El Reino que su Nombre Olvidó

Capitulo 27

*THYRA*

Había pasado una semana desde que iniciamos el viaje hacia el sur, y aunque el tiempo parecía avanzar con lentitud, el camino había estado lleno de experiencias. Cada día traía algo nuevo que aprender sobre este continente, sus reglas, y sus peculiaridades.

Mis compañeros de viaje habían resultado ser una fuente invaluable de información, y sus historias sobre las distintas regiones y costumbres me ayudaron a construir una imagen más clara de este lugar. Había algo intrigante en cómo las tierras y sus gentes parecían tan distintas de lo que conocía, y aunque todo era nuevo, comenzaba a sentirme cómoda con sus diferencias.

El camino, sin embargo, no había sido completamente tranquilo. Nos habíamos encontrado con varias bestias menores, criaturas que no representaban una verdadera amenaza pero que aún requerían ser eliminadas para continuar con nuestro avance. La primera vez que desenfundé mi espada frente a ellos, mis movimientos causaron algunas miradas curiosas entre mis compañeros. Me esforzaba en contenerme, en no usar demasiada fuerza o habilidades mágicas que pudieran levantar sospechas. Me limité a lo básico, dejando que mis compañeros también participaran y demostraran su destreza.

Pero los encuentros más tensos habían sido con los bandidos.

No era extraño cruzarse con ellos en caminos tan largos y aislados. Pequeños grupos de hombres y mujeres desesperados por robar a los viajeros. La primera vez que los vimos, fueron los gritos de ayuda de una carreta en peligro lo que nos alertó. Al llegar, me preparé para actuar como siempre lo hacía, rápida, precisa, letal si era necesario. Pero antes de que pudiera dar el primer golpe, mi compañero, el hombre dueño de los puestos de juego, me detuvo colocando una mano en mi hombro.

"No los mates," dijo en voz baja, con una firmeza que me sorprendió. "Aquí en este continente, preferimos que los bandidos sean capturados y entregados a las autoridades. El castigo debe ser justo, no dictado por nuestras manos."

Fruncí el ceño por un momento, casi sin comprender su lógica. En mi tierra, aquellos que ponían en peligro a otros perdían su derecho a la misericordia. Pero este no era mi hogar. Aquí, las reglas eran diferentes, y sabía que, para pasar desapercibida, tenía que adaptarme. Así que simplemente asentí y desenvainé mi espada con un propósito diferente.

Fue más complicado de lo que pensé. Aunque los bandidos eran débiles en comparación a lo que estaba acostumbrada, detenerlos sin matarlos requería más esfuerzo y precisión. Mi espada tuvo que golpear con el lado plano, mis hechizos se limitaron a inmovilizar, y en más de una ocasión, tuve que contenerme cuando uno de ellos intentó escapar. Pero lo logramos. Los bandidos fueron reducidos y atados, y luego escoltados por otros viajeros hacia la ciudad más cercana para enfrentar la justicia.

El proceso se repitió dos veces más durante la semana. Cada vez, mis compañeros agradecieron mi paciencia y mi comprensión, pero yo solo asentía en silencio. Para ellos, era un acto de humanidad y justicia. Para mí, era una lección más sobre las diferencias culturales que había entre mi tierra y este continente. Había algo honorable en su insistencia en mantener la justicia, pero también una debilidad que no podía ignorar. En mi mundo, a veces no hay segundas oportunidades, y me preguntaba cuánto daño podrían causar esos bandidos si lograban escapar o volver a las sombras.

Aun así, respeté su forma de hacer las cosas. Me recordé que estaba de paso, que este no era mi hogar, y que no era mi lugar imponer mis creencias.

Por supuesto, la semana no solo estuvo marcada por combates. También hubo momentos de camaradería entre nosotros. Por las noches, alrededor de la fogata, compartíamos historias y risas. Yo escuchaba más de lo que hablaba, pero a veces contaba pequeñas anécdotas de mi tierra. Mantenía mis palabras cuidadosas, evitando mencionar mi verdadera posición o el consejo que tanto detestaba. Para ellos, yo era simplemente Thyra, una aventurera en busca de su camino.

Una noche, mientras el fuego crepitaba y las estrellas brillaban sobre nosotros, uno de los hombres me preguntó "¿Qué harás una vez que llegues al puerto? ¿Vas a quedarte allí o seguirás viajando?"

"Seguiré mi camino," respondí con una pequeña sonrisa, mirando las llamas. "Aún queda mucho por hacer antes de regresar a mi hogar. Pero por ahora, solo quiero disfrutar del viaje."

El grupo parecía aceptar mi respuesta con naturalidad. Un silencio cómodo se instaló entre nosotros mientras el fuego continuaba crepitando, lanzando sombras danzantes a nuestro alrededor. Fue entonces cuando noté que una de las mujeres del grupo, una joven de cabello castaño claro y ojos verdes, parecía inquieta. La había visto muchas veces hablar con confianza, pero ahora, parecía tener algo que decir y no sabía cómo hacerlo.

La observé de reojo mientras ella jugaba con el borde de su capa, como si estuviera debatiendo consigo misma si debía hablar o no. Finalmente, respiró hondo y, con una voz que comenzó suave pero firme, rompió el silencio.

"Thyra… hay algo que quiero decirte," comenzó, llamando la atención de los demás. Todos la miraron, incluyéndome, y por un momento pareció arrepentirse de haber hablado.

"¿Qué sucede?" le pregunté con curiosidad, ladeando la cabeza.

Ella me miró directamente, aunque había un leve rubor en sus mejillas. "No quiero arruinar tus planes ni mucho menos, pero he estado escuchando todo lo que has contado sobre tu hogar, tus costumbres, y tus metas… y no puedo evitar pensar que, tal vez, deberías reconsiderar un poco tus planes."

Fruncí el ceño levemente, pero no interrumpí. Sus palabras parecían venir de un lugar genuino, no de juicio ni crítica.

"Lo que quiero decir es… entiendo que quieras regresar a casa," continuó, su voz ganando confianza poco a poco. "Pero también creo que deberías pensar en quedarte un poco más en este continente. Al menos por un tiempo. Has dicho que buscas un poco de libertad, que este viaje es como un respiro antes de volver a tus responsabilidades. Y, si me permites decirlo, este continente tiene tanto que ofrecer… tanto que podrías explorar y experimentar."



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En el texto hay: luchas, politica reinos poder, bestias magicas

Editado: 04.02.2025

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