En casa de Joan.
Él se encuentra solo, esta tirado en el sofá del living mirando televisión, mientras observa con angustia el reloj que se movia a paso de los segundos.
Sus sentidos se alertan al oír que alguien toca la puerta, se levanta con fatiga y abre, se lleva una gran sorpresa al ver quien estaba parada enfrente era Estefania.
—¿Q-Que hace aqui?.
—Estaba de paso y quise visitarte.
—Tu casa queda en la otra punta.
—Tenia sed y quería agua.
—¿Y por eso caminaste mas de veinte cuadras?.
—Bueno, solo venimos a comer.
Ella pasa por debajo del brazo de Joan, él se queda pensando mientras va cerrando la puerta que dijo "Venimos".
—¿Vienes sola?.
—No, esta Nico afuera.
Él abre rápido la puerta y ve que se encontraba parado, lo hace pasar y cierra la puerta.
—Perdon que hayamos llegado así, es que ella me va hacer el favor de presentarme a Cami si a cambió la traía a tu casa.
—¿Por que faltaste hoy?.
En el rostro de Estefania se reflejaba su miedo a la respuesta que recibiría a su duda.
—No tenia ganas de ir, tenia mucho sueño. Sientense que les preparo algo de comer.
Los dos toman asiento a la espera de la comida, ellos sacan de su mochila una bebida que habían comprado en el camino y la posan sobre la mesa, él trae una picada, pan y lo apoya sobre la mesa.
Comienzan a comer y se van los minutos, luego de un falso almuerzo y de conversar se relajan sobre la silla, Nicolás se levanta y se va al baño con permiso y direcciones de Joan, los dos se quedan solos y en silencio.
—¿Quieres que te cuente un secreto?.
Ella afirma con intriga con cada movimiento.
—Con la chica que me arreglaron la cita en realidad ella gusta de Nicolas y con la chica que salió, solo lo hizo para que ella estuviera mas cerca de él, ella me confesó esto.
Ella no sabe porque pero empezó a sentir un alivio enorme con cada letra que formaba la palabra, sintió un peso liviano, ese gusto amargo desapareció, empezó a sentir un cosquilleo en el estomago, ni ella misma sabia porque se sentía así, pero estaba feliz de dejar ir ese malestar que la estuvo frenando, esta vez era distinto, al oír la versión de Joan ya daba por cerrado y su cabeza logró relajarse seguido de su corazón.
Luego de contarle la anécdota se quedan callados mirando a su alrededor, ese silencio tan incomodo se interrumpe con los gritos de Nicolás:
—¡¡¡PAPEL!!! ¡¡¡¿DONDE ESTA?!!!.
Joan se levanta mientras se reía, luego de unos segundos vuelve al comedor, toma asiento y mira fijo a Estefania.
—¿Por que est...-.
—No estoy enojada, solo parece que tuve un mal día.
—¿Te parece si volvemos a ser como antes?.
—¡SI!
Se levanta exaltada, en su rostro resplandecio su sonrisa, al darse cuenta de esta accion se vuelve a sentar avergonzada, trataba de ignorar lo que habia pasado hace unos segundos, debajo de la mesa refriega sus manos para aliviar el estrés, miraba sus piernas para distraerse y fingir que se había esfumado.
—Perdón.
Ella le dice esas cálidas palabras que reflejaban lo arrepentida que estaba, en ese momento llega Nicolás a puras carcajadas, la palabra que ella había pronunciado iba quedando poco a poco en el olvido, se iba tapando de frases que armaba Nicolás.
Al ver que el sol ya se estaba yendo y traia la noche deciden irse, antes que la luna hiciera presencia.
—Quedate tranquilo que yo la acompaño, estará a salvo.
—Perdón por venir sin avisarte.
—No importa, vengan cuando quieran.
—¿Mañana vuelves a ir al colegio?.
—No te preocupes, mañana no estaras sola.
Ellos dan media vuelta y se van del lugar presumiendo sus espaldas mientras que desde atrás lo perseguían sus sombras.
Al día siguiente, todo transcurre normal, el mismo saludo, la misma compañía, misma conversación, todo había vuelto a la normalidad.
La hora de receso habia llegado, Estefania que siempre se iba esta vez decidio quedarse en el curso, Ella observa con intriga en sus ojos a Joan, mientras que él se quedaba perdido en sus pensamientos unos instantes y seguía hablando con Nicolás.
En el receso para almorzar, Joan se va junto a Nicolás y Nicol hacia afuera, él nota que Estefania estaba sola, así que la invita para que coma junto a ellos, salen afuera en busca de un buen lugar cómodo, hasta que logran ver uno.
De camino Joan le pregunta.
—¿Ya alcanzaste tu meta? De tener amigos.
Ella solo se regala tiempo para un suspiro y sin tituvear le responde.
—No, aun no, quiero tener mas amigos, muchos, aun falta.
—Bien, parece que tenemos mucho por recorrer.
Todos se sientan bajo de un pequeño árbol que a grandes fuerzas le prestaba su sombra.
Comienzan a comer, todo parecía estar normal, pero Estefania notaba que Joan miraba a cada segundo su celular con temor y se forzaba a estar bien, ella comienza a picarle con una rama que encontró en el suelo para llamar su atención, luego de unos segundos molestandolo obtiene su recompensa.
—¿Que pasa?.
—¿Estas raro, que pasa? No eres el mismo.
—¿Raro? No lo estoy, ¿Que te hace pensar eso?.
Se lo decia mientras reia, reflejando su bienestar emocional.
—¡Enserio! No estas bien.
En esas palabras aplico sin darse cuenta mas volumen llamando la atención de los demás.
—¿Que pasa chicos? ¿Por que tanto misterio entre ustedes?.
—¿Eh? Nada, nada, no pasa nada.
Se notaba los nervios de Joan al hablar, algo queria ocultar, pero se ve traicionado por si mismo.
—¿Estefi que pasa?!
Dijo Nícol.
—No se, lo noto muy raro.
—Que buen ojo tienes, yo no me di cuenta, así que comienza hablar.
Él comienza a mirar a su alrededor tratando de que su mente se pusiera en blanco, pero las miradas de ellas lo hacen poner mas nervioso.
—Chicas, si no lo quiere contar debe ser por que es algo muy duro para él, deberían dejarlo en paz.