Capítulo diecisiete

Mire al hombre frente a mi con lo que acababa de declarar, quien creería que era el mismísimo hijo del rey Cesar siendo comprensivo en una situación, cuando miles de veces su actitud despectiva hacia mi me había causado incordio.

Me olvide por un momento de la lluvia y me concentre en reflexionar sobre mi actitud actual estaba con el hijo del hombre al que casi mato el día de hoy.

-no guardo ningún secreto - dije segura- no se por que piensa eso.

- dejemos las formalidades, por hoy - dijo girando su vista al frente dónde la lluvia caía sin dilación - hablemos con sinceridad.

Las fuertes gotas comenzaban a traspasar las ramas del fuerte árbol que nos brindaba cobijo y solo quedaban pocos lugares que estaban más o menos secos.

-¿por que el cambio? -pregunte.

- no es un cambio -río amargamente -es apariencia.

-¿por que ahora? -pregunte olvidando por un momento mi propia pena.

- digamos que entendí lo miserable de mi vida.-miró hacia afuera - ya esta acampando, pero aún es fuerte la lluvia. Vamos.

No me dio tiempo a preguntar dónde y me tomo de las manos, mientras avanzamos algunos pasos más adelante de donde estábamos; entramos a una especie de cueva que se encontraba seca ahí nos sentamos en algunas rocas, espere que sea el quien rompa el silencio y bueno explique como conoce este lugar.

- vengo aquí para pensar - explico -al ver la lluvia me dirigí aquí para esperar que escampara pero te encontré a medio camino.

- entiendo -murmure a secas - ¿y ahora que sigue seremos mejores amigos o que ?

- no por supuesto que no, pero tenemos algunas cosas en común; nos gusta llorar en la inmensidad de la lluvia por que sentimos nuestras lágrimas pequeñas.

Medite sus palabras indudablemente un dolor se encontraba oculto dentro de aquellas palabras y sin poder evitar pregunte.

- ¿como sucedio?.

Dio un suspiro antes agachar la vista, su mirada se perdió en el mal de los pensamientos antes de declarar.

- aun vive - dijo con un tono pesaroso- y tengo que vivir todos los días con el dolor de saberla lejos y quizás en brazos de otro.

Me sorprendió su comentario ya que esta parte de su persona dista mucho de lo que era él cuando hizo acto de presencia en la fiesta de concilio entre los reyes.

- su nombre era Analize, trabajaba en el palacio -dijo- como sirvienta, me enamore como idiota y bueno lo demás es historia de novelas.

- si es final de novelas dónde está tu final feliz- pregunte sintiendo que se estaban callendo las barreras que nos separaban.

- mi final feliz se perdió entre los miles de conflictos que sufrieron los personajes.

- ¿que paso?- me atreví a preguntar.

-Como príncipe mi deber era formar una alianza con mi matrimonio, algo que fortalezca lazos con una princesa.-suspiro- que beneficio podría brindarme un matrimonio con una sirvienta solo me perjudicaría; la amaba y estaba dispuesto a todo, incluso a renunciar a la corona, mi padre no lo permitiría así que se esforzó en demostrarme que ella no me amaba.

Lo mire por unos momentos, su padre había intervenido en sus relaciones amorosas quizás para preservar su futuro, solo que no entendía como se llevaban tan bien después de que el le arruinó de esa manera tan vil.

-¿como te sientes con eso?- pregunte, quizás con la intencion de justificar que el hombre merecía la peor de las muertes y que al exterminarlo no sólo haria justicia para mi.

- no lo se, al principio el resentimiento me embargo; más con el pasar del tiempo comprendí que era lo mejor, Analize vendió nuestro amor por unas cuantas monedas de oro. - su mirada se clavo en la parte delantera de sus zapatos- pero no puedo mentirme, mi padre comenzó a obsesionarse con las relaciones que mantenía y a todas las espantaba de la misma manera, con oro, me decía que era mejor mantener encuentros con mujeres de baja reputación y que el amor no existía para nosotros.

Me sentí mal por el, hablaba con tal resignación que podía palpar el desánimo en su voz, quizás no era la única alma que vivía a la sombra del pasado.

- ¿aun te duele? - indague- ¿te duele todo lo que ha pasado?.

- no claro que no las decepciones pasan sin embargo me siento deprimido por que no puedo vivir de la manera que quiero, me canse de luchar y busque la forma de sobrevivir.

-volviendote lo que el quería - complete.- dejando de lado los deseos de corazón.

- querían un príncipe no un hijo
-acoto- y eso me volví, pero puedo decirte que aunque no aparezca mi padre anhelo volver a verlo
-suspiro- aunque se que el es un poco .... extremista, es mi padre.

Mi corazón se estrujo cabía decirlo todas las cosas parecían conspirar a favor de ese desgraciado, mi maestro que quería que lo perdonara y hasta su hijo después de que le desgracio la vida lo anhela.

Tenia que dar mis movimientos rápidos o lo dejaría ir, y me negaba a hacerlo después de pasar tanto tiempo consumida en el odio.

- creo que será mejor que nos vallamos -dije intentando desviar el tema- me esperan en palacio.

-si claro, si quieres puedo acompañarte- ofrecio.

- no lo mejor será que nos separemos aquí.

- te he respondido todas tus dudas excepto una- dijo obviando mi anterior participación. - cuando llegó la invitación al palacio, me negué a asistir, pero mi padre dijo que era nesesario; causaba revuelo la mujer que había tomado el trono ..... estaba aburrido hasta que entre en el salón y tu sola presencia me cautivo.

Me gire bruscamente para buscar sus ojos, no podía creer lo que escuchaba y en el fondo me rehusaba a asimilarlo.

- la mejor forma de evitar que mi padre se entrometiese era actuando indiferente -se puso de pie y me dio una leve mirada - ahora ya sabes la verdad.

Se levantó dejándome atónita con su sola declaracion.....

Y cuando creemos que el final está cerca empiezan a escribirse nuevos capítulos.