Mizarth y Alcorth habían quedado impresionado al escuchar de los Nephilim, para ellos fue una sorpresa saber de la posible existencia de esos seres. Los Nephilim son unos seres mitológicos que para los hermanos era inverosímil su existencia; iban en camino en su vehículo de vuelta a la Isla Patmus para que le dieran información al respecto.
— ¿De verdad crees que sean los Nephilim? — le pregunto Ron a Markethe.
— Sí, creo que son ellos los que están atrás de esto, las arpías son seres creados por ellos, no hay forma que sea otra cosa. —
— Pero recuerda que los avances en esta época son muchos pude ser que existan porque algún loco le haya dado por crear a estas criaturas — comento Ron.
— Es cierto Ron, pero recordemos el para y por qué existen los Adelfuns; para combatir a los Nephilim o la influencia de ellos en la humanidad, entonces no podemos descartar el hallazgo de los hermanos. — dijo con una vos serena, precisa y profunda el Maestro de la hermandad.
— Maestro, ¿usted cree que se decidieron a salir a luz para empezar sus ataques? — inquirió Miachyv con cara de preocupación.
— Miachyv, es hora de prepararnos más cada vez, tengo la esperanza que como dice Ron sea que una persona desquiciada jugo más allá de los límites establecidos por el convenio mundial de dejar que la evolución haga lo suyo e hizo estas criaturas como armas, pero de no ser así debemos prepararnos cada vez más — preciso el Maestro.
— ¿Que vamos a hacer entonces señor? — inquirió el comandante Ayanne.
— Debemos empezar a prepararnos, no sabemos en qué momento la humanidad nos necesitara como el ejército de los enviados del creador, Ron y Miachyv es necesario que se apresuren en la creación de los dos nuevos guerreros; y a su vez necesito que los nuevos reclutas y los viejos sepan defenderte de ti Ron. — ordeno el Maestro.
En ese momento la hermandad Adelfuns entro en estado de alerta ante la eminente amenaza, al llegar los Patmus notaron el movimiento que ocurría, extrañados emprendieron su camino a los cuartos para descansar un momento.
— Deténganse, tienen que ir al salón de guerra allí lo esperan el gran maestro y los comandantes y concejeros — les ordeno Valkano.
— ¿Pasa algo? — inquirió con cara de preocupación Mizarth.
— Si, y mucho, vayan que los están esperando — ordeno Valkano.
Los hermanos recorrieron un pasillo amplio con un techo alto, e imágenes de lo que parecían ser los antiguos maestro de la hermandad, al finalizarse el pasillo se encontraba una doble puerta sumamente grande y ostentosa, la misma se abrió al llegar los hermanos.
— Al fin llegaron — espeto Ayanne.
Los Patmus pudieron ver como estaba reunido lo que parecía un consejo de guerra, entre ellos estaban todos los conocidos e incluso desconocidos, pero al que no esperaban ver era a Thangort su viejo amigo y maestro.
— ¿Thangort? ¿qué haces aquí? — pregunto Alcorth.
— Siéntense ambos es hora de que veamos sus videos recuerdos — ordeno Markethe
Los hermanos se sentaron en unas sillas un poco retiradas del resto de los del consejo, le colocaron unos sensores en la cabeza los cuales eran unos electrodos inalámbricos que transmitían los recuerdo a un video proyector espectral, el cual reproducía las imágenes en el aire y para lo que la veían parecía que lo estuvieran viviendo.
Al terminar de ver los recuerdos de los hermanos hubo un profundo silencio el cual fue interrumpido por Ron.
— Definitivamente tienen todas las características de las creaciones de los Nephilim —
— Pero es que no es posible, ellos no pueden hacer eso sin afectar a los sellos, y eso despertaría a los vigilantes de la creación — Dijo sin poder salir de su asombro Ayanne.
— ¿Si saben que están hablando de los que en la antigüedad llamaban demonios? — inquirió Mizarth.
— Si Mizarth sabemos muy bien lo que decimos, y según los resultados del cuerpo que trajeron, o mejor dicho de los desechos, es un ser que no tuvo nunca alma, y no fue concebido, efectivamente es una arpía hecha por los Nephilim — Markethe pronuncio esas palabras con mucha calma a pesar de lo que esto quería decir.
— Maestro, debemos tomar alguna acción — dijo Miachyv
— Es cierto debemos empezar ofensivas contra ese continente, no podemos dejar que esas criaturas impongan sus deseos — El maestro hablo con calma, pero se notaba su preocupación.
— Ordénelo e iré yo a encargarme de eso maestro — apunto Ron levantándose de la silla e inclinando la cabeza.
" ¿Ron de verdad quieres hacer eso hermano?" se preguntaba para sí mismo Markethe.
Ron volteo a ver a Markethe como si hubiera escuchado lo que pensó y asentó con la cabeza dando a entender a su hermano de lucha.
— No, Ron tú debes quedarte a seguir entrenando no podemos perderte — Ordeno el maestro.
— Sabe que si... iba a replicar Ron cuando fue interrumpido.
— No creo que quieras que envié a Markethe por ti otra vez, o ¿sí?, aparte que necesito que termines junto con Miachyv tus estudios, necesito a los guerreros a distancia, y a los curadores — apunto el maestro.
— Si señor como ordene — dijo Ron tomando asiento otra vez.
— Más que una ofensiva señor creo que investigar más a fondo, como lo dijo Ayanne si hacen cosas directas los sellos se afectarían y eso haría que los vigilantes vinieran con el poder del cielo respaldándolos, obviamente nosotros también — apunto Thangort.
Todos en la mesa miraron detenidamente a Thangort, y pudieron darse cuenta de que lo que el indicaba era cierto la hermandad no podía ir en una ofensiva como la plantaban, sabían que el consejo mundial no intervendría ya que es con los países no alineados, pero igual no pueden hacer eso sin pruebas.
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Editado: 10.02.2024