El Silencio De Los Deseos

Domingo. Parte. – 3.

De caminó a la cafetería.

Joan esta algo nervioso, se le nota en su mirada, no levantaba su mirada, el silencio era su compañía, estaba desconectado de la realidad, como si estuviera planificando el guión para la escena que le esperaba

Llegan y ellos levantan su mano para indicar su posición, toman asiento bajo las miradas tan agradables de ellos, cuando le sirven lo pedido comienza la charla recordando viejos tiempos, anecdotas vividas en primera persona y vista por ellos, así es como el tiempo pasaba, Joan no hablaba mucho, se sentía incomodo, como si no perteneciera a ese lugar, los minutos se transformaron en horas, él se pone de pie y se va al baño con disimulo, quedan ellos seis sentados y la atmósfera cambia radicalmente.

—Menos mal que vinieron ustedes, si no nos aburriríamos, ahora que él no esta, ¿No le molesta su presencia?.

Estefania y Nicol se miran tratando de buscar alguna explicación de lo que acababan de oír, se sentía surreal

—¿Disculpa?.

Nicol se acerca unos leves centímetros a ellos para tratar de escuchar mejor.

-Nosotros solo vinimos a visitarlo por que la madre nos pidió, nos harto, por eso accedimos a venir, si no, no estaríamos aqui, ¿Él sigue siendo el mismo tonto que no habla con nadie? ¿Sigue siendo el mismo antisocial que era?.

Deja una pausa pausa para dar a lugar a su risa, que al parecer la estuvo aguantando desde el inicio de su oracion.

—Cuentenos las estupideces que hace, él es un idiota, siempre quería estar cerca de nosotros, no se quería despegar.

Todos comenzaban a contagirse de la risa de aquel que inicio este tema de conversación, mientras Estefanía y Nicol estaban obsevandolos tratando de deducir que estaba pasando, que fue lo que cambió.

—¿Quieren que les cuente algo? Sus padres se separaron por que su padre era gay, seguramente también lo sea y por eso queria estar siempre cerca de nosotros.

Lo dice mientras se ríe con su risa burlista que las hacia enfadar mas y mas.

—Siempre estaba solo, el idiota quería acercarse a hablar con alguien con conversaciones tontas, hace unos años que no nos veíamos, pero parece ser que sigue siendo el mismo imbécil de siempre ¿A ustedes que les dijo la madre para que sean sus amigas? Por que no te creo que el haya hecho unas amigas tan bonitas como ustedes por mérito propio, quiero decir, no hay nadie que aguante más de diez minutos con él.

Nicol y Estefania miran la mesa mientras se remuerden de ira con cada palabra que armaba, estaban llenas de ira.

—No importa el tiempo que pase, él seguirá siendo el mismo idiota que era, con su personalidad no hará amigos nun...-

—¡¡¡YO SOY SU AMIGA!!!

Estefania lo grita mientras apoya sus manos en la mesa con la cabeza agachada, el pelo corto escondía sus expresiones bajo ese velo negro, todos se quedan atónitos con la mirada puesta en ella.

—Callense, ustedes no lo conocen, no saben como es realmente, no finjan conocerlo por que no es así, yo se muy bien como es él y no necesito de tus estúpidas palabras para alejarme o acercarme mas.

Lo dice con su cabeza agachada, en ningún momento levanto su mirada, jamas tuvo el lujo de ver las expresiones al oir sus palabras, pero asi esta bien, no necesitaba verlos para aumentar su moral, fue un acto de reflejo debido a la ira que acumulo con los dichos de esta persona desconocida.

Nicol veía con una pequeña sonrisa, estaba hablan por las dos, ya que tuvo el valor de hacerles frente, eso creía hasta que presto atencion y se dio cuenta que ella estaba temblando, apesar de tener miedo que era más que notorio, convivir con una personalidad fría toda su vida y golpear a los demas sin titubear ella seguía siendo humana, su corazón latía con ritmo, sentía al igual que todos.

Esta fue la primera vez que la sintió de esta forma, su vista había cambiando y llegó aceptar que estaba equivocada sobre ella.

—No voy a permitir que hables así de él.

—Quien crees que eres para hablarme asi.

Se levanta exhaltado y antes de acercarse a Estefania, Nicol le tira con un vaso de gaseosa en la cara haciéndolo retroceder.

—¡No la vas a tocar!.

Estefania levanta su cabeza y ve entre su velo negro a Nicol que estaba parada cubriéndola.

—Como le vas a tirar con eso en la cara.

Otro se pone de pie y va dirigido hacia ellas enfurecido, pero antes de tocarla cae contra la mesa a causa de una patada en su cadera que le había dado Joan, otro del grupo se levanta y él lo vuelve a sentar con un golpe directo en su cara.

-No las van a tocar.

Todo el local se queda en silencio mirando la escena.

-¿Te vas a poner de pie? Saben bien que no soy el mismo.

Uno que salio ileso de todo se pone de pie.

—Va a ser mejor que nos vayamos imbéciles.

Todos se ponen de pie y se van del lugar sin girar su mirada.

Luego que se fueran Joan pide disculpas a gritos a todo el local y gira rápidamente para verlas.

—¿Están bien chicas?.

Ambas responden con movimientos, Joan le pide disculpas al encargado y paga de mas.

Los tres salen del local, Joan camina con una mirada triste y perdida mientras Nicol lo mira con culpa en sus ojos.

—Perdón Joan, no sabia que ellos eran así, yo te obligue a venir, lo lamento mucho.

Él posa su mano en su cabeza para acariciarla y aliviar aquel malestar que tanto la molestaba.

—Esta bien, me hacia falta un golpe de realidad.

Esas palabras no calmaban la culpa que la remordía por dentro, pero la hacia descansar de un peso menos.

Ellos caminan hasta una plaza donde Joan les pide que descansen por un rato, ellas aceptan de inmediato y se sientan en una banca bajo el tibio sol que se iba escondiendo.

—¿Saben? Todo lo que le han dicho de mi es verdad, yo era así tal como ellos me describieron, estaba desesperado por encajar en un grupo, tener mis amigos y compartir lo que ambos nos gusta.



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En el texto hay: romance, amor, amitad y amor

Editado: 03.03.2025

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