

- ¡Porque descubrí un lugar mejor y seguro para ti y para mi!

Ante esta respuesta, Dabi parece sorprendido.

- Entonces… ¿si lo recuerdas? ¿Recuerdas todo?

Humana niega con la cabeza. 

- Solo recuerdo esta interminable sensación de ser perseguida. Y el miedo de que alguien los vaya a lastimar por mi culpa…

- ¿Nos?

- A ti, a mi, a AP, Viky, Gale, a todas nuestras criaturitas en la Casa Engel…

- ¿Y a Hawks?

- No vuelvas a mencionar ese nombre jamás… - la mirada de Humana se ensombrece como nunca lo había visto. - Pero si, también me preocupa él. Dabi, en este mundo, hay mucha gente con habilidades especiales y mágicas, nosotros podemos pasar desapercibidos fácilmente y…

Jalo las cadenas de Humana para que deje de hablar…

- Si, si, muy linda y bastante bien construida tu mentira. - digo, ignorando la mirada fúrica que me está echando Dabi. 

- Nadie te está hablando a ti. - me contesta Humana, después de quejarse por el tirón de las cadenas. 

- Ya lo sé. - le respondo con brusquedad. - Porque si me estuvieras hablando a mí, ya me habría dado cuenta de que estas ganando tiempo para tu adorado Gale. 

La mirada de Humana está concentrada en mí, tan concentrada, que no se dio cuenta de la indignación y la molestia creciente en el rostro de Dabi. Aprovecho esto para acercarme a ella, honestamente, ya mantuve la faceta sumisa mucho tiempo. 

- Gale ya está aquí, ¿no es cierto? Está en el castillo. Reptando entre los cimientos… - se que los gestos que estoy haciendo son muy teatrales, pero necesito que la Humana empiece a temblar. - Está colocando las trampas que le pediste que pusiera, ¿verdad? 

Dabi pasa de taladrarme con la mirada a increpar a Humana. 

- ¿Creíste que no lo iba a adivinar? - sonrió ante la mirada incrédula de la prisionera. - He estado observándote a ti y a tu naga desde hace mucho tiempo, el suficiente como para saber a qué velocidad se mueven, y ya era como para que Gale YA estuviera aquí, arrancando nuestras cabezas. ¿No es verdad? - La mujer intenta alejarse de mí pero, al estar encadenada, lo único que puede hacer es echar para atrás la cabeza, aunque es inútil. La sujeto del suéter y la alzo de tal manera que me vea directamente. - ¡¿No es verdad?!



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En el texto hay: medieval, magos y guerreros, brujasmagia

Editado: 27.01.2023

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