El resurgir de una leyenda

Capítulo dos.

Los primeros días en la universidad pasaron rápidamente para Cassandra, haciendo que en un cerrar de ojos ya hubiesen pasado semanas. Entre clases, estudios y expandiendo su nuevo círculo social, apenas tenía tiempo para descansar.

A pesar de la carga de trabajo, disfrutaba cada momento, sintiéndose parte de una comunidad única y especial.

Esa mañana el sol apenas había comenzado a iluminar el horizonte cuando Cassandra se despertó de un sueño inquieto. Se sentó en su cama, el suave resplandor de la luz del amanecer entrando por la ventana de su habitación, y se quedó mirando las sombras que danzaban en las paredes. Los recuerdos de aquel sueño sacudieron ligeramente su cabeza, no de temor sino confusión.

Pero se deshizo de esos pensamientos y decidió a aprovechar al máximo su tiempo en Arcadia, pronto se vistió rápidamente y salió a explorar el campus antes de que las clases comenzaran. El aire de la mañana estaba fresco y olía a césped recién cortado. Caminó hacia los pasillos, por los cuales a través de las ventanas podía ver el exterior, donde pequeños grupos de estudiantes ya estaban reunidos, algunos conversando, otros practicando sus habilidades de transformación. Una vez más, sintió la familiar mezcla de emoción y aprensión ante el desafío de mantener su secreto. Y mientras caminaba hacia su clase de historia de los metamorfos, se encontró con Marina en el pasillo.

—¡Cassandra! ¿Cómo te ha ido? No te veía desde anteayer..— preguntó Marina curiosa, con su característica sonrisa brillante.

—Buenos días, Marina. Muy bien... Ha sido intenso, pero emocionante, estuve terminando las notas de historia aviar..— respondió Cassandra, reduciendo un poco sus pasos para hablar con ella.

—¿Tienes tiempo para un café después de clase?— preguntó Marina, tomando brevemente una de las manos de la más alta. —Me encantaría charlar un poco más contigo, quiero conocerte un poquito más, si no te molesta..— pidió la de soñadores ojos azules con una sonrisa en labios.

—Claro, me encantaría..— Dijo Cassandra, sonriéndole de vuelta, y luego se despidió mientras veía a la bajita irse con alegría.

Después de la clase de historia general, ambas muchachas se encontraron en la cafetería del campus central. El lugar estaba lleno de estudiantes, todos hablando animadamente sobre sus clases y prácticas. Cassandra y Marina encontraron una mesa junto a la ventana y se sentaron con sus tazas de café.

—Entonces, cuéntame más sobre ti.— dijo Marina, mirándola sumamente curiosa. —¿Siempre supiste que eras un Pavo Real?—

Cassandra sintió un ligero nerviosismo, pero suspiro y mantuvo la historia que había armado con su abuelo. —Sí, lo descubrí cuando era una niña… tenía unos ocho años cuando me transformé por primera vez.—

Marina asintió. —Las primeras transformaciones son realmente hermosa.. A mi me encantaría verte transformada algún día.—

—Quizás..— dijo Cassandra, sonriendo de lado. —¿Y tú? ¿Cómo es ser una mariposa monarca?—

—Oh, es maravilloso,— Exclamó la de ojos azules con una sonrisa. —Aunque también puede ser un poco peligroso, ya que soy bastante pequeña y frágil en esa forma. Siempre tengo que tener cuidado de no ser atrapada por un depredador.—

Cassandra y Marina siguieron charlando, descubriendo que tenían muchas cosas en común. Ambas eran apasionadas por aprender sobre sus habilidades y estaban emocionadas por las oportunidades que la universidad les ofrecía.

Más tarde, mientras caminaban de regreso a sus habitaciones, se encontraron con un grupo de estudiantes que estaban organizando la pequeña muestra de metamorfos en el patio. La curiosidad de Cassandra se despertó, y decidió unirse a Marina para observar.

Un chico alto y atlético llamado Alex, que se presentó cómo un león, se acercó a ellas.

—¿Quieren unirse a la muestra?— preguntó con una sonrisa. —Es solo por diversión, pero siempre es emocionante presentar a los de último año las diferentes transformaciones de los nuevos..—

Marina pareció emocionada, pero Cassandra dudó por un momento. Sabía que su forma de Pavo Real era impresionante fachada, pero también sabía que tendría que controlar cuidadosamente sus habilidades para no revelar su esencia de dragón.

—¿Por qué no?— dijo finalmente Cassandra con jugueteo, sonriéndole a Marina tras ceder a la insistencia de la más baja. —Podría ser divertido.—

La presentación comenzó con varios estudiantes transformándose en sus animales y realizando pequeñas demostraciones de sus habilidades. Había de todo, desde águilas y halcones hasta tigres y lobos. Marina se transformó en una mariposa monarca, volando con gracia alrededor de los espectadores, recibiendo algunos aplausos.

Cuando llegó el turno de Cassandra, instintivamente sintió un nudo en el estómago. Cerró los ojos y se concentró, permitiendo que la ilusión tomara forma física. Su cuerpo cambió, y en cuestión de segundos, se convirtió en un majestuoso Pavo Real. Ella se veía delicada y sus vibrantes tonos dorados hicieron que sus plumas brillarán a la luz del sol, lo cual dejó a la multitud asombrada y encantada, por lo que los aplausos y vítoreos no tardaron en aparecer de forma efusiva.

La pavo real caminó con elegancia, mostrando sus plumas y girando lentamente para que todos pudieran ver. Los aplausos y vítores fueron ensordecedores, y Cassandra sintió una mezcla de alivio y algo de orgullo. Había logrado impresionar a todos sin tener que exponer su secreto. Y después de su muestra, varios estudiantes se acercaron para felicitarla.




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