El resurgir de una leyenda

Capítulo uno.

Cassandra Basset se bajó del carruaje ajustando el agarre a sus maletas mientras miraba con asombro el campus de la Universidad de Arcadia, sus ojos dorados miraron el nuevo ambiente con curiosidad. Los altos edificios de ladrillo gris y las amplias áreas verdes la hicieron sentir intrigada y a la vez emocionada. Era su primer día en la universidad donde todos los estudiantes podían transformarse en animales, una habilidad que cada uno había descubierto en la infancia o durante su adolescencia.

Tras un suspiro profundo, y enderezar su postura, caminó hacia la oficina de administración para recoger su horario y las llaves de su dormitorio. Mientras esperaba en la fila, observó a los demás estudiantes a su alrededor, intentando adivinar en qué animales se podían transformar. Era la primera vez que se alejaba del norte y que veía a tantos cambia formas juntos, pues en su casa solo eran una comunidad de no más de sesenta.
Algunos eran obvios, como el chico alto y musculoso con una camiseta que decía "Oso", pero otros eran más difíciles de descifrar.

Cuando finalmente fue su turno, una mujer de mediana edad con gafas le entregó sus documentos y le sonrió amablemente. "Bienvenida, Basset Cassandra. Aquí tienes tu horario y la llave de tu habitación. Estás en el piso número 5, habitación 225."
Cassandra asintió, agradeciendo a la mujer antes de dirigirse a su dormitorio. En el camino, vio a varios estudiantes transformándose de animales a humanos y viceversa. Un grupo de chicas se reía mientras una de ellas, en forma de gato, se enredaba juguetonamente en el cabello de otra.

Al llegar al piso que le correspondía, Cassandra se encontró a una de las tantas chicas que residía allí, una chica de rostro aniñado con el cabello castaño rizado y de ojos azules.

—Es un placer, soy Cassandra — dijo la más alta de ambas, extendiéndole la mano con una ligera sonrisa.

—¡Hola! Soy Marina, Marina Wallace. — respondió la chica, estrechando su mano con entusiasmo. —No es de mal educada, quizás un poco entrometida, pero soy sumamente curiosa aparte te me haces super linda, ¿En qué animal cambias de forma?—

Cassandra pestañeó varias veces antes de responder, no esperaba que la recién conocida ya preguntara con tanta familiaridad, y dudó por un momento antes de responder. —Soy un pavo real..— dijo con una sonrisa, mintiendo muy deliberadamente, mientras entre abría su puerta. Había aprendido desde muy joven que su verdadera forma podía asustar a la gente, y prefería mantenerlo secreto por ahora.

—Con razón.. ¡Qué hermoso! Yo soy una mariposa monarca.— dijo Marina, transformándose brevemente en una brillante mariposa antes de volver a su forma humana. —Conmigo cerca, nos vamos a divertir muchísimo aquí.—

Después de desempacar, Marina invito a Cassandra y salieron a explorar el campus. Pasaron por el comedor, la gran biblioteca y el centro de estudiantes, cada lugar más impresionante que el anterior. Mientras caminaban, Cassandra notó a un chico solitario sentado bajo un árbol, con un libro de letras doradas en la mano. Tenía el cabello oscuro, no se le podían ver los ojos, pero se podía ver que por su expresión parecía concentrado, como si estuviera en otro lugar.

—¿Sabes quién es él?— preguntó Cassandra en un tono bajo, manteniendo discretamente su mirada en el chico mientras caminaban.

—Ah, ese es Damián Ikharys,— respondió Marina en un susurro. —Se dice que proviene del sur, se dice que es un lince, pero nadie de los recién llegados lo ha visto aún. Tiene un aire algo misterioso, ¿verdad que si? Es de primer año, como nosotras, pero llegó mucho antes que la mayoría..—

Cassandra asintió, sintiendo una extraña sensación respecto a él. Había algo en su presencia que le resultaba intrigante, su aura emanaba una energía muy diferente a que los demás, como si hubiera más de lo que se veía a simple vista.

Cuando ambas muchachas se disponían a irse el muchacho de cabellos negros alzó la cabeza y llevó su mirada en esa dirección, pues había oído la cercanía de las desconocidas, y los ojos rojos de él se cruzaron una fracción de segundos con los ojos dorados de Cassandra.

Esa noche, después de la cena organizada por los profesores, hubo una reunión de bienvenida para los nuevos estudiantes en el auditorio principal. El rector de la universidad, un hombre mayor con una voz autoritaria, dio un discurso sobre la importancia de la responsabilidad y el respeto entre metamorfos. —”Aquí en la Universidad Arcadia de la capital, cada uno de ustedes tiene un don especial,”— dijo. —"Aprenderán a perfeccionar sus habilidades y a comprender mejor sus verdaderas naturalezas. Pero también aprenderán la importancia de la discreción y la confianza."—

Cassandra escuchó atentamente, sintiendo que esas palabras resonaban en ella. Sabía que mantener su secreto sería un desafío, pero también estaba decidida a hacer nuevos amigos y aprender todo lo que pudiera sobre sus habilidades.
Al final de la reunión, los estudiantes fueron invitados a socializar y conocer a sus compañeros. Cassandra se encontró hablando con un grupo de chicos y chicas que se transformaban en diversas aves.
Se sintió cómoda entre ellos, riendo y compartiendo historias sobre sus primeras transformaciones o anécdotas de sus viajes llegando a Arcadia.

Mientras la noche avanzaba, Cassandra se dio cuenta de que Ikharys estaba sentado solo en una esquina, observando a los demás sin participar. Sintió un impulso de invitarlo a socializar, pero antes de que pudiera hacer algo, él se levantó y salió del auditorio.
Siendo dominaba por su naturaleza algo intensa, Cassandra decidió seguirlo. Lo encontró en uno de los bancos en el jardín, no muy lejos de donde estaban los demás, mirando a las estrellas.

—¿Te importa si me uno a ti?— preguntó la de cabello cobrizo, inclinando su cabeza mientras se asomaba al muchacho.




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