El Sello: Ron, Torturas del pasado

Llamas de Venganza

Las llamas rugían con furia, consumiendo el interior del Sargento Nic Uduro. El crepitar de las llamas resonaba en la noche, una sinfonía macabra que marcaba el inicio de mi despiadada búsqueda de venganza.

Después de despedirme de Markethe, continué mi camino solo, dejando atrás el pueblo envuelto en el caos del fuego. La luna llena iluminaba mi camino hacia el siguiente destino en esta oscura travesía. Cada paso que daba resonaba en la tierra, un eco de mi determinación.

El siguiente pueblo en mi ruta albergaba secretos de un antiguo ritual capaz de desbloquear poderes ocultos. Una oportunidad que no podía ignorar, porque necesitaba más que mi habilidad actual para enfrentarme a aquellos responsables de la muerte de mi padre.

Las sombras se cerraban a mi alrededor mientras avanzaba hacia el pueblo, cada paso sumergiéndome más en la oscuridad. Finalmente, llegué a la plaza central, donde los aldeanos se congregaban alrededor de una fogata parpadeante.

Me mezclé con la multitud, escuchando las conversaciones susurradas en busca de información sobre el ritual. Rumores y leyendas llenaban el aire, y supe que debía dirigirme a las afueras del pueblo, donde un antiguo altar guardaba secretos ancestrales.

Al acercarme al altar, las inscripciones talladas en la piedra brillaban débilmente a la luz de las velas. La atmósfera era densa, impregnada de la magia que parecía resonar en cada rincón. Tomé aire profundamente y me dispuse a seguir las instrucciones del antiguo rito.

Las palabras antiguas resonaban en mi boca mientras participaba en el ritual. Velas titilaban a mi alrededor, creando un ambiente místico y enigmático. De repente, una oleada de poder me envolvió, como si estuviera tocando los límites entre lo terrenal y lo divino.

—¡Por los que han caído y por el poder que se oculta en las sombras! —exclamé, dejando que las palabras del rito fluyeran con fuerza.

Las sombras cobraron vida, danzando a mi alrededor mientras sentía el poder recién desbloqueado fluir a través de mí. Un resplandor tenue iluminó mis ojos, marcando el comienzo de una transformación que cambiaría el rumbo de mi destino.

—Estoy listo para lo que viene —murmuré para mí mismo, sintiendo la nueva energía pulsar en mi interior.

Con el poder recién descubierto, me levanté del altar con una determinación renovada. Las sombras me seguían, marcando mi camino hacia un destino que solo la oscuridad podía revelar. La venganza se tejía en las llamas de mi pasado, y yo, ahora fortalecido, estaba listo para enfrentar lo que el futuro tenía reservado.

Chasqué mis dedos y una llama verde surgió de ellos sin embargo se volvió naranja de nuevo dejando claro que algo faltaba por hacer.

 




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