El Saboteador

JUZGADO SUPREMO DE SENTENCIA

 

−Yo tampoco sabía quién era ese sujeto antes de la toma —articuló Denis Zabaleta —No fue hasta que Eduardo Catalán nos informó que se trataba de un compañero suyo de segundo año de la carrera de sociología

−Tenemos entendido que a cada universitario del país le llegó un mensaje de e-mail en cadena dos semanas antes de la toma advirtiendo lo que ocurriría —comentó el juez —¿Es cierto eso?

−En parte si, aunque no fue una advertencia real sino una burla poco clara difícil de comprender —refutó el vicepresidente de la F.U.R. —Muchos no lo leyeron y los que si lo hicimos no le vimos ningún sentido. Creímos que se trataba de una mala broma

 

Denis parecía tener mejor temple que los anteriores testigos a la hora de ser interrogados. Aparentemente de los tres líderes era el que siempre tuvo la personalidad más activa y optimista. Aunque el Saboteador en definitiva demostró que cada tipo de personalidad sufre de un punto débil. "El ego es inevitable" me dijo en varias ocasiones "Al aceptarlo puedo utilizar eso a mi favor o... en contra de otros" Tampoco se debe olvidar que cada identidad posee un cierto grado de falsedad pues no por nada Esteban pudo exponer a Denis en un video denigrando a Alicia la tesorera, provocando el rompimiento de su noviazgo.

 

−Pediré a la asistente del juzgado que lea el mensaje en cadena que los peritos recuperaron —articuló el juez Alarcón.

 

La asistente tomó uno de los varios archivadores que contenían los folios del caso. Lo abrió con calma mientras se acomodaba en su asiento. Acercó su rostro al pequeño micrófono y comenzó a leer en voz alta.

 

"Lo correcto y lo incorrecto es irrelevante al momento de definir que algo suceda o no suceda. Dependerá de quien tenga mejor control de la situación y que se ajuste a su conveniencia. Por tanto la toma del edificio no fracasará pero será para perjuicio de la F.U.R. y mi beneficio"

 

Esteban Valentino no dudó en admitir antes del juicio que envió aquel mensaje desde su propio correo electrónico sin molestarse en crear otro para el propósito. Al parecer el anonimato en sus planes le resultó sencillo dado que siempre fue un estudiante invisible socialmente hasta el momento exacto en que se mostró por primera vez en las megapantallas.

 

−¿Ninguno de los miles de universitarios que lo recibieron pudieron advertir nada en el mencionado mensaje? —cuestionó el juez con la intención de encontrar alguna pista en este absurdo.

−Le repito que la mayoría ni siquiera lo leyó —respondió el interrogado.

−¿Porque no avisaron a las autoridades cuando se percataron de esto? —inquirió el juez —La policía solo tuvo conocimiento del mensaje que el acusado mandó un minuto antes de que estallaran los fuegos artificiales, pero no fue hasta mucho después que concluyó la toma que supieron sobre este otro mensaje enviado dos semanas antes. De hecho ni siquiera se lo informaron a los demás universitarios de la multitud

−Bueno, la primera noche aún no estábamos seguros de nada. Nos llevó tiempo revisar los registros de ambos mensajes para constatar de que fueron enviados desde la misma cuenta E-mail —dijo Denis tosiendo un poco —No podíamos revelar una información que aún no habíamos comprobado. Además estábamos en medio de un caos haciendo llamadas a cada momento y nuestros celulares se quedaron sin batería en más de una ocasión

 

Esa explicación a pesar de ser tan detallada no convenció al magistrado ni a ninguno de los reporteros y periodistas que nos encontrábamos observando. Lo de los celulares sin batería parecía una excusa poco probable dado que una de las características industriales de Líberi reconocida a nivel internacional era la fabricación de todo tipo de baterías de una extraordinaria duración. Las baterías de celulares hechas en nuestro país duraban entre cinco a seis días de uso continuo con una sola carga lo cual representaba toda una proeza tecnológica.

La razón más obvia para que los líderes decidieran guardar en secreto la verdadera procedencia del mensaje en cadena era evitar ser el hazmerreír de los medios. No queda duda lo humillante que fue para la moral de la F.U.R. saber que dos semanas antes del conflicto el Saboteador había enviado ese mensaje con una pista de lo que planeaba hacer. Una pista que los estudiantes de todas las prefecturas de la nación optaron por ignorar.

El magistrado prefirió cambiar el rumbo de sus preguntas.

 

−¿Usted recibió algún daño personal por parte del acusado Esteban Valentino a quien los universitarios apodaron como el Saboteador? —preguntó de manera cautelosa.

−Quiero aclarar que yo no autoricé ese apodo —intervino Esteban desde su lugar con un tono fingido de ofensa.

 

Todos los estudiantes en el público volvieron a elevar la voz en conjunto lanzando insultos y amenazas. La guardia policial tuvo que hacer un esfuerzo para impedir que algunos estudiantes pasaran al lado delantero de la sala. Un pequeño dato que quiero esclarecer es que dicho apodo se le otorgó mucho después de que la toma terminó y se difundió por completo en todo el país poco antes de que diera comienzo el juicio.

 

−¡Es suficiente! ¡Si los presentes no se controlan tendré que ordenar que desalojen esta sala! —exclamó el magistrado irritado aunque se pudo notar un casi imperceptible temblor en su voz pues era obvio que dudaba en lograr intimidar a una horda de tal magnitud sin mencionar a los que no lograron ingresar al juzgado por falta de espacio.

 

Afortunadamente el escándalo duró poco. Al parecer la curiosidad por el interrogatorio tuvo mayor peso.

 

−Denis Zabaleta por favor responda a la pregunta —insistió el juez.




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