El Secreto de la Secretaria.

Prólogo.

       Las nubes de un gris ratón se habían acumulado y apelotonado en el cielo como bollos de estambre en una canasta de mimbre, anunciando que pronto llovería. La brisa otoñal pronto se convirtió en oleadas de aire frío meciendo las copas de los árboles a nuestro alrededor espantando así a las aves que en ellos posaban. La gente comenzó a mirarse unos entre otros murmurando cosas que no alcance a escuchar pero lo que me quedaba más que claro eran sus miradas de compasión que lanzaban en mi dirección como si entendieran lo que estaba sintiendo. Pero no lo hacían, no, ellos no habían perdido a su hermana menor a la cual habían prometido cuidar y proteger, no tenían ni puñetera idea del dolor que atravesaba mi pecho y por sobretodo no tenían ni la más pálida idea de cómo había sido Lindsy cómo para opinar sobre ella. La mayoría de esas personas estaban ahí solo para fingir que les preocupaba pero la realidad es que no era cierto, si lo fuera entonces ellos sabrían que mi hermana jamás se habría quitado la vida. No, a ella le arrebataron su vida, eso es muy diferente a lo que la policía dijo. Yo sabía la verdad y pronto el mundo lo sabría también y su asesino pagaría por la muerte de mi hermana. Me encargaría personalmente de sacar la verdadera historia a la luz aunque para eso deba introducirme a la cueva del asesino y sacarlo a la fuerza. Y yo sabía exactamente por dónde comenzaría.

 

                  "Trabajaría para Erick Wooler.”




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