Cada mañana desayuno panqueques, son mis favoritos, pero saben mejor cuando van acompañados de un batido de fresa. Deion me hizo el desayuno, comí lo más rápido posible, me dijo-sonríe y le hice caso porque por fuera me gusta sonreír.
Mi madre bella me va a dejar en su auto. Ella trabaja en unas oficinas propias. Es dentista con un jugoso sueldo. Con el nos ha dado un bienestar favorable.
Mi madre con mi padre que toca sus instrumentos en el cielo compraron nuestra casa. Es una casa muy linda, mamá no ha podido pagar la pensión del Colegio porque no era una beca completa, pero los atrasos son el resultado de una deuda adquirida cuando atropelló a un chico con su auto.
Tuvo suerte que no lo matara, si es verdad que el chico tuvo lesiones. La madre de este joven denunció a mi madre y le ha sacado grandes cantidades de dinero por medio de un juicio. Por convenio tiene que pagar una multa muy grande para resarcir al chico atropellado, pero de a poco nos estamos recuperando de esta crisis. Mi madre es muy inteligente.
Mi madre ya está en el auto, hizo sonar el claxon.
Mueve cariño, ya vamos tarde; ¡gritó! ¿Cómo no se queda sin garganta de gritar tan fuerte? Dios, me cuesta trabajo entender.
Ya voy-le respondí, dame unos segundos que voy al baño, creo que ni siquiera me escuchó. En aquel instante me dio ganas de ir a hacer pis, o sea del Uno.
Acto seguido me dieron unos terribles estremecimientos en mis manos y en otras partes de mi cuerpo. Parecía que había un terremoto dentro de mí. Fui corriendo apresurada donde estaba mi madre. Ella ya tenía abierta la puerta del auto, entonces entré. Dentro, en la parte de atrás se encuentra Demarco jugando juegos en el teléfono. Me ignoró ya que luego le iba a hacer perder la partida de Minecraft. La escuela denominada Barrington, que es donde mi hermanito estudia tiene una distancia más lejana del colegio Nixon donde yo estoy estudiando por ahora.
Ay, hija, eres tan bella, eres la más bella del mundo—«dijo mi madre».
No pude contestar a aquello, por dentro al querer sacar palabra alguna. Tuve intenciones de decirle lo tan afortunada que me sentía en poder tenerla. Juro que quería decirle tantas cosas bellas, pero cuando pretendí decir algo, no salió de mí ninguna voz. Resulta que tengo lagunas mentales y como no pude sacar palabra alguna, solo en mi defensa afloré una gran sonrisa. De esas sonrisas que yo se imitar muy bien, en eso me había convertido en toda una experta.
Al ir en la dirección del colegio logré ver tantas cosas hermosas que me hicieron sonreír. Vi a niños jugando en un campo con sus mascotas. Parejas se tomaban fotos, también se daban abrazos y besos desmesurados.
Había una clase de yoga con más de diez miembros. Otros en cambio estaban comiendo en una mesa de madera, juntos en familia. Logré divisar que a gran altura volaba una cometa de papel y fue algo maravilloso ya que los niños de ahora juegan solo con sus teléfonos. De seguro que esos niños tienen a esa clase de padres que les gusta enseñar muchos de los valores antigüos, lo cual me parece genial. Hace poco vi un video en Tik-Tok donde aprendí sobre los juegos con los que se divertían los niños en los años 80 hasta el 2.000. Jugaban con sus cometas de papel, a los trompos, a las canicas, a los tazos y demás juegos.
Las felices sonrisas de todos los que podía ver, eran igual que la mía. Igual de amplias y extensas, pero a leguas se notaba que eran de una felicidad mucho más auténtica.
Yo sonreí al verlos a todos ellos porque era un cuadro hermoso y tan misterioso. Ni siquiera Leonardo da Vinci o Pablo Picasso podrían haber pintado algo tan hermoso. Ellos Dos eran buenos pintores, pero estoy segura que nunca pudieron pintar algo igual de maravilloso como ese cuadro de la vida real que yo estaba admirando.
También lo que después vi me alegró el corazón, me refiero a las mariposas. Son unos seres geniales, al desplegar sus alas son libres, se ven tan bellas. Unas solo tienen color blanco, y otras tienen los colores más hermosos que he visto en toda mi vida.
Me encantan porque una vez fueron orugas con un encierro igual que el mío, ellas al ser orugas. Al estar encerradas dentro de su capullo no podían expresar sus verdaderas emociones. Empiezo a Fantasear que tienen que haberse sentido tan miserables por dentro. Estoy segura que lo que más querían en aquellos instantes era que se acabara su existencia miserable, pero luego cuando pudieron transformarse en mariposas. En unas bellas mariposas sintieron una libertad excitante. Imagino que al mirarse en un río o una fuente donde pudieron reflejar sus bellezas, pudieron ver sus hermosos colores y se sintieron muy felices y emocionadas.
Yo por eso las admiro porque quisiera tener alas y volar muy lejos y muy, muy alto, pero también quiero que a mi madre y a Demarco le salgan alas y vuelen conmigo a mi lado.
Les dije que me siento encerrada, pues sí, es un encierro interno, siento que tengo una batalla entre el monstruo y yo. Se trata de una batalla desigual en la que yo estoy perdiendo de forma escandalosa. Iba en el auto divisando a las personas y noté que cada persona es muy hermosa y misteriosa, pero ahora me tocaba afrontar una pesadilla. Cuál, pues el colegio, no es tan genial ni tampoco ser inteligente tiene sus ventajas, pienso lo contrario. Ser inteligente es horrible.
Al llegar al Cole, cuando ya tocaba despedirme de mi madre, le di un gran y efusivo abrazo, donde no la pude soltar hasta por más de dos minutos. No quería despegarme de su cuerpo. Pero ella me dijo, «ya, cariño, mueve que vas a llegar tarde».
Le hice puño explosivo a Demarco para despedirme, «o sea, chocamos puños» y él hizo el efecto de sonido explosivo con la boca. Pum.
Antes de entrar en el colegio me encontré con algunas de mis pesadillas. Me topé con un enjambre de abejas. La abeja Reyna tenía por nombre Sophia George, también estaban. Abigail ,Mía, Madison y Elizabeth. Todas eran muy blancas. Esa perra de Sophia era muy racista para elegir sus amistades. La abeja Reyna daba una orden y sus esclavas obedecían.