Capítulo 1
Oscuridad, dentro de ella emergieron dos figuras, chocando miradas, simpatía contra apatía. La primera figura no tenía forma alguna, no era nada más que una simple nebulosa oscuridad que haría que cada ser humano se estremeciera del miedo con su sola presencia, alimentándose de ellos suavemente. Si no fuera por sus ojos rojos, seria simplemente invisible para cualquier ser. La segunda figura poseía una forma humanoide, la gran diferencia entre los dos, era el resaltante color blanco, sin embargo, su presencia era luminiscente en esta perenne oscuridad.
El silencio lentamente tomaba dominio en el ambiente, chispas se oían en el exterior, de a poco, luces comenzaron a surgir en esta oscuridad, cada luz estaba a una distancia considerable a la otra, aquellas luces serian consideradas "estrellas" para la comprensión humana. O más bien, para simplificar el profundo significado que había en aquella palabra.
—Has tomado la decisión, ¿No es así, Ronin? — expreso la nebulosa oscuridad con una voz poderosa y grave.
—Si — respondió —. He tomado una decisión, Kami-san.
El recién nombrado Kami asintió en silencio, cuando apenas hizo un chasquido, Ronin fue completamente envuelto por la oscuridad....
—Gracias.... — Susurro la entidad blanca antes de desaparecer— por la compañía.
— Tiempo: Desconocido. Zona: Desconocida. —
En el medio de la naturaleza, entre la noche más oscura, surgió una luz inconmensurable, un poder que brotaba lo infinito fue presenciado por el mundo, por la naturaleza, pero al cabo de uno segundos aquella luz se disipo, y una entidad resurgió de ella.
Paulatinamente abrió sus ojos, como consecuencia unas líneas extrañas se vieron reflejada en su cuerpo, especialmente en el lado derecho, brillando de un color azul oscuro, siendo una pequeña luz entre el escondido bosque, milagrosamente no había ningún humano en la zona, porque las consecuencias serían fatales si vieran a este ser humanoide brillando luminiscentemente, tal era problema, que sería visto como una entidad espectral o un fantasma.
—Hm... — en ataraxia, observo su alrededor, ignorando su desnudez, o no siendo consciente de ello. —Me ha dejado en un lindo lugar, la naturaleza.
Tras decir aquellas palabras, se dispuso a caminar, paseando por el bosque durante un tiempo, apreciando la belleza natural de este mundo; luego de eso pareció notar como el amanecer se acercaba, avisando la llegando del sol. Sin previo aviso, alguien desconocido acechaba cerca de él, sin embargo, Ronin lo ignoro, si bien fue algo estúpido de su parte, no veía al "acosador" como una gran amenaza, más subestimarlo no lo haría, sería un gran error de su parte.
No obstante, tenía objetivos importantes que cumplir. Descubrir en el que mundo había caído, y finalmente, investigar por qué no sentía sus emociones y sentimientos, era como si su propio cerebro olvidara lo que eran aquellas sensaciones que lo hacían más "humano".
— Hermano, ¿Qué ves? — pregunto el primer individuo a su hermano que veía a Ronin, teniendo en su rostro unas venas resaltantes.
—N-no... esto no es posible— murmuro en respuesta.
—¿Qué pasa, Hamura? ¡¿Qué ves?! — pregunto intranquilo y intrigado por las reacciones de su hermano menor.
—Tiene... tiene chackra — replico Hamura, y dirigiendo su mirada hacia el — El... posee chackra, me atrevo a decir que sus reservas son enormes, inconmensurable, incluso me atrevo a decir que es más poderoso que nuestra madre....
—¡¿Qué?! Eso no es posible, ¿Cómo puedes estar seguro de eso? Ni siquiera puedo sentir el chackra brotando en él, si no fuera el rinnegan, no lo creería, quizás, quizás....
—Estamos antes la presencia de un Dios — completo Hamura con seriedad. — Hagoromo, no le digamos nada a madre, estoy seguro que ella se dará cuenta con el paso del tiempo, todavía no es una amenaza, al menos no ahora, pero la próxima vez que nos encontremos con él, se educado y ten cuidado con lo que dices, un solo error y el mundo será sumido en un caos sin fin.
Hagoromo, antes las palabras trasmitidas por su hermano, asintió con seriedad, entendió que este no era un juego, ya no se enfrentaban a cualquier amenaza. No, Ya no.
Por otro lado, Ronin se encontraba apreciando a la naturaleza, observando su belleza sin apuro, ya habiéndose alejado de sus posibles acosadores, al sentir que no lo seguían, supuso que era momentáneo, pero por alguna razón sintió un pequeño escalofrió y un mal presentimiento, ignorándolo en proceso tras encogerse de hombro.
Su mirada fija en el amanecer, vislumbro sus ojos avellanos claros que, a la vista del narrador, juraría que brillaría incluso en la profunda oscuridad. Su cabello castaño claro rozando lo rubio sobrevolaba un poco por los aires, sin embargo, su expresión se mantuvo imperturbable, estoico.
Después de mirar los horizontes, se dirigió hacia un lago cercano y se vio a sí mismo, provocando una pequeña sonrisa en su rostro, disfrutando de su humanidad, o al menos, lo que quedaba de ellos.
— Supongo... que es hora de iniciar de nuevo — lanzo una mirada al cielo, disfrutando la vista mientras se echaba en el suelo.
— Paso del tiempo. —
10 años han pasado desde que llego a este mundo, muchas cosas han pasado desde entonces, su presencia había sido un problema para cierta diosa coneja, lo que obligo a Ronin, esconderse de ella y desaparecer de la faz por un tiempo, hasta tener controlado el 100% de su poder.
Caminando por la maleza, en armonía, observaba el entorno y su alrededor con cautela, sin embargo, había sentido las mismas energías de antes, la presencia de dos hermanos Ootsutsuki, hijos de la diosa coneja, aquella que le perseguía sin parar como si de una fanática loca obsesionada con su persona se tratase.
—Sé que... están ahí — expreso en voz alta a la nada con una voz madura y gruesa, mientras se dirigía hacia el horizonte —. ¿Por qué no salen? No muerdo.