-Perdón solo que… –Levanto la mirada y me calle me volví a sumergir en esos ojos tan hermosos.
-No importa solo que, me acordaste a James él me decía lo mismo y me vinieron los recuerdos –James era su hermano, me sentí más aliviado cuando lo dijo ya que no me había malinterpretado.
-Te hace mucha falta, ¿cierto? –Claro que lo hacía pero no pudo haber salido una pregunta más estúpida de mi boca.
Me di una bofetada mental cuando sus ojos se volvieron a cristalizar aún más, creo que aguanto sus ganas de llorar por respondió sin que una lagrima bajara por su rostro.
-Si me hace mucha falta pero siempre recuerdo lo que él me decía “Recuerda que siempre vamos a perder a las personas que amamos, pero no podemos echarnos a llorar toda la vida porque nos estaríamos matando poco a poco, y hay que vivir la vida porque se va volando”, siempre me lo decía, y ahora entiendo que me estaba preparando para enfrentar lo que pasara, pero ahora es difícil repetirme yo misma esas palabras porque me recuerdan a él y no puedo evitar llorar, y me calmo y sigo llorando, y así estoy cada vez que me quedo pensando mucho.
-Entonces sé que ahora tendré que dejarte haciendo cualquier cosa que te haga alejar los pensamientos por un rato, eran muy sabias sus palabras –Ella me da una sonrisa pequeña pero cálida.
-Y ahora, ¿puedes revisar esa lasaña, que me huele demasiado bien y ya me dio hambre? –Ella se ríe un poco y admito que se ve hermosa cuando lo hace.
-Está bien pero entonces prepara la mesa para que este lista cuando lleve la comida.
-Como usted diga mi señora.
La oigo reírse mientras me alejo, subo al baño y lavo mis dientes, me doy una rápida ducha y voy a mi habitación a vestirme, al entrar busco en mi armario algo cómodo y elijo un pantalón suelto y una sudadera, mientras me visto Mia entra a la habitación sin entrar y se queda paralizada al verme, veo como sus mejillas se tornan a un rojo carmesí y me ve de pies a cabeza, sus ojos se abren como platos y los míos también, cojo lo primero que encuentro (que era una almohada) y me tapo <<Esto no podía ser más de película>> pienso, y antes de que pudiera decir algo ella salió corriendo. No pude evitar sentirme incómodo y reírme por lo que paso. Ya después de unos minutos bajo y me encuentro a Mia en el comedor, disfrutando de su lasaña, me siento al frente de ella y sus ojos recaen sobre mí y vuelve a sonrojarse, sonrío y ella frunce el ceño.
-¿Qué te parece divertido, el que te viera semi-desnudo? –Me dice a la defensiva.
-En realidad, lo que me parece divertido como tus mejillas se ponen rojas, te ves adorable –Ella se hace la ofendida y estallo en carcajadas.
-Primero, era inevitable no sonrojarme al verte como estabas, y segundo, no soy adorable –Me dice y me rio aún más fuerte, y ella se molesta.
-¿Qué ahora me ves cara de payaso, o qué? –Y me sigo riendo hasta que siento que me mojan, ella había agarrado su vaso y me lo tiro– Ay perdón pero te estabas poniendo tan rojo por reírte que pensé que te estabas quemando.
-Te volviste loca, me empapaste de agua –Le reclamo y ahora es ella la que se ríe.
-No seas tan dramático que solo te moje la sudadera, ve a cambiarte y ya –Me dice de forma obvia.
Ella quiere jugar ¿no? Pues vamos a jugar, me levanto de la mesa y me quito la sudadera ahí mismo ella deja de reírse, me mira, y se vuelve a sonrojar y ahora sonrío victorioso.
POV Mia
Mark se levante de la mesa, y se quita la sudadera ahí mismo, dejo de reír, lo veo y puedo sentir como mis mejillas arden, tiene un bueno cuerpo, no tiene los abdominales tan marcados, pero lo suficiente para que se vea muy sexi, en el instituto más de una suspiraba cuando lo veía pasar, no era para nada feo, es alto, es de piel blanca pero no pálida, tiene muy buenas facciones y una mirada misteriosa que te causaba escalofríos al verte, sus ojos son color miel, su nariz es recta pero tiene una pequeña protuberancia no muy notable es más como un reflejo, y sus labios son carnosos y de un color marrón claro sonrosado, muy digno de admirar, luego salir de despejar un poco mis pensamientos, puedo notar que sonríe de manera arrogante y en sus ojos hay una chispa victoriosa.
-¿Qué haces, vístete? –Le digo pero el solo se sienta y me sigue viendo con superioridad.
-Estoy en mi casa, yo aquí siempre estoy así –Me dice tranquilo pero al mismo tiempo con un tono burlón– ¿Por qué, te molesta?
-No, solo que en la mesa no se come así como estas –El solo se alza de hombros restándole importancia. La ignoro y decido seguir comiendo.
Después de un rato comiendo en silencio, me levanto y voy a la cocina para lavar mi plato y tomar un poco de agua, después voy a la sala y me pongo a buscar una película en netflix, al rato llega Mark ya completamente vestido pero esta vez con una camiseta que se ajustaba bien a su cuerpo, desvió la mirada para seguir buscando, se sienta mi lado y me quita el control de las manos lo miro frunciendo el ceño y haciendo una mueca de desagrado.
-¿Qué?, Solo voy a buscar una película –Me dice muy tranquilo.
-Ya yo la estaba buscando, ¿Qué no viste? –Le digo algo molesta, él se alza de hombros y pongo mí vista de nuevo en la pantalla para ver qué película vamos a ver.
Después de buscar y buscar se decide por una de terror, era una de ataques de tiburones, la verdad se veía interesante, me levante y fui a la cocina para hacer palomitas y buscar refrescos, cuando las palomitas están lista las cojo y me las lleva a la sala, cuando llego Mark no estaba, lo busco con la mirada pero no lo encuentro me alzo de hombros y me doy cuenta de que el sofá estaba más atrás de como estaba, las luces estaban apagadas, había mantas en el piso, cobijas, almohadas y cojines, la película estaba puesta no pasaba nada solo era la intro, puse las cosas en el medio de todo y me senté, pude escuchar pequeños ruidos provenientes de las escaleras pero no les preste atención, seguí viendo y la películas por fin comenzó hasta ahora no pasaba nada interesante pero no hay que juzgar un libro por su portada. Comencé a comerme las palomitas ya que Mark nada que aparecía, de repente sentí una presencia detrás de mí y me tense, sentí escalofríos, intente tranquilizarme ignorando la presencia, pero sentí como me ponía sus manos en mis hombros y me paralicé.