El Reino Maldito

CAPÍTULO 6

Selena cree que la única razón por la que estaba vigilando el barco es para hacerle compañía a Alan. De ser el barco asaltado ella no sería capaz de hacer nada. Ella no es valiente como Elodie, ella tiene miedo, y a menos que tenga un plan no se atreve a luchar contra nadie.

A pesar de pensar que está ahí para hacerle compañía a Alan, intenta estar lo más alejada de él posible. En cuanto los demás se van ella se encierra en la sala de reuniones a crear cualquier cosa, él qué le da bastante igual.

No lleva ni diez minutos cuando escucha que la puerta se abre. No se gira, continua a lo suyo.

-¿Por qué huyes de mí? No muerdo- dice Alan con una sonrisa pícara que Selena no ve porque sigue evitando mirarle a la cara.

-No huyo, es solo que no me gusta la responsabilidad de tener que cuidar el barco-  esconde Selena la realidad detrás de esta excusa.

-Si pasara algo no sería culpa de ninguno, pero en todo caso sería culpa mía. Soy yo el que sabe de estas cosas, no tu.

-Si pasara algo, no me preocupa que me culpéis por ello. Me preocupa directamente que pase algo, porque odio sentirme impotente por no poder hacer nada. Algo que he sentido  muy a menudo durante el último año.

Alan no dice nada. Él también conoce muy bien ese sentimiento. Todo aquel que quiera salir de Euribia conoce muy bien ese sentimiento. 

Alan entra en el nuevo laboratorio de Selena y se sienta justo delante de ella. Es la primera vez que se digna a mirarle desde que llamó a la puerta. Lo primero con lo que se encuentra es con sus ojos marrones. Aparta rápidamente la mirada y la centra en un punto en la pared detrás de él, tiene unos ojos demasiado bonitos. No porque  sean de un color especialmente bonito, sino porque son unos ojos sinceros, con brillo especial. Selena es fiel creyente de que los ojos son la puerta del alma. A veces es difícil verla, ya que hay mucha gente que intenta esconderse para estar protegidos, al punto de que hay personas que no transmiten absolutamente nada cuando las miras. Aquellas personas que no intentan esconderse son las que tienen la mirada más bonita, como la de Alan.

-El otro día no te costó nada entumecer mi cuerpo, dejándome completamente fuera de combate. ¿Qué te hace pensar que no serías capaz de volver a hacerlo?-le pregunta Alan mientras juega con un matraz que casi se le cae.

Selena le arrebata el matraz de las manos antes de que lo rompa y  sigue sin mirarle, mientras continúa mirando sus ingredientes decidiendo qué es lo que debería hacer. Después de dudar por unos segundos responde a su pregunta.

-Lo que hice no fue improvisado. Sabia perfectamente que debía hacer, porque Elodie ya me había explicado exactamente qué es lo que tenía que hacer. No se me da bien improvisar, me bloqueo y dejó que el miedo, los nervios, tomen el control-Selena se pone el pelo detrás de las orejas. Lo hace siempre que está nerviosa, pero no es consciente de ello.

-Pues podemos idear un plan por si alguien decide irrumpir en el barco. Así sabrás exactamente que tienes que hacer, y podrás quedarte tranquila.

Al escucharle Selena deja de mirar los matraces y tubos de precipitados y fija su mirada en la suya intrigada por el por qué Alan está tan interesado en hablar con ella, y ahora incluso ayudarla a que se sienta más tranquila.

-¿Y cual seria?

-Uno muy simple. ¿Tienes más polvo de ese que me  echaste el otro día?

Selena asiente levantando el frasco en el que tenía todo el que le quedaba.

-Perfecto. Si alguien entra le escucharemos, pero él no sabrá dónde estamos. Yo le encuentro le inmovilizó y tú le echas el polvo ese.

-Es un plan maravilloso si tuvieras la suerte de que solo entrara una persona al barco. ¿Qué harías si entraran más? ¿O si no fueran humanos? 

-Tu no te preocupes por eso. Y ahora que lo mencionas tu y Cameron también deberías llevar numita. 

-Aunque la llevaramos eso solo nos protege de que usen la magia directamente contra nosotros, no de que la usen a su favor en una lucha, o en para quemar, hundir, o hacerle algo al barco.

-Veo que te gusta preocuparte.

-No es que me guste, es solo que prefiero tenerlo todo bajo control.

-No puedes tenerlo todo bajo control.

-Puedo intentarlo.

Selena vuelve a sus ingredientes sabiendo exactamente qué hacer.

-¿Qué haces?

-Veneno.

-¿Para qué?

-Para  barnizar las armas con él, incluyendo las balas. Este no es un veneno cualquiera, en cuanto entra en contacto con la sangre viaja directamente al corazón matando a la persona en menos de treinta segundos. 

-Vale, y ¿por qué has decidido hacer eso ahora?-pregunta Alna un poco preocupado de haber irritado demasiado a Selena.

-Porque esa es mi parte del trato. Es mi forma de protegernos. 

Alan no dice nada más. Deja que Selena haga lo suyo mientras que él la observa atentamente, fascinado por lo que la ciencia es capaz de hacer, la cual no tiene nada que envidiarle a la magia.

-¿Que usais como artillería para cargar los cañones?



#2255 en Fantasía
#6292 en Novela romántica

En el texto hay: piratas, magia, magia amor y lucha

Editado: 03.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.