El secreto de los dioses

Capítulo 18

Samuel se despedía de la Srta. Wong mientras el Sr. Griffin aseguraba que sería bien tratado donde los Underwood.

La llegada a la mansión Underwood no tuvo inconvenientes, el Sr. Griffin no habló mucho al respecto de las misiones, Santiago miraba por la ventana mientras pensaba con cómo le diría a Samuel que la chica que conocería en la mansión iría con ellos en su viaje, Santiago ya le había contado algo sobre la chica que se hacía llamar Maga, pero no podría explicar nada más.

Santiago vio como Samuel se impresionó al ver la mansión Underwood, su mirada paseaba por los jardines y esculturas. El Sr. Griffin paró lo más cerca posible a la puerta de la mansión y al bajar del vehículo preguntó por los Sres. Underwood.

Víctor vio a los jóvenes y luego de saludarlos le contestó al Sr. Griffin que los amos de casa salieron en busca de gloria, Santiago sabía que el Sr. Underwood era una especie de caza tesoros e imaginó que estaría en alguna aventura fabulosa.

Santiago y Samuel se dirigieron hacia los establos donde se encontraba Calipso junto a Pegaso, Santiago la saludó, recordando que debía llamarla Maga, y así también la presentó.

-Maga, veo que estas bien, él es Samuel, hijo de Tanatos.

Maga miró a Samuel y lo saludó con cordialidad, luego de las formalidades de saludo y presentación, Santiago comenzó a explicar sus nuevas misiones, y además el de vencer al héroe ofendido, sea quien sea este héroe.

Samuel no prestaba mucha atención, su admiración estaba en Pegaso, sus ojos veían como el caballo surcaba los cielos mientras esperaba a Santiago.

-Santiago, dónde encontraste al caballo y qué nombre le pusiste.

Santiago miró a Samuel extrañado que no supiera su nombre, y contestó.

-Se llama Pegaso, imaginaba que sabías eso.

Samuel comenzó a reír mientras le explicaba que no podía ser Pegaso, el caballo alado de la leyenda había desaparecido hace mucho tiempo y que solo se encontraban algunos descendientes de este, el caballo se lanzó en picada como ofendido por lo que dijo Samuel, al llegar al suelo relinchó mientras desplegaba sus alas como si dijera que él sí era Pegaso.

Gracias a Calipso, Santiago tenía una idea de donde comenzar sus misiones, según Calipso, el vellocino de oro pudo ser robado por Telemo, y debían buscarlo en la isla de los cíclopes, también le dijo a Santiago que Telemo era profeta, por lo que podría guiarlos hacia el héroe ofendido, y al fuego de Hestia, pero aún existía una pregunta que ninguno de los dos podía responder.

¿Cómo llegar hasta esa isla?

Santiago y Calipso esperaban a Samuel, quien había montado a Pegaso por un momento. Calipso pensaba que un estudiante de la escuela que ya tenía algún tiempo, debía saber dónde quedaba esta isla.

Cuando Samuel llegó donde ellos, la conversación se tornó interesante, Santiago se enteró de que Samuel no solo era hijo de Tanatos, también era nieto de Eolo, quien podía conocer la isla de los cíclopes, pero ir a su castillo de nubes no sería fácil. Samuel confesó que Eolo era un abuelo estricto, pero muy ocupado, siempre cumpliendo los pedidos de los tres grandes, y cuidando que los otros señores de los vientos cumplan sus obligaciones.

Juntos se encaminaron hacía Boston, para luego llegar a la Spectacle Island.

La isla era ardía de poca vegetación, el viento corría de forma fuerte mientras subían una colina para dirigirse hacia una zona de picnic, el resto de los turistas se confundían al ver a Pegaso surcando los cielos, Santiago podía ver una nube gigantesca que se movía formando un remolino, Samuel dijo en voz casi inaudible que esa era la morada de su abuelo, y que llegar ahí era sencillo, cuando llegaron a la cima de la loma, vieron un elevador que parecía hecho por una ráfaga de viento, parecía que los mortales normales no podían ver esto. Samuel se encaminó hacia el ascensor, tomó aire antes de entrar a él y de forma casi inmediata se elevó hacia la nube, Santiago y Calipso hicieron lo mismo y pronto se encontraron en un castillo de color bronce de cinco paredes, de cuatro de ellas salían unas trompetas gigantes de colores diferentes, y la pared central tenía una puerta de color verde como si estuviera cubierta de maleza.

Entraron en el castillo para encontrarse un lugar lleno de caos, vientos por todos lados transportando papeles de oro y plata. En el centro se podía ver a un hombre regordete, su rostro era como el de una caricatura, y su cabello parecía hecho de nubes, de pronto el caos paró, el hombre dejó por un momento su trabajo y se esfumó para aparecer junto a Samuel.

Santiago se sorprendió mucho al ver como ese hombre separaba su cuerpo en dos mientras le daba un abrazo a Samuel, el caos comenzó otra vez mientras el hombre dejaba a Samuel.




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