Hipnos volaba de forma horrible, parecía que se dormía a cada rato y en muchas ocasiones daba la impresión de que se chocaría con un edifico o una torre de telecomunicación, en otros momentos descansaba sobre un avión. El viaje parecía eterno y Santiago a cada segundo tenía más miedo de caerse de Hipnos.
Mientras volaban sobre algún océano, Hipnos se topó con un ser oscuro, que parecía no existir, Santiago lo pudo ver gracias a que la luna resplandecía, solo se podía ver como una silueta oscura absorbía la luz, Hipnos detuvo su vuelo para saludarlo.
-Érebo te saludo, vengo en visita de mi madre, permite el paso.
La silueta oscura sin decir una palabra dejó pasar a Hipnos hacia un castillo que se ocultaba en la oscuridad, su arquitectura hermosa reflejaba la belleza del mismo firmamento, dejando ver como el cielo se movía, Hipnos ingresó en el castillo y Santiago se dejó caer antes de llegar donde Nix.
Caminar por un castillo hechos estrellas y oscuridad era peor que estar en un laberinto, las puertas casi no se encontraban y en muchos momentos Santiago perdía la noción del tiempo, solía perder el sentido de día y noche, el cansancio era grande y hubo un momento en que sentía que se dormía, pero sabía que si eso pasaba no despertaría más.
Decidió descansar un poco en una habitación gigantesca hasta que escucho una voz que recorría su cuello, el temor de Santiago comenzó a crecer, las ideas de que cada brillo de estrella en el castillo eran ojos que lo miraban, se levantó y comenzó a correr buscando una escapatoria de ese lugar, se encontró en un pasillo que crecía y crecía para no dejarlo salir, la voz aumentaba a cada paso y la desesperación de Santiago se desbordaba, Santiago se lanzó al suelo, el miedo lo estaba atrapando y las ideas de suicidio recorrían su mente, la voz se hizo más clara y entendible.
- ¿Quién eres?
Esa pregunta se repetía cada vez más, lo que provocaba que Santiago se intentara tapar con fuerza los oídos, liberó su anillo para empuñar la espada y cortarse las orejas, pero en ese momento el lado dorado de la espada brilló y lo que estaba enloqueciendo a Santiago se alejó, la mente de Santiago comenzó a tranquilizarse, liberó el brazalete y el escudo junto al brillo de su espada le sirvió como una linterna, guiándose gracias a la luz que desprendía, llegó a una habitación donde encontró una estatua extraña que daba la impresión de ser un gran león con cabeza de humano, de su espalda caían dos alas negras como las de los murciélagos y lo rodeaba una especie de cola de escorpión, Santiago sabía que esa criatura de ser real era muy peligrosa y comenzó a caminar despacio hacia atrás, pero al llegar al portal notó que este estaba cerrado, la voz que lo estaba molestando comenzó a gritar.
-Despierta, despierta.
Santiago lanzó la luz que reflejaba su escudo hacia la voz y pudo ver una sombra sin forma, que creció gracias a ello, con lo que su voz se hizo más grave y comenzó a hacer efecto en la criatura, sus ojos comenzaron a abrirse y su boca se abrió para soltar un bostezo, se comenzó a levantar adormilado tomando un tamaño de unos 4 metros de altura, sacudió la cabeza, y sin aviso se puso en posición de ataque, y olfateó el lugar como para identificar a su presa, bajó la mirada y vio a Santiago, la criatura no esperó nada y se abalanzó hacia Santiago.
Santiago levantó el escudo de forma instintiva cegando a la bestia por un momento, lo que le permitió moverse, pero mientras lo hacia la sombra gritaba.
-A la izquierda, se fue a la izquierda.
Santiago se encaminó hacia la sombra y esperó un instante hasta que el gigantesco animal se lanzó otra vez, pero esta vez Santiago saltó y cayó sobre su pata, la cual usó para subir al lomo, el animal se movió bruscamente dándole el impulso necesario a Santiago para saltar hasta la sombra y clavar su espada en ella, la sombra se consumió y desapareció, pero el problema de Santiago no había terminado, derrotar a un manticora era una tarea difícil y Quirón le había aconsejado escapar si se encontraba con una, lo cual era imposible.
Santiago tomó valor y habló.
-Déjame ir o te arrepentirás.
La criatura soltó una carcajada que parecía más el rugido de un animal listo a matar y dijo.
-Muchacho es hora de mi comida y llevo tiempo sin comer un hijo de los dioses.
Santiago se puso debajo del manticora quien lanzó su punzón, por muy poco Santiago pudo bloquearlo con su escudo y lanzó un golpe con su espada que logró cortar la cola, el animal se lanzó del dolor y le dio un golpe con la garra derecha lo que lanzó a Santiago contra una pared, la bestia gritó con enojo y sus alas se extendieron para lanzarse otra vez contra Santiago, en un instante todo había terminado, Santiago sin pensarlo y solo por instinto había transformado su espada en una lanza de dos metros la cual se clavó en la cabeza de la criatura matándola al instante, Las armas desaparecieron y Santiago cayó de sentón, la criatura se desvanecía en una neblina oscura, Santiago se levantó y caminó hasta el portal donde intento abrir la puerta sin tener resultados, de pronto la puerta se abrió y unas estrellas comenzaron a brillar más, como si guiaran a Santiago, volvió a convocar sus armas y siguió las luces.