El Reino de los Mercenarios: La princesa Violeta

Capítulo 28

—Bienvenidos —dijo Mauro al ver como entró el grupo de mercenarios al castillo.

El rey estaba sentado en el trono, pensando en muchas cosas a la vez. Recientemente había tenido una reunión con 2 de los 4 altos mandos y se preocupaba mucho por la situación del reino y por las disputas que llegarían en el futuro.

Sin embargo, suspiró aliviado al ver que el grupo de mercenarios que mandó para la misión especial llegó a hablar con él. Todos estaban bien, y la princesa estaba entre ellos.

Violeta caminó con paso firme a pesar del dolor que tenía aún en todo su cuerpo y se detuvo al frente del rey.

—¿Y bien, muchacha, tomaste la decisión de quedarte con nosotros?

—Si, rey, espero que a partir de ahora se me considere como una mercenaria —contestó ella sin despegar la mirada.

—Está bien, veo que la pasaste difícil, más tarde seguiremos hablando, ahora tienes que descansar —al decir eso hizo un chasquido de dedos mirando a Rubí, que estaba a unos pasos más atrás.

La pelirroja reaccionó agarrando a Violeta de las manos y llevándola a la salida.

—Espera, ¿Por qué me sacas? ¿No tengo que hacer un reporte de la misión o algo así? —opuso resistencia la muchacha al ver como Ray, Xandros y Bors se quedaron al frente del rey.

—Tranquila, no te alteres, el día que hagas eso ya llegará, ahora solo debes concentrarte en descansar.

—Hum, no me convence, después de todo yo tengo mucha información que compartir acerca de mis conversaciones y lo que se de Nuria, ¿el rey no quiere saber eso?

Rubí, asqueada, la jaló con fuerza y la sacó a rastras por la puerta. Una vez salieron le dijo que guarde silencio, que Ray y los otros le contarían todo al rey y que si de verdad quería ser mercenaria, debía aprender a seguir órdenes al pie de la letra. Eso hizo que ella se callara durante un buen rato y se dejó llevar de vuelta a las habitaciones de los jardines donde había dormido antes.

—Bien —dijo el rey una vez que los guardias cerraron las puertas y quedó a solas con los 3 mercenarios—. Primero preguntaré, ¿consiguieron las piedras?

Xandros cogió la bolsa que llevaba a sus espaldas, la abrió y dejó caer las piedras de colores que había recogido en la fortaleza.

Entre esas habían una roja, una amarilla y dos verdes. Todas brillaban intensamente, pues eran piedras que guardaban energía mágica en su interior y por lo tanto eran muy valiosas.

—¿Esos son los núcleos mágicos? —preguntó Ray con curiosidad, pues a pesar de que había visto a Xandros con la bolsa llena, no sabía que el rey le había asignado esa misión secreta, ya que a él solo se le había mencionado lo relacionado a Violeta.

«Así que esta era la principal razón de usar a Violeta como cebo, ¿eh?», pensó mirando al rey de forma seria. «Tuvo el descaro de usarla para su beneficio de esa forma, así no importaba si ella regresara o no, pues con la confusión Xandros robaría las piedras de igual forma».

—Tsk —el mercenario chasqueó sus dientes de disgusto.

—¿Algún problema, Ray? —preguntó Mauro sonriendo.

—No, ninguno, después de todo conseguir esos núcleos eran mi misión antes de yo encontrarme con Violeta, así que entiendo que los hayas querido conseguir de igual forma.

—Lo comprendes, así que está bien. No es que desconfíe de esa princesa, pero entre tenerla a ella y conseguir algunas gemas de Nuria, prefiero ambas cosas.

—Lo entiendo, solo espero que cuando inicies a Violeta como mercenaria no la utilices como si fuera un objeto, después de todo ella tiene unos ideales fuertes y quiere demostrarte su utilidad, pero aún es humana.

—Hey —interrumpió Bors al ver como Ray frunció el ceño mientras decía eso—. Relájate hombre, que aún estamos haciendo el reporte.

Ray inhalo profundamente y luego exhaló, entonces se tranquilizó nuevamente.

—¿Podemos continuar? —preguntó Mauro con la misma sonrisa.

—Si, continuemos.

—Bien, pues Xandros, vuelve a poner los núcleos en la bolsa, ahora quiero saber todo lo que sucedió en la misión. La princesa fue golpeada por lo que vi, así que algún contratiempo tuvieron, ¿verdad?

—Jaja, eres perspicaz —mencionó Bors.

—Bueno, verás... —Ray comenzó a explicarle todo lo sucedido en la misión y lo que contó Violeta acerca de su encuentro con su primo. Además habló sobre las distintas peleas que tuvieron. Pero afirmó que la muchacha tenía todo lo necesario para ser una mercenaria de verdad, aún si todas las misiones a las que vaya fueran para combatir con la nación Nuria o para hacer misiones pequeñas.

También Bors habló sobre su enfrentamiento con el anciano Nubar.

Y tras haber terminado el reporte, el rey Mauro terminó diciendo:

—Mañana se llevará a cabo la ceremonia, preparen a la princesa y díganle que a partir de mañana ella dejará completamente sus raíces como princesa y será una mercenaria por siempre. La ceremonia será en secreto, pero luego haremos declaraciones para que el mundo lo sepa.

—¡Entendido! —los tres dijeron eso al unísono y seguidamente se dirigieron fuera del castillo.

Ray fue el encargado de ir a la habitación donde estaban Rubí y Violeta y contarle las buenas nuevas a la muchacha.

Ella se alegró mucho, pero no pudo evitar derramar una lágrima más, puesto que ella no podría nunca más siquiera pensar en volver a vivir en la nación en la que había crecido. Y esa lágrima fue la última que ella derramaría durante mucho tiempo.

—Date un baño y duerme —dijo Ray antes de irse—, mañana estarás muy ocupada con la ceremonia, y después de eso...

—Seré una mercenaria e iré a más misiones —interrumpió ella seriamente.

—Por hoy me despido de la princesa miedosa que rescaté dos veces en el desierto. Espero desde mañana encontrarme con la mercenaria que decidió luchar contra la nación Nuria.

Después de decir eso Ray se despidió con una gran sonrisa en su rostro, salió de la puerta y la cerró tras de si.

Rubí se había quedado en la habitación disfrutando de la lujosa cena que Violeta apenas había tocado.



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En el texto hay: accion, amor, fantasia aventura reinos

Editado: 31.01.2023

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