La pequeña niña corría por los salones del castillo con toda la velocidad que su diminuto cuerpo le permitía mientras era perseguida por las mucamas.
Al ser la hora del baño era de esperarse, eso era algo de todos los días.
A las mucamas no les molestaba tal situación, de lo contrario, lo tomaban como un juego para librarse del estrés adquirido en el día, como era de esperarse para ellas, la pequeña princesa correría por debajo de las escaleras hasta llegar al salón principal, por lo que otro mucama esperaba su llegada detrás de los muebles para luego atraparla y llevarla al baño de su recámara.
La princesa se detuvo al descubrir el mal escondite de su amiga, aún le quedaban unos metros para entrar a la sala así que esta no había notado su presencia y si volvía por el pasillo sus otras amigas la atraparían con facilidad, desesperada buscó otra salida y sin logró alguno no le quedó otra opción que esconderse en uno de los gabinetes del estante que recorría todo el pasillo, al ser su cuerpo pequeño no le fue un problema acomodarse fácilmente en uno de estos.
Segundos después se escucharon los pasos apresurados de las mucamas.
"¿Dónde está?"
"¿No ha llegado a la sala?"
"¿Habrá vuelto a su recámara?"
Eran las distintas preguntas que se hacían estas, mientras tanto la princesa mantenía ambas manos sobre su boca intentando disminuir el sonido de su risa, ¡¿Cómo es posible qué no se les ocurra revisar los gabinetes?!
Muy pronto para hablar.
No muy lejos de ella se escuchó el abrir y cerrar de los gabinetes al principio del estante asustando a la niña, ella recorrió a gatas el interior de este intentando de una u otra forma esconderse en ese lugar, Ingrid y Lizbeth se enojarían mucho con ella si la encontraban por haber desaparecido de tal manera.
Al llegar al final de este no supo que hacer, afuera se escuchaban las voces de sus amigas llenas de angustia y enojo, cerró los ojos con fuerza y estiró su mano a un lado para poder salir, pero esta se topó con un espacio vacío. Asustada abrió sus ojos nuevamente para encontrar una diminuta rajadura que dejaba entrar un hilo de luz, con sus dedos jaló de esta la cual instantáneamente se rompió, dejando un camino por el que sólo alguien de su contextura podría pasar.
No esperó más y se escabulló a través de este.
La luz provenía de la vieja biblioteca perteneciente a su abuela, solo tenía permitido el paso hasta los primeros estantes de esta, en los cuales se encontraban sus libros de estudio y cuentos infantiles. Pero actualmente se encontraba aún costado de esta, lo supuso al ver la puerta de entrada a lo lejos, quedó maravillada la cantidad de libros que podría leer si le permitiesen entrar a esa área, recorrió los pasillos lentamente buscando las historias que más le llamasen la atención, tenía que hacer eso rápido antes de que alguien llegase y la descubriese, para su suerte ahora conocía una entrada por la cual podría pasar desapercibida.
#16029 en Fantasía
#3443 en Magia
reinas y princesas, secretos de una reina, princesa heredera al trono
Editado: 10.10.2021