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Peyton

Había sido un gran cambio para nosotros. Ya había pasado varios meses desde que Ian y Josué se vinieron a vivir conmigo a pesar de que sus padres no estaban de acuerdo con esto, ellos lo hicieron. Eso me sorprendió mucho. Pero lo bueno es que aceptaron que sus hijos se fueron y están muy bien por ellos mismo.

Algunas veces mis hermanos los van a ver y rara vez los acompaño. No soy muy abierta con ellos, trato de ser lo más cortante posible. Ya superé esta parte de mi pasado, pero eso no quiere decir que haga como si nada hubiera pasado. Ellos serán las personas que me dieron la vida, aunque no quiera era la realidad. Además, ya tenía un padre y con eso me basta. Se llama Dominic James y no necesito a nadie más que a él y a todos mis hermanos.

Todos.

–Venga, vamos a comer –murmuro Michael de flojo

Hoy era fin de semana y como de costumbre todos estábamos reunidos.

– ¿Nand's? –Pregunto Dylan, todos asintieron.

–Vamos andando, está cerca –sugerí.

–Vale, venga vamos –hablo Ethan apoyándome guiñándome el ojo. Me acerqué a él y le di un beso corto en los labios

Todos salimos. Cogí las llaves de la casa y mis dos móviles junto a mis armas. Nadie sabe con qué sorpresas me esperan en la calle, mejor ir protegida. Fui tras ellos rápidamente. En el transcurso fuimos bromeando de cualquier cosa hablando sobre temas triviales. En un momento sentí que nos estaban siguiendo y saqué mi móvil para ver por el reflejo de la pantalla. Eran más de diez hombres siguiéndome.

Fruncí el ceño, esto no era nada bueno.

– ¡Al piso! –Grite rápidamente cuando comenzaron a disparar –Llévatelos Bruss ¡Ahora! –ordene escondiéndonos detrás de algunos autos.

– ¿Que pasa, Emma? –pregunto alterado Ian seguido de Josué. Negué, ni yo misma sabía lo que pasaba.

Le hice una seña a Bruss para que se los llevara a todos. Ethan no se quería irse y dejarme aquí así que Bruss tuvo que noquearlo para llevárselo consigo. Así cada uno se fueron todos escondiéndose para que no los viera. Ya cuando los vi saliendo de aquí, saqué mis dos armas que llevaba bajo mi buzo. Siempre las llevaba para situaciones como esta.

Salí de donde estaba resguardad apuntando con mis dos armas al hombre que tenía frente mío.

– ¡Que mierda pasa! –exclame furiosa. Todos los hombres se quedaron blancos al verme – ¡No recuerda mi puta regla numero uno! No meterse con mi gente –grite con la mandíbula tensa.

–Pero si tu gente se mete con nosotros Diabla no nos vamos a quedar con los brazos cruzados –contesto valiente un sujeto que parecía el líder.

– ¿De qué coños hablas? –pregunte entre dientes

Este trago saliva.

–Que deberías controlar a los gemelos, a esos que estaban a lado tuyo. Se metieron con nosotros y tu Diabla –comenzó a decir cauteloso, continuo –Usted más que nadie como es nuestro jodido mundo –él tenía razón. Si jodes te matan.

–Yo me encargare de esto –asegure – No quiero que una mierda así pase de nuevo ¿Entendieron? –pregunte, ellos asintieron frenéticamente –Largo –escupí fría

Jodidos estúpidos mocosos ¿En qué lío se metieron?

Lo peor de todo es que todavía que esta gente no lo piensa mucho y te mata sin remordimiento alguno. Con Bruno y Scott no tuve que pasar por esto y eso que no sabían mucho al comienzo. Sé que esos desconocidos no los iban a matar, pero si a darles un buen susto para que ya no volvieran, era obvio. No estaba enojada estaba cabreada.

Me fui directo a mi casa donde me encontré a todos muy pálidos suponía que era por el susto. Nadie había notado mi presencia excepto Bruss que se me acercó.

–Peyton deje a Ethan en tu habitación y los demás estábamos aquí esperándote a que regresaras –informe. Asentí

Camine hacia el par de inmaduros idiotas que tenía como hermanos.

–Emma esta… –dijo Ian pero lo interrumpí.

– ¿En qué coños se están metiendo? –pregunte entre diente. Los dos se quedaron callados y pálidos. Respire hondo –No los quiero volver que anden en esos lugares –masculle conteniéndome.

– ¡Tú no nos mandas! –gruño Ian insolente. Josué se quedó callado.