ALANA:
—Oh, vamos, Estás bromeando — Me dice Yana
Les acabo de contar todo lo que me dijo Jared, todos me miran con los ojos abiertos. Hace una hora los cité a todos, estamos en mi habitación.
—No, no bromearía en un momento así. Yo tampoco me lo creo pero lo ví
—Tengo que verlo para creerlo —Dice Agnessa mientras se mete una uva a la boca. Es la que se ha mantenido más tranquila.
—Es que … bueno, quiero creerte pero suenas como si te hubieras pegado en la cabeza —Me dice Milán mientras se rasca la mandíbula.
—Se que es difícil de creer pero Jared puede mostrarles —Les aseguro. Tiro un poco de la cortina para ver por la ventana la casa de invitados.
—¿Quién está a favor de que Jared nos haga una demostración? —Dice Yana y levanta la mano, rápidamente las manos de Agnessa y Milán están arriba también.
—Bien —Me levanto de la cama —Vamos.
Agnessa fue la primera en seguirme. Poco después llegamos a la casa de invitados y entro.
—Rojito —Esta vez Yana se adelanta y lo llama.
—No me digas rojito —Le dice Jared desde la cocina sin siquiera mirarla
—Bueno bueno, eso no importa —Le dice Milán —Necesito que nos hagas un favor.
—No voy a utilizar mis habilidades solo para que me crean —Jared me mira y después voltea con Milán quien va a decir algo — No intentes negarlo, se tus intenciones, recuérdalo.
Milán lo mira resentido pero no parece sorprendido.
—Eso estuvo muy fácil. Cualquiera lo hubiera adivinado, no creo que sea tu habilidad.
—No planeo darte un show, no soy payaso así que si no me crees me da igual. —Jared termina de preparar su sándwich de mermelada y crema de cacahuate y lo muerde.
—Mira, no queremos presionarte o agotarte pero queremos lo mejor para Alana y sinceramente no te conocemos.
—Oye oye, ¿quién dijo que voy a agotarme? Soy bueno en lo que hago y no suelo agotarme jamás.
—Pero puede pasar ¿No? — Y eso me preocupa — ¿Qué pasa si te agotas?
—No lo sé y no te preocupes por eso, no me va a pasar.
—Jared, por favor, necesito que mis amigos vean que no estoy loca, que merece la pena todo lo que estoy haciendo.
—Bien —Hace una mueca —Pero no me digas que solo es por tus amigos. No me gusta.
Las puntas del pelo de Jared comienzan a hacerse de un color más intenso y sigo su mirada para saber qué está haciendo.
Él está mirando el televisor que rápidamente se enciende.
—Eso no es nada, podrías tener el control o… —Empieza Milán y Jared lo mira.
El pelo de Jared sigue con las puntas rojas intenso y la mano de Milán empieza a levantarse. Milán intenta bajarla pero no puede, Jared ríe y el puño de Milán termina en su propia mandíbula en un golpe fuerte
—¡Oye! —Se queja Milán —Siempre soy yo al que lastimas.
Se cruza de brazos y discretas se pone detrás de mi para salir de la vista de Jared. Siento que una fuerza me hace más adelante para no estar tan pegada a Milán y miro a Jared. Rápidamente aparta la mirada y su pelo poco a poco empieza a volver a su tono “natural”.
—Bueno, —Carraspeo— Espero ya no les quede dudas sobre los poderes de Jared.
—No son poderes —Muerde su sándwich — Son habilidades, es diferente.
—hay algo que no me encaja —Dice Agnessa pero antes de que pueda decir algo aparece Natalia.
—Ya decía yo que escuchaba voces aquí —Nos dice con su cara de enfado.— Ninguno de ustedes debería de estar aquí —Mira a Jared — Y usted muchacho, no sé deje mal influenciar por estos niños. Vayan a la escuela. Todos.
Jared la mira con el ceño fruncido.
—¿Escuela? —Me susurra.
Tomo su muñeca y lo guío fuera de la casa de invitados, todos salimos de ahí y vamos a mí habitación.
—Recojan rápidamente sus mochilas y se van señoritos —Nos grita Natalia desde el piso de abajo
Todos rápidamente recibimos nuestras mochilas y nos dijimos a la escalera, nadie quería desafiar a Natalia pero Jared tira de mi brazo.
—Alana —vuelve a tirar y volteo, el apunta a sus pies — No puedo salir a la calle y menos así.
—Mierda, cierto —le extiendo mi mochila y el duda pero la agarra como puede. Me dirijo a la habitación de mi padre y busco unos tenis y unas calcetas nuevas y se las entrego a Jared.
Aunque los tenis le queden un poco grandes no se queja. Todos bajamos y Natalia nos está esperando en la puerta.
—Natalia — Milán la saluda como si no nos hubiera encontrado en casa en vez de la escuela y se lleva una mano al corazón —Que creerás que yo soy el mala influencia del grupo ¿verdad?
Natalia solo nos mira enojada, abre la puerta y le de una bolsa de refrigerio a Milán.
—Todos aquí sabemos que eres el más mala influencia del grupo —Le dice Natalia y le sonríe —y por eso eres mi favorito pero no les digas. —Le da una bolsa a Agnessa y Yanna pero se detiene a ver a Jared. — ¿Y tú mochila muchachito?
—En mi auto —Digo rápidamente y Natalia me mira con una ceja levantada.
—Deja que me conteste el —Se voltea hacia con Jared y le entrega la bolsa — ¿Cómo te llamas?
—Jared — Mira la bolsa y la toma — ¿Hay un sándwich aquí dentro? —Suena ilusionado.
—Oh, algo mejor —Le dice y Yana rápidamente lo saca de casa antes de Natalia tenga más tiempo de interrogarlo. — ¿Y de dónde salió ese muchachito?
—De un trabajo en grupo —le digo y tomo mi bolsa
—Como sea, me alegro Alana.
Le sonrió y salgo de casa, Jared me está esperando ahí.
—¿Quien es? Dijiste que no tenías mamá pero te trata como su hija.
—Lo sé, para mí es como mi madre. —le digo y subimos a mi auto, con todos —Bien, nos daremos una vuelta y después dejaremos a Jared en casa
para que se resguarde sin que Natalia lo vea.
—¿Qué? No, déjalo que venga con nosotros a la escuela —Dice Yana
—No. ¿Acaso se les olvida que está siendo buscado?
—Oh, vamos, no seas aburrida, nadie lo va a buscar en un aburrido colegio —Insiste Milán.