Sentía su respiración justo en el cuello mientras le susurraba aquellas palabras, ¿Por qué era este hombre tan atrevido? o tal vez, ¿Por qué eso no le molestaba?
—No deseo nada, deje de decir estupideces, estar al lado de Sophie le afectó mucho.
Caden quitó las manos de su cintura y las puso en sus hombros para verle a la cara mientras le hablaba.
—¿Que demonios le pasa, por qué siempre está a la defensiva?, no debe ser dificil ser una señorita normal y comportarse con amabilidad, ser bonita no basta—.Dijo mientras la observaba con incredulidad, habia sido gentil con ella, pero su comportamiento de niña mimada empezaba a molestarle. Caden tampoco era alguien de caracter fácil.
En los labios de Ivette se curvó una sonrisa amarga, tragó saliva y se acercó a él manteniendo el contacto visual.
No se quedaría con aquellas palabras, Caden no la intimidaría. Pasó un brazo por su cuello y lo atrajo hacia ella, le demostraría que no era nada de lo que estaba acostumbrado.
—Si algo tengo claro es que mis encantos son incalculables... Pero ser amable no está entre ellos, señor Leblanc, abandone sus intentos por agradarme, todos van a fracasar—.Dicho esto se alejó dejando el baile a medias.
Ivette habia sido totalmente desagradable al ridiculizar a Caden en medio de tanta gente, algunos actuaban como si no hubiesen escuchado nada y otros murmuraban por lo bajo. Sería un hecho que aquel suceso se iba a volver el tema de conversación de todos.
La observaba alejarse, aquella mujer hermosa era más letal que el veneno de cobra, cuando se trataba de palabras.
«Voy a doblegar tu altanería, puedo apostar todo lo que tengo». Pensaba mientras sé abria paso para llegar hasta Addie y Anna, volvería a casa de inmediato.
—Es hora de volver a casa, deben estar cansadas.
Addie aprovechó la oportunidad y sé acercó a él agarrando su brazo.
—Así es, el dia ha sido agotador, pero antes pasemos a despedirnos de aquella familia que nos presentaste, me han parecido encantadores.
Asintió con la cabeza y las invitó a caminar a su lado, era imposible negarle algo a Addie. Al otro lado de la zona donde sé encontraban estaba Ivette, parecía tener una discusión con sus padres, y no cualquier discusión, por sus gestos la situación parecía incomoda, Caden casi podia imaginar de qué iba el problema.
Mientras se acercaba ellos iban guardando silencio, y recuperaban la compostura de familia decente.
—Ha sido agradable encontrarles, volveremos a casa. Las señoritas están cansadas y yo no tengo nada más que hacer por aquí, aún no sé si pueda asistir a la boda, mi padre dejó muchas cosas pendientes que debo arreglar—.Dijo con despreocupación, hizo todo lo posible por hacer notar su desinterés en la voz.
Ivette se abanicaba delicadamente haciendo caso omiso a sus palabras, se acercó a Sophie cpmo si fuese a decirle algo pero tenia toda la intención de que Caden la escuchara.
—Me parece bien que no asista, será una celebración solo entre familia y amigos intimos, así que su precencia no es requerida. ¿No te parece?
Observaba a Caden desafiante. Él le devolvió la mirada.
«Dos pueden jugar a esto, lo llevaremos tan lejos como sea posible» Pensó mientras la miraba creyendose que habia ganado y a penas empezaba este juego de quien es más orgulloso.
—Oh, sería una lastima no tenerlos con nosotros—. Eva miraba a sus hijas con desaprobación, el rechazo de Caden habia sido culpa de ellas.
—Aunque pensandólo bien será un gusto ver a mi viejo amigo Roger déspues de tanto tiempo y justo el dia de su boda—Ivette lo fuminó con la mirada al escuchar aquellas palabras.
Caden sonrió triunfante y se dio la vuelta.
—Parece que hoy se han puesto de acuerdo para ridiculizar su familia, Sophie no deja de decir estupideces sin pensar, Ivette es quien deberia dar ejemplo y ha hecho la mayor tonteria, superando el ofensivo comentario de Sophie—.Gregor estaba enfuerecido, tener amistad con los LeBlanc era un avance, las cosas no iban bien, hacer negocios con ellos significaba equilibrar su estado economico.
—Lo siento padre, no pensé que fuera malo no parecer una urgida—. Estaba cansada de que siempre la obligaran a fingir amabilidad solo por una posible propuesta de matrimonio.
Disimuladamente su padre la agarró del brazo con fuerza, la rabia crecía en él, la actitud de Ivette habia hecho que muchisimas personas importantes de la nobleza negaran su ayuda para el negocio de vinos de la familia, todos se acercaban a ella y ella solo los espantaba a propósito.
—Estoy harto, mi paciencia llegó al limite, puedes ser todo lo descortés que quieras pero eso no evitará que antes del otoño ya estés casada, ultimamente he sido muy blando contigo y eso es lo que te tiene así, pero se acabó, cuando pase la boda de Roger te presentarás en la sociedad y yo aceptaré cualquier pedida de mano—Ivette lo miraba con los ojos empañados, su padre estaba siendo cruel, habia recuperado aquella actitud de siempre, solo lo habia visto siendo empatico una vez, esa horrible vez...
—Me está lastimando padre.
Eva queria interceder pero eso haría las cosas peores, Gregor enfurecería y eso causaría problemas por bastante tiempo.
No pudo evitarlo y se puso a su lado, indirectamente interrumpió lo que sucedia.
—Querido esposo, dejemos esta comversación para cuando estemos en casa, ya los sirvientes tienen listos los carruajes, deberiamos ir saliendo ya de aquí.
Gregor soltó a Ivette sin quitarle la mirada, habia pasado por algo horrible pero ya era hora de pasar pagina y ayudar a su familia que siempre hizo lo posible porque nada le faltara, era su turno ser una buena hija y retribuir el favor.
Habian dos carruajes, uno para los sirvientes y otro para la familia. Marie ya sé habia marchado con sus padres.
—¿Te hizo daño?—Habia preocupación en la voz de Sophie, habia visto todo lo que dijo e hizo su padre. Fuera de que solía decir tonterias amaba a su hermana y odiaba que las cosas tuvieran que ser así.