El Regreso De Keriton

CAPITULO #1

Todos los mundos tienen algo que los distingue, unos tienen seres superpoderosos, otros tienen seres muy débiles, pero el mundo del que te hablaré en esta ocasión es un mundo con seres muy crueles, capaces de todo por lograr su cometido. 
-Aquí tienes, Vacío, te he traído lo que me pediste, ahora dame lo prometido -dijo un hombre de test azulina y cuerpo musculoso. 
Aquellas palabras fueron escuchadas por alguien en otra dimensión, un ente que contiene en su interior a todos aquellos seres vivos que murieron 2 veces, una vez en el mundo de los vivos y otra en el cielo o en el infierno. El nombre de este ente es el Vacío, otros lo llaman el Olvido y muy pocos le dicen Surof. 
-Pu Pu Ur, ¿cierto? -preguntó Surof, al mismo tiempo que hacía acto de presencia en el infierno, donde Ohuart, el titán azul se encontraba entregando en ofrenda a un joven mago con cuerpo de murciélago, para así regresar a la vida a un viejo demonio de nombre Genotor. 
Con todo listo para llevar a cabo el ritual, Surof extendió sus oscuros brazos para tomar a Pu Pu Ur, pero una fuerte luz se lo impidió, aquella luz era la del alma del mago Tukino, quien logró poseer el cuerpo de murciélago de su amigo, para así poder rescatarlo. 
-Ohuart, este ritual no se completará -le dijo Tukino al titán-. No dejaré que el Vacío se lleve a Pu Pu Ur. 
Una vez que salió del cuerpo de su amigo, Tukino aún convertido en luz atravesó el cuerpo del titán, empujando su alma fuera de su cuerpo, logrando alejarla unos centímetros de su cuerpo físico, el tiempo suficiente como para que Pu Pu Ur pueda reaccionar y escapar, evitando así ser atrapado por el Vacío. 
-¡Esto sí que es un rescate! -gritó Pu Pu Ur al liberarse de las manos de Ohuart. 
-¡Esto no puede ser posible! -gritó eufórico Surof, al ver como su objetivo se iba volando. 
Con el prisionero liberado y su energía agotándose segundo a segundo, Tukino soltó el alma de Ohuart y debido a un fallo en sus planes su cuerpo físico apareció en el infierno. El joven murciélago ya estaba por escapar con lo que le quedaba de energía, pero al ver que el cuerpo de Tukino se había materializado en el infierno, decidió quedarse. 
-¡Tukino, ¿qué ha pasado!? -preguntó Pu Pu Ur. 
-Tú, sólo huye, muchacho, yo encontraré la forma de salir de ésta -respondió Tukino.  
-No puedo dejarte aquí -dijo el murciélago, y justo cuando acabó de decir eso, Ohuart se recuperó, volteó a ver a Tukino y le lanzó unos potentes rayos celestes desde sus ojos. 
Los rayos estuvieron a casi nada de impactar a Tukino, pero éste logró desviarlos hacia Surof, que se acercaba sigilosamente a Pu Pu Ur. 
-¡Aaaaaahhhh! -exclamó con dolor el Vacío al recibir los rayos de Ohuart, los cuales dejaron en él una profunda herida, con un orificio de entrada y salida a la altura del cráneo. 
Aquella herida fue vista por Keriton como una puerta de salida, así que sin perder tiempo la atravesó, rompiendo aún más el gelatinoso cráneo de Surof, quien intentaba por todos los medios sellar su cráneo, pero el titán azul ya se había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo, así que volvió a arremeter en contra de Surof, lanzando sus rayos contra el Vacío. 
-Es ahora o nunca, Keriton, escapa -dijo Ohuart, mientras que Tukino y Pu Pu Ur huían cada uno por un portal distinto que abrieron para dirigirse a Curat, el mundo de los vivos. 
Pasaron unos segundos y ambos magos aparecieron en la capital de Curat, mientras que en el infierno, Keriton ya había logrado escapar del Vacío. 

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ 
Keriton ahora está libre y junto con Ohuart viajarán a Curat. 

 



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En el texto hay: demonios, robots, magia

Editado: 15.01.2020

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