4. OLIVIA HARRISON

CAPÍTULO CUATRO

¿QUIÉN ERES?

Beverly Hills es distinto desde que te conocí, eres mi razón de vivir ¿o es que aún no te das cuenta las tantas ganas que quiero verte a la cara?

Cuando llego a mi puerta, recibo otro mensaje del número desconocido. Y es que en el camino en el carro he estado hablando con él, en lo mucho que quiere conocerme, pero está lejos, pienso que se trata de un fan de mi padre y que ha conseguido mi número de paso.

—Buenas noches, Elisabeth —dice Yohan con una bolsa de basura.

—¿Elisabeth?

—Orgullo y perjuicio… no entendiste el chiste —dice cerrando su puerta.

—Ahh entonces tú serás…

—¿El señor Darcy? —dice botando la basura en el deposito que tiene cada piso del edificio, —¿Quieres que lo sea?

Me quedo callada. ¿Quiero que lo sea? No estoy segura.

Mi teléfono comienza a sonar de nuevo, por lo que agacho la cabeza y veo otro mensaje de número desconocido con un mensaje que me deja mucho que desear que sea sólo un fan de mi papá.

Número desconocido: Ten cuidado por donde vas caminando, posiblemente me encuentre mirándote desde la esquina

—¿Estás bien? —dice Yohan preocupado, levanto la vista y alí esta, él —¿Qué tienes?

—Quiero tu número de teléfono, ¿me lo podrías dar? —digo con miedo.

—Ah… si, ven. No creo que sea un buen lugar para conversar

Me jala suavemente hacia dentro de su casa, me quedo sentada en su sofá y espero a que me dicte los números, que como sospechaba, no es ese número.

—Te voy a escribir ahora que tengo tu número —dice riendo un poco. Se va hacia su pequeña estantería y saca un libro, lo ojea un momento y me lo entrega.

—El Principito era uno de los libros que más leía —dice él viendo otro libro de su estantería, —Es un libro interesante para leer, tiene un buen mensaje.

—Ya lo leí…

—Entonces que bien —dice viendo otro, —Aunque no creo que hoy en día lo considere mi favorito.

—Entonces, ¿cuál es tu libro favorito?

—El retrato de Dorian Gray

—Pensé que lo iba a empezar a leer cuando lo vi en tu lista de alquiler… —digo caminando hacia él.

—No, sólo quería echarle una ojeada.

Nos miramos y nos quedamos un rato quietos. Quiero acercarme a él y decirle que me mire para siempre, pero no lo digo y veo su estantería para ver algún otro libro, saco una que no he leído.

Aunque no creo que lo lea porque… ¿una cucaracha?

—La Metamorfosis, un clásico de la literatura —dice, —Por lo que dice tu rostro, no lo has leído

—Es muy raro la portada… ¿quién pone de portada una cucaracha? —digo mirando el libro asco.

—Eso es porque no lo has leído, te aseguro que es un buen libro —dice, mirándome, —Te lo presto.

—Oh… gracias, lo leeré —digo, echándole una ojeada de nuevo al libro —Quiero conocerte más. Cuéntame sobre tus padres, tu hermana, donde vives….

Yohan se queda callado, desvía la mirada por un momento y me anima a tomar asiento en el sofá, me trae un vaso de jugo de naranja y se sienta a mi costado.

—Pues… mi hermana es en realidad mi media hermana, mi papá engaño a mi mamá.

—Lo siento…

—No, no te disculpes cuando no hiciste nada —dice negando la cabeza, —Pues… mi familia no era muy rica, vivíamos en el vecindario de Las Arenas… es muy lejos de aquí por lo que… aún no veo a mi madre, sino vivo con mi padre

—¿Tu papá vive aquí también? —digo y muevo mi cabeza para mirar que nadie nos esté escuchando.

—No, me refiero a que vive en el mismo vecindario. La relación de mis padres termino mal después del engaño de mi padre, a partir de allí, dejo de ser lo mismo en mi familia

—¿Por qué? —pregunto.

—Mi mamá…

El teléfono comenzó a vibrar, agacho la cabeza para ver, pero número desconocido ha vuelto a escribirme, debería bloquearlo, pero algo me hace que no debo de hacerlo.

Número desconocido: ¿Sabías que tu familia esconde un secreto? Y espero que no me bloquees porque saldrá a la luz.

: ¡No me digas!

Número desconocido: ¿Quieres saberlo? Posiblemente se trate de ti

: Voy a denunciarte por acoso, quedas advertido. No sé quién seas, pero para lo que estás haciendo

Número desconocido: Aún no te acuerdas de mí. Querías un conejo.

Me quedo tensa al leer su mensaje, tanto que no me doy cuenta de que el celular se me ha caído del susto. Yohan, que está a mi costado, se da cuenta y corre a recoger mi celular. ¿Qué ha sido eso? ¿No será aquel niño…? ¿Qué promesa? ¿Qué dije?