El señor de los nigromantes

Capitulo 3: El pueblo entre las montañas grises y sus costumbres.

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Nota:

Anteriormente, en el primer libro de la saga y en la primera version de este, se usaba una adaptación del universo de final fantasy, sin embargo, debido a problemas de compatibilidad entre los universos, la adaptacion no habia sido creada para jugar las campañas de warhammer sin o para crear campañas propias, se decidió regresar al Lore original. 

Debido a esto se utilizara la ambientacion de warhammer fantasy y Brusha pasa ser una humana junto con Sahsa y Yudren, aunque Sahsa preferiria que estuviera marcada por el caos con rasgos felinos (quedaria bien dejarle los ojos, la cola y las orejas solo hacerlas un poco menos notorias para que pudiera ocultarlas), en otras palabras una mutante. Odrat seria un elfo, Eriri una Halfling y Xian un enanmo. 

lamento cualquier confucion o incomodidad que esto pueda traer a los lectores. 

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Hacia Frugelhofen.

A la mañana siguiente de su encuentro con el Abad, la mañana de nuestros héroes es recibida con un grupo de monjes que portaban cestas de víveres para una travesía y con instrucciones de ayudar al grupo con cualquier cosa que necesitaran para su viaje. Si bien el Abad no dio señales de que esperaba que el grupo partiera lo antes posible, aquel despertar les indicaba que Jean-Louis esperaba que pudieran cumplir con el encargo lo antes posible.

El grupo partió hacia Frugelhofen apenas todos prepararon sus cosas, y después de que Kirun comprara algunos quesos del monasterio después de insistir que los necesitarían en el viaje. El grupo fue llevado hasta un lago donde el Vaswaser caía en una cascada pronunciada en un acantilado a las afueras del monasterio. El camino hacia su destino parecía seguir por la cima de aquella pendiente.

Brusha: Maldicion, en momentos como estos me gustaría tener alas para poder volar (un pequeño chiste haciendo referencia a la antigua raza de Brusha, lamento este cambio tan repentino :P). ¿Cómo se supone que trepemos por el acantilado?

Quien parecía tener una mayor experiencia escalando fue Tyler, quien pudo subir hasta la sima en menos de quince minutos portando una cuerda que posteriormente todos utilizaron para subir por la pendiente rocosa. Quienes más dificultades tuvieron para subir fueron Odrat y Xian, que no estaban acostumbrados a escalar y tuvieron que ser jalados por el resto del equipo.

Fuera de este inconveniente, el grupo no tuvo mayores problemas para encaminarse hacia el valle próximo. El sendero seguía perfectamente el rio y marcaba un único camino hacia Frugelhofen. El poblado se encontraba a poco más de cincuenta kilómetros desde le monasterio, sin tomar en cuenta el acenso por la catarata, por lo que el grupo tuvo que acampar aquella noche en medio de las montañas. Preparando el campamento como usualmente en terreno amplio del camino, el grupo se dispuso a pasar aquella noche a la intemperie entre las montañas.

Posibilidades escasas.

Mientras los Dovakiin’s terminaban de armar su campamento, Eriri, la que parecía tener siempre sus sentidos más agudizados que el resto de sus compañeros, diviso un par de figuras a lo lejos por el camino que seguía hacia el valle.

Las siluetas, ya visibles por todos a pocos metros del campamento, saludaron amistosamente a los viajeros, por lo que no hubo mayor amenaza por parte de los seres desconocidos. Se trataban de un par de enanos que regresaban jalando una carreta de bienes que habían comprado en el monasterio hacia alguna parte del valle al que se dirigían los aventureros.

Enano de barbas rojas: ¡Eh vosotros! ¡¿Os importaría acampar con nosotros?! ¡abundan los lobos y los gatos por estos lugares, por lo que seria bueno que nos juntáramos!

Menciono uno de los viajeros entre gritos unos pocos metros antes de acercarse al campamento aun no terminado de nuestros héroes.

Tyler: ¡Seria un placer poder compartir campamento con otros viajeros! ¡acérquense con confianza para que podamos conocernos!

Grito el joven noble debido a la distancia que aun los separaba.

Enano de barbas rojas: Grumbli Manopiedra, – dice el mas anciano de los dos extendiendo su mano hacia Xian, el único enano de la compañía – y el joven es Thalgrim, mi sobrino. Nos dirigimos hacia Grunere, provenientes de las minas de Grimbrin.

Después de saludar con todo el respeto que se merece a Xian y hacer las cordialidades con el resto del grupo, a excepción de Odrat y Kirun. El par de enanos se acomodo lo mejor que pudo entre nuestros héroes. Thalgrim, el menor de ellos, se apodero de la cocina aquella noche y preparo algunos platillos para los presentes.

Grumbli: ¿Qué os parece la cena? Se que este mozalbete no será un gran comerciante o protector, pero es un gran cocinero y de eso me siento orgullosos como su guardián.

Kirun: ¡Delicioso! – Comentando mientras lamia le plato.

Sahsa: ¡Miau! ¡De los mejore platillos que he probado!

Eriri: Eriri pensar que ser delicioso, más delicioso que comida que haber probado.




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