3 días después de haber partido, ellos llegaron a un lugar muy cercano del destinatario.
Los árboles que estaban en el camino dejaron de verse medio kilómetro atrás. Y en su lugar habían algunos arbustos y rocas repartidos aleatoriamente. Además se podía apreciar como comenzaba el desierto a lo lejos y, cerca del lugar en donde se detuvo la carroza, había una pequeña fortaleza amurallada.
Violeta al bajar de la carroza se dió cuenta de todos esos detalles y pronto entendió que la misión especial que le había impuesto el rey era muy desagradable para ella realizar. A pesar de que ella no conocía los detalles y el grupo de mercenarios con el que estaba no le contestaban sus dudas, ella se imaginó lo que harían.
Decidió preguntar por última ocasión para estar segura, pero debía elegir a quien preguntarle.
«Rubí casi siempre se ríe de mi», pensó. «Xandros es muy serio y le tengo algo de miedo. Bors parece muy amigable, quisiera conocerlo mejor. Y Ray... Ray, aveces me trata muy fríamente, pero en otras ocasiones es muy amable, creo que es mi mejor opción».
La princesa dio varios pasos, se acercó al mercenario y le topó en el hombro. Él se volteó, la vio con una cara sonrojada y le preguntó:
—¿Qué pasa Violeta, necesitas algo?
—S-si, quisiera que me cuentes un poco acerca de la misión. Necesito estar preparada.
—...
El joven se quedó en silencio unos segundos, vio hacia los demás del grupo y, al ver que cada uno estaba haciendo una tarea diferente para acampar en el lugar, decidió hablar.
—Bueno, te contaré, ya que la comenzaremos al anochecer.
Ray puso una mano en la espalda de Violeta y la llevó consigo a dar un pequeño paseo. Tras alejarse un poco del grupo y pasar al lado de una roca grande, la fortaleza se vio con claridad.
Ambos se agacharon y se quedaron viendo fijamente hacia dicha fortaleza. La misma estaba a unos 500 metros de distancia y ellos estaban en un lugar elevado, así que podían ver dentro de la misma sin ser detectados. Se veían luces moviéndose entre las murallas y un pequeño palacio con una cúpula dentro.
—Nuestra misión consiste en infiltrarnos en esa base, que pertenece a la nación Nuria.
Al decir ese nombre una descarga de pensamientos pasó por Violeta, de repente comenzó a asustarse y su corazón se aceleró. «Por eso esta misión me daba mala espina», pensó nerviosa.
—Veo que te has dado cuenta de que no es casualidad, pues tú jugarás un papel fundamental en esta misión. Si quieres saber más detalles, es bueno que volvamos con el grupo y lo discutamos.
Ray se levantó y comenzó a caminar en dirección al grupo, que había terminado de instalar el campamento. Violeta lo siguió y juntos llegaron al lugar donde estaban los demás, el cual estaba bien oculto y no se podía ver la fortaleza desde ahí.
Todos hicieron la cena cuando terminó de anochecer, aunque a Violeta se le volvió un nudo el estómago y se le había quitado el hambre.
—Tienes que comer —dijo Xandros con rectitud, pasándole una sopera con comida—. Esta misión es muy importante y debes tener fuerzas para realizarla. Según me dijo Rubí, tú te desmayaste varias veces mientras realizaban las pruebas. Así que trágate tu orgullo y de paso la comida.
—Jaja —Ray se rió, debido a que no esperaba que Xandros hiciera un chiste.
Los demás también rieron y Violeta, avergonzada, agarró la sopera y comió lentamente.
Un rato después de que terminaran de cenar, Rubí se encargó de apagar la fogata para no dejar rastros de humo y evitar que los enemigos los descubran. Luego todos entraron a la carpa a excepción de Bors, que se quedó cuidando la carroza, los caballos y haciendo vigilancia.
La carpa era estrecha y los cuatro estaban un poco apretujados, sentados de forma circular en el suelo. En esas posiciones comenzaron a discutir el fin de la misión y el plan para ejecutarla.
—Bien, ahora voy a explicar la misión claramente —comenzó a decir Xandros—. Princesa, ¿te puedo llamar así a partir de ahora?
Violeta puso una cara de enojo, frunciendo el ceño.
—No, ya no soy una princesa.
—Si lo eres, dijo Ray. O al menos lo serás esta noche.
—¿¡Qué!? —la muchacha se sorprendió mucho de escuchar a Ray mencionando eso.
—Debes hacer caso a lo que dicen —añadió Rubí.
—Tú también, pero, ¿por qué?
—Eso es debido a que te infiltrarás en la fortaleza —contestó Ray—. Como te había dicho hace unas horas.
—Es tal y como Ray dice —continuó Xandros—. Tú irás... me corrijo. Usted, princesa, irá a la fortaleza diciendo que había sido capturada contra su voluntad por un mercenario, y que usted llegó hasta ahí huyendo. Ellos le creerán y le dejarán entrar. Pues de todos modos usted es una persona importante de la nación.
Violeta lo escuchó muy confundida, no entendía muy bien la razón de todo eso, aunque algo le fue muy claro, «me usarán como carnada».
Ella se tapó la cara con ambas manos y sacudió la cabeza, luego separó las manos y se dió una cachetada a sí misma. Entonces miró a Xandros con unos ojos de decisión.
—Bien, por hoy seré la princesa Violeta de la nación Nuria y me infiltraré a esa fortaleza, ¿qué tengo que hacer una vez dentro?
Rubí miró a Ray con una sonrisa, él también sonrió y miró a Xandros, este último asintió y siguió explicando.
—Tenemos información de que ahí dentro está una figura importante de la nación, quizás lo conozcas, su nombre es Nubar Nolasco.
—¿Nolasco? ¿El anciano Nuno? —preguntó Violeta asombrada—. Él fue quién me enseñó a crear la esfera de luz, ¿qué hace ahí?
—...
—Eso facilita las cosas —intervino Rubí—. Con esta información tienes garantizada la entrada al palacio que está en esa fortaleza.
—Tienes razón —dijo Xandros después de haberse quedado callado—. Pero asegúrate de no mencionar su nombre hasta que él mismo se presente ante ti, tampoco debes de decir nada acerca de nosotros. Tú llegarás mencionando que sobreviviste en el bosque sola durante varios días después de escapar, ¿entendido?