El Sello: La Rebelión De Los Caídos

Capitulo 7: La forja

Año 9.577 N.E.

- Se supone que tú eres el experto en trampas y emboscadas - Comentó Alcorth con frustración e ironía - Ahora los hermanos Patmus morirán atrapados por no poder desenredar unas cuerdas. Que buen legado estamos dando a nuestra familia.

- Nunca he estado en combate ¿Recuerdas? Nuestro padre fue el que no entrenó con su amigo - Respondió Mizarth burlonamente - Pero tú eres el más fuerte ¿Por qué no puedes soltarte? -.

- ¡Lo he intentado pero nada que lo logro! - Vociferó Alcorth soltando un chillido mientras intentaba zafarse de las amarras.

- ¡Así que son los hermanos Patmus! Hijos de Nor y Ameda. Interesante ¿También los entrenó Thangort? - Dijo alguien que se encontraba detrás de ellos.

Ambos colgaban del techo de cabeza, amarrados casi como si fueran unas momias.

- ¿Quién está ahí? ¿Cómo sabes quienes somos nosotros? - Preguntó Mizarth a quien los tenía en esa situación.

- Yo soy el que hace las preguntas ¿De verdad su padre cree que los voy a entrenar? - Preguntó el que al parecer era el maestro que estaban buscando.

- ¿Sagga? - Preguntó Alcorth.

- ¡Ah! Comienzo a notar que no eres puro músculo, muchacho - Dijo Sagga dirigiéndose a Alcorth con ironía - ¿Cómo creen que unos niños como ustedes podrían convertirse en mis alumnos? Sobre todo, con tus... - Decía Sagga cuando fue interrumpido abruptamente.

Mizarth se había soltado y tomó por detrás a Sagga y le puso un cuchillo en la garganta.

- Bien, es hora de hablar de forma civilizada - Dijo Mizarth con una sonrisa.

Sagga desplegó sus brazos en señal de que no tenía armas con que atacar y que no haría ningún daño. Pasados dos segundos, hizo un movimiento con su cuerpo que movió a Mizarth por encima de él, Mizarth cayó en el suelo y en el momento en el que Sagga lo iba a desmayar con un golpe sintió un fuerte apretón en su cuello, este agarre lo levantó del suelo y lo llevó contra la pared.

- Creo que se descuidó "Maestro" - Dijo Alcorth con una sonrisa burlona en su rostro - Es hora de conversar civilizadamente como dijo mi hermano -.

Mizarth se ubicó detrás de Alcorth también sonriendo.

- Ya veo, no son tan malos - Dijo Sagga también con un tono burlón - Pero para llamarme maestro deben ganarse ser mis alumnos y hasta el momento no lo han hecho -.

Terminando de hablar, Sagga puso su pierna en el brazo de Alcorth que lo sostenía y luego con el empeine de la misma, le dio un golpe en la mandíbula y en el oído a Alcorth dejándolo sin equilibrio - No creas que ya tienes a tu enemigo bajo control - Luego dio un giro rápidamente contra Mizarth y lo golpeó en el pecho con una patada - Tu debes estar atento del enemigo así esté controlado, no sabes que sorpresas pueda tener bajo la manga - Regresó a Alcorth tomándolo por el brazo lo atrajo hacia su cuerpo para recibirlo con un golpe en el estomago, en el rebote lo volvió a jalar a su cuerpo y le golpeó en el rostro. Luego le dio otro golpe con el codo arriba de la cabeza dejando muy aturdido en el suelo - Debes ser más ágil, no haces nada siendo una montaña de fuerza bruta - Fue contra Mizarth que ya iba al ataque, se agachó y le dio un gancho en la quijada, luego cuando Mizarth intentó volver al ataque le dio con su cabeza de nuevo pero ésta vez en el mentón, cuando logró ponerse de pie, colocó su mano en la frente de Mizarth y lo llevó de espaldas al suelo dándole un golpe en la cabeza que hiciera que ésta rebotara en él.

- A ver ¿Que hicieron mal? - Dijo Sagga mientras caminaba calmadamente hacia una mesa y se sentaba para servirse una taza de té.

- ¿Por qué no se pregunta que fue lo que hizo mal usted? - Dijo Alcorth tratando de incorporarse, dispuesto a embestir a su objetivo, en su rostro se podía ver la furia animal que lo invadía.

- Hermano ¡Resultó! - Dijo Mizarth.

- ¿En qué momento me apuñalaste con el cuchillo? - Dijo Sagga sacando un cuchillo de sus costillas debajo del brazo sonriendo - Bueno siéntense, conversemos civilizadamente - Dijo con sarcasmo.

Los hermanos aun adoloridos se acercaron a la mesa y tomaron asiento. Sus tazas de té estaban servidas y humeando, hubo un momento de silencio mientras se recuperaban de los golpes.

- ¿Cómo hizo para curarse tan rápido? No necesitó ayuda - Susurró Alcorth con asombro al aire, no esperaba que le respondieran.

- Continúe con lo que iba a decir del por qué no nos va a entrenar - Dijo Mizarth frunciendo el ceño.

- Tus temores, muchachos Tienes mucho miedo de pe... - Inició Sagga mirando a Mizarth.

- Mi hermano no le teme a nada, bueno quizás a mí, pero no le teme a nada, no se atreva a insultarlo - Interrumpió Alcorth dando un golpe a la mesa.

- Escucha mastodonte, quédate quieto si no quieres una paliza como la de hace rato - Respondió Sagga retando a Alcorth con la mirada.

Yo no le temo al combate, temo a lo que pasa en el. Puedo sentir cosas al momento de aplicar el ANIMAURI, siento una sed incontrolable de pelea y además de eso, también puedo sentir como algo sufre en el interior de la víctima -.

- Entiendo ¿Y qué es lo qué puedo hacer por ustedes? Yo sé combatir y sé pelear para matar, mi entrenamiento nos les servirán a ninguno de los dos- Dijo Sagga con un gesto que los hermanos no pudieron interpretar.




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