Gregor estaba traspasando los límites iba en serio eso de casar a Ivette lo más pronto posible, ¿pero con Dawson? , nadie podía entender como fue que hicieron esos planes, solo Eva.
De rodillas en el suelo con la mirada cansada y el pecho lleno de decepción, no le cabía duda de que en el momento que pidió la ayuda de Dawson, este la traicionó avisando a Gregor. ¿La recompensa? , entregarle a Ivette como esposa.
Nadie decía nada, todos observaban las caras de Dawson y Gregor, era más que obvio que tenían planes, algo muy raro porque ninguno toleraba al otro.
Como si nada hubiese pasado, todos fueron a dormir o acostarse mejor dicho, después de lo que habían presenciado era imposible conciliar el sueño.
Como era de esperarse Gregor ordenó que tres sirvientes pasaran toda la noche vigilando la puerta de la habitación de Ivette, a pesar de que la había amenazado no se fiaría, debia tenerla vigilada al menos hasta el día siguiente, cuando se uniera en matrimonio con Dawson.
Sophie pidió dormir junto a Ivette, pero Gregor no vaciló en negarle su petición, de ninguna manera iba a consentirlas, no las premiaría por mal comportamiento, aunque Sophie no era una hija desobediente, era posible que eso cambiara al ver las acciones de aquella hermana a quien admiraba tanto.
-Esto es malo, muy malo -. Dijo Sophie entre suspiros y se retiró a su habitación, últimamente estaba más cansada de lo normal.
«Que error ese de pensar que solo porque sea tu historia terminará bien, ahí es donde nos equivocamos».
Con el cielo nublado, la brisa fría y el cantar triste de los pájaros empezaba un nuevo día, un nuevo día donde de nuevo alguien más decidía que pasaría con la vida de Ivette, y no solo con la suya, también con la de su hijo.
Pareciera como si el día también estuviese triste por aquel destino horrible, de solo mirar por la ventana se podía notar la pena.
En sus aposentos, nuevamente Rossabel ayudaba a Ivette a vestirse, como la primera vez, con la gran diferencia de que Eva no las acompañaba a lo mejor ni a la boda podria ir, estaba demasiado golpeada para usar vestidos, pasaría muchos dias así.
Con la fachada de familia feliz, todos esperaban abajo, ya estaba lista la inesperada ceremonia.
Dawson estaba eufórico se sentía tan feliz, estaba seguro de ahora jamás perdería a Ivette.
Sophie permanecía sentada dándole miradas de odio a todos, incluyendo a Rose, por el solo hecho de que se notara feliz ya era motivo para aborrecerla.
Aquello parecía más un funeral que una boda, solo Dawson tenia una pequeña sonrisa.
Bajando lentamente las escaleras, Ivette recorrió todo el salón con la mirada, pudo notar la ausencia de su madre, no le sorprendió.
Como si nada, Dawson le ofreció su brazo, moría por rechazarlo, pero de nada le serviría, en pocos minutos sería su esposa.
No era una ceremonia común, mientras más rápido ocurriera, mucho mejor. Rose estaba en una esquina agarrada del brazo de su padre.
Dawson esperaba junto al padre Martin y Sophie en todo menos en poner atención.
Antes de que empezara, Ivette pidió hablar con el padre en privado, por increible que parezca Gregor no rechazó su petición y le permitió que hablen a solas.
Mirando hacia atrás en cada momento, Ivette condujo al padre Martin al balcón con vista al jardín.
—Padre — dio un beso en su mano como símbolo de respeto y en seguida empezó a hablar, no tenía mucho tiempo, y si se tardaba lo más probable es que el mismo Gregor fuera a buscarla —No puede permitir esto, hace solo un mes yo estaba conviviendo con otro hombre, además estoy encinta.
Sin la más mínima expresión de sorpresa el padre Martín acarició la mejilla, Ivette no entendia nada.
—Precisamente por eso debo hacerlo, ¿Sin apellido qué futuro le darías a tu hijo? Además traerías la vergüenza a tu familia.
Era inútil, hablar era inútil, absolutamente todo era inútil en ese momento, se casaría con Dawson de cualquier forma, nadie estaba de su lado.
Aún con todo eso no perdía la esperanza, hallaría el modo de escapar, esta vez saldría de Inglaterra e iría directamente a Francia en busca de Caden, correrían todos los riesgos, pero juntos como la familia que pronto serían.
—Entiendo, es su deber mantener estas cosas en secreto —. Como si no hubiese pasado nada volvieron al salón.
Siguiendo todos los pasos de cualquier otra boda, al fin el padre Martin los unió en sagrado matrimonio, a la hora de los votos Ivette quiso decir algunos insultos tanto a Dawson como a su padre, pero logró contenerse, no le convenía hacer enojar a su padre.
Le asqueaba como ahora debía tener el sucio apellido Miller, todos la llamarían así.
Con una sonrisa llena de hipocresía, Rose trató de felicitarla, al momento en que le dio un abrazo Ivette se quedó inmóvil haciéndola quedar en ridículo. Gregor también quiso abrazarla, pero ella le insistió a Dawson en que se fueran, era la forma de ignorar a su padre por completo.
—Deseo que Sophie me acompañe durante unos días —. Si la tenía cerca se sentiría mejor.
—No lo considero necesario, Sophie debe quedarse aquí —. Dando un sorbo a su bebida, Gregor la levanto como haciendo un brindis.
—Escuche bien, padre. Puede que no ame a Dawson, pero se como manipularlo, Sophie se va conmigo o me encargaré de que no reciba ni una sola moneda, la decisión está en sus manos, si acaso duda, puede ponerme a prueba y sabrá que puedo ser tan despiadada como usted —. Se fue alejando poco a poco hasta quedar viéndolo a los ojos.
Al menos este matrimonio no era tan malo, con el tiempo convencería a Dawson de dejarla ir, la quería demasiado, jamás se negaría a nada de lo que ella le pidiese.
—Ordena que arreglen sus cosas, puede ir contigo —. Gregor estaba totalmente serio, le ardia el pecho solo de no poder negarse a aquel chantaje, pero con lo estúpido que estaba Dawson, se dejaría manipular de Ivette fácilmente.