El secreto de los dioses

Capítulo 5

Al salir de la casa, Santiago vio a Samuel quien lo esperaba para ir a la forja, mientras caminaban, Samuel hacia bromas sobre la muerte de Santiago.

-Cuando llegues a Nix, dile hola de parte de su nieto y luego mueres.

Santiago podía observar como Samuel realmente estaba preocupado por él, Santiago le contó su sueño a Samuel, quien hizo otra broma respecto a su muerte, se quedaron en silencio por unos momentos mientras caminaba hasta que Santiago le preguntó a Samuel sobre Nix, Samuel inmediatamente contestó.

-Nix es la señora de la noche, la que todo lo ve, se dice que hasta Zeus le teme, y existe la historia de que cuando mi tío y mi padre lo engañaron para que durmiera, Zeus se enojó y los persiguió hasta que llegaron a donde mi abuela, ella los protegió y Zeus los dejó tranquilos por ella.

Santiago confirmó con Samuel lo peligrosa que era esta diosa, llegaron a la forja, una construcción que le recordaba la morada de un cavernícola de caricatura, las paredes de piedra con agujeros que permitían la entrada del sol, un agujero enorme como puerta, las medidas de las paredes eran impresionantes, Santiago pensó en 5 metros de altura, el techo era una piedra encima de las paredes. Cuando entraron Santiago vio un cambio completo, era un taller de lo más moderno, y a tres creaturas gigantes trabajando, al fondo del taller vio a las Moiras que sujetaban un hilo que brillaba, una de ellas tomo unas tijeras y corto el hilo, Samuel se puso serio y dijo.

 -Mi padre trabaja gracias a ellas.

Samuel y Santiago esperaron hasta que llegó Agamenón quien miró a las Moiras con respeto y miedo.

Agamenón llamó a los tres forjadores quienes miraron a Santiago. Cada uno de ellos tenía un solo ojo en la frente, y sobre la cabeza un pequeño cuerno, eran fornidos y su piel era de color gris, vestían solo con un taparrabos y cada uno tenía una pinza y un martillo, los tres regresaron la mirada al fondo de la forja y dijeron al mismo tiempo.

-Madre, él es quien forjara su propia arma.

Las Moiras sonrieron y afirmaron con un gesto de la cabeza, Agamenón protestó, pero las Moiras no le dieron importancia, antes de que los tres ciclopes le dieran las herramientas a Santiago, Agamenón hizo llamar a Quirón por una ninfa.

Un minuto después de eso Quirón llego, se veía cansado, pero aun así preguntó a las Moiras por qué pedían a sus hijos que dejen que un alumno forje sus armas, las Moiras miraron a Quirón y respondieron.

-Hijo de Cronos, es lo más justo, el mortal su destino no tiene escrito, sus manos son fuertes y su alma indomable, si él forja las armas sobrevivirá en su camino.

Las Moiras comenzaron a reír y los ciclopes le dieron un martillo y pinza, para sorpresa de Santiago en su mente estaba claro como forjar las armas que pensaba, tomó un bloque de cobre rubídico, y lo metió dentro del caldero que parecía un pequeño volcán con lava, luego tomó un bloque de plata zafirica y realizó una aleación entre estos metales, cuando sintió satisfacción en lo que hacía comenzó a moldear con golpes la forma deseada. La noticia de que Santiago estaba forjando sus propias armas llegó a toda la escuela y pronto la mayoría estaba viendo a Santiago trabajar en la forja. Santiago terminó el trabajo puliendo un escudo que parecía hecho de un espejo color morado, tan hermoso que producía envidia entre los observadores, el escudo se cubrió por un velo blanco y se transformó en una pulsera, Santiago no paró, tomó un bloque de hierro carbónico y un bloque de oro diamantado y los metió en el mini volcán, por un tiempo hasta que los sacó y comenzó a golpear hasta aplanar el material, se podía ver un trabajo de herrero que solo los cíclopes y Hefesto lograban, los estudiantes pedían que Santiago se uniera a la forja con gritos de apoyo y ovación, Santiago metió el metal hirviendo en un agua oscura y lo sacó, trabajó en el mango y al final su trabajo quedó listo. Una espada de un filo negro como la noche más oscura y el otro filo dorado como el brillo del mismo sol, la espada se comenzó a transformar en un anillo de colores dorados y negros, Santiago sentía sus brazos adoloridos y todo su cuerpo cansado, los tres cíclopes lo ovacionaron y levantaron en peso mientras decían.

-Hermano herrero eres y gracias a ti, nueva técnica de forja tenemos.

Las Moiras soltaron una carcajada, y desaparecieron, los cíclopes soltaron a Santiago quien fue llevado a su habitación.

Al despertar lo esperaba el Sr. Griffin junto a Quirón, quien parecía emocionado, una persona atrás de ellos llamó la atención de Santiago, era el Sr. Underwood quien lo miraba con preocupación.

-Mi pequeño, no sabía que todo esto pasaría.

Las palabras del Sr. Underwood se perdieron por los gritos de los estudiantes que exigían ver a Santiago, Quirón tranquilizo al Sr. Underwood mientras le explicaba las misiones, los cuatro salieron de la casa y fuera de ella los esperaban los tres líderes.




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