Aceptar

-¿Cómo supiste mi nombre? -pregunté mientras lo observaba servir el café recien hecho en dos tazas iguales. Sonrió. 

-Verás que mucha gente conoce tu nombre, pero no mucha gente se atreve a pronunciarlo. - Me lanzó una mirada rápida y divertida al mismo tiempo que daba vuelta un par de tostadas en la cocina. 

¿Qué habrá querido decir con eso? ¿Soy la única persona a la que la impaciencia o el no saber las cosas la carcomen de bronca? Mejor dicho el misterio cuando se trata de mi persona, me molesta terriblemente. Porque quienes son ellos que pueden saber más de mi que yo misma. En fin. No sabía cómo tomar su comentario pero debía decir algo. 

-Supongo que es más pronunciable que el tuyo.

-¿Deveras? -levantó una ceja. -¿por qué lo dices?

-Jhamsa... es un nombre algo extraño en este sitio, digo. No es muy común. 

-Ah, tienes razón, muy atenta. Es un nombre de un lugar lejano... tal vez lo recuerdes: Ub69a. 

Ub69a... por algún extraño motivo comencé a sentirme nerviosa. Esa combinación de números y letras evocó una sensación incómoda en mí, aunque no la había escuchado nunca antes... no. 

¿No? 

-¿Qué es ese lugar? 

-Habría jurado haberte visto allí... - en ese momento una gran mezcla de imágenes confusas y borrosas aparecieron como flashes en mi mente. Su piel, mis manos enredadas en sus cabellos, un techo... y luego un parque con juegos para niños, pies que parecían ser los míos, caminatas de a dos. Quedé en trance por unos pocos segundos y volví al presente. 

Algo extraño estaba pasando aquí y todos a mi alrededor parecían saber qué, menos yo. 

-Pues no sé lo que es y yo nunca te he visto... ya te lo dije. No sé por qué hablas de ese modo, como si me conocieras. -terminé de hablar pero no recibí respuesta alguna. Jhamsa continuó llevando el desayuno a la mesa en un inexpresivo silencio. Como si estuviera ignorandome inconscientemente... aunque consciente.