El lunes, de nuevo a la rutina, esta Joan parado en el fondo de su curso cuando vienen a buscar a Estefania, ella lo saluda y se va junto a ellas, se acerca Nicol y Nicolás a él.
—¡Así que seguiste mi consejo!
Le dice mientras le da palmadas con bastante fuerza en la espalda, Nicolás la saca de encima.
—Dejalo, no ves que esta sensible.
—Gracias.
—De nada.
Nicolás sonreia mostrando sin esfuerzo aquella felicidad porvocada por sus palabras.
—Le decía a tu hermana.
—De nada, pero si me quieres pagar lo recibire con gusto.
—No, nada de eso.
—¡Que tacaño! ¿Quieres que té diga algo? Esa chica que no tenia lentes la veo muy raro, porque te ve con lujuria.
—¿Lujuria? No, estas equivocada.
—Yo solo digo, es rara esa chica.
Se arrima mas Nicolás hacia a él para que Nicol no los escuche.
—Hoy tengo una cita.
—Que bien, te felicito.
—Necesito que vengas conmigo, es una cita doble.
—No estoy seguro.
Nicolás le agarra las manos y las lleva hasta cerca de su rostro, podía sentir el aliento en las puntas de los dedos.
—¡Por favor! No tengo amigos con los que contar.
—Si, hay varios, no soy el único.
—Pero ninguno tan lindo y con un corazón tan grande como tu.
—No vas a convencerme así.
—¡Por favor! Necesito tu ayuda, no dejes solo a un amigo.
Nicolás lo miraba y trataba de trasmitir todas las emociones, trataba de dar pena y asi aflojar su corazón.
—Bueno, pero me vas a deber una.
Nicolás lo abraza con fuerzas mientras le dice gracias, Joan miraba su banco entre medio del abrazo de él y ve que Nicol esta buscando algo en su mochila.
—¡¿Que haces?!.
—Estoy buscando algo de valor para cobrarme el consejo maldito tacaño.
Él se aproxima a ella para sacar su mochila de aquel peligro que habia provocado Nicol.
Luego de las clases Joan sale del colegio acompañado de Estefania, Camila y Karen.
—¿Enserio no quieres venir con nosotras?
Le pregunta entusiasmada Camila con la ilusión reflejada en su mirada que él cambiara de opinión.
—No ens...-
Detrás de él llega Nicolás y lo abraza por el cuello.
—Perdón chicas, pero él tiene una cita conmigo, así que vayanse, dejenlo tranquilo.
Agregaba los gestos con las manos para que comprendieran a la perfeccion que su deseo es que se vayan, ellas despiden a Joan con una sonrisa mientras que a Nicolás las observaba con orgullo, ya que era elegido para invertir tiempo de su vida.
—¿Quien era esa chica que estaba con el pelo atado?
—¿Se llama Camila, por?.
—¡Que linda es!
—¿No tienes una cita hoy?.
—Pero no me impide ver la belleza de una chica. ¡Vamos!
Llegan a un parque y se quedan a la espera de las las chicas que serían su compañía.
—Tienes que estar tranquilo Nico.
Él esta sentando y agitando su pierna de arriba abajo mientras juega con sus manos, era notorio que los nervios habían ganado, se hacía visible en sus gestos.
—¡No puedo estarlo! ¿Si no vienen?.
—Si no vienen te invito a jugar en el cyber.
El tiempo pasaba y ellas no venían, la ansiedad comenzaba a aumentar, las ideas se hacian presente, el miedo lo abrumaba y no lo dejaba pensar con claridad, estaba encerrado en su imaginación y se engañaba a sí mismo con ideas para que el sentimiento de angustia se vea tapado.
Dos chicas se paran enfrente de ellos, esto hizo que Nicolas vuelva a la realidad en un instante, se ponen de pie y las saludan, Nicolás presenta a Joan mientras le regalaba la sonrisa mas genuina.
Luego de este acto de cortejo se van todos juntos, conversan mientras comen en una cafetería, se llenan los oídos de palabras memorizando todo lo que llegaban a escuchar, se pasan horas hablando, el silencio jamas aparecio, era un espectador a los lejos, el sol se va escondiendo de apoco dejando un tilde naranja que se mezclaba con las luces que se comenzaban a prender por la hora que era, todos de acuerdo deciden irse del local y caminar ya que la noche le regalaba lo mejor de si.
Por otro lado se encontraba Estafiana con sus amigas comprando helado, ella sale de ahí abrazando el helado con sus dedos, comienza a mirar a su alrededor para distraerse, en un momento ve una silueta familiar, su vista estaba segura que la conocía, se va aclarando y se da cuenta que esa figura que se paseaba enfrente de ella era Joan que estaba caminando al lado de una chica que lo tomaba del brazo, al ver esa escena su pecho se oprimía y comenzó a sentir un vacío, un gusto amargo, acompañado de una incomidad que no se podia describir, es como si ellos caminaran en camara lenta, vuelve en si cuando se da cuenta que su helado se le había resbalado de la mano.
—¿Ohh Tefi que paso?
—¿Eh?
-Tiraste el helado.
Ella inclina su cabeza y ve que todo el helado había quedado en el suelo.
—Perdón.
Lo dice como si estuviera en automático, sin gesto, estaba con su mirada perdida.
—¿Hey Tefi estas bien?
—Si, solo me siento mal, me duele el estomago.
Ambas comienzan a pensar de que pudo haber causado ese malestar en cuestión de segundos, pero no logran entender.
—¡No se que me pasa!
Ellas la invitan a sentar para que pueda recuperarse.
—Sientate, estas mareada y palida.
—Talvez te haya hecho mal el helado de ese viejo verde.
Joan y Nicolás caminan dirigidose hacia la parada de colectivo.
—No puedo dejar de pensar en Cami.
—¿No acabas de terminar tu cita?
—Si, pero no me cayo muy bien.
–¡¿Y para que me arrastraste a esto?!
—Quiero hacerme amigo de Cam...-
Joan le da un suave golpe en su cabeza haciéndolo callar.
Llegan a la parada de colectivos y ambos se despiden con un abrazo.
—Me voy a casa.
Él le da la mano y le aprieta con fuerza mientras lo miraba fijo a los ojos con la mejor sonrisa.
—Gracias, enserio, eres un gran amigo que me llena de orgullo el pecho, por ser tan compañero, sincero, si tengo que agradecerte me lleva...-