El Silencio De Los Deseos

Culpa. Parte. – 1.

Joan esta rodeado en su curso por Estefania, Nicol y Nicolás.

—¿Ya, podrían tranquilizarse?.

—¡¡¡No puedo, estoy que reviento de ira!!!.

—Deberías estarlo, si todo esto fue culpa tuya.

—¿Que dijiste Nicolás?.

—Si no hubieras insistido en llevarlo, Joan no estaría con el corazón roto.

—Yo estoy bien chicos.

—¡Eso no te importa! También fue tu culpa por que no estuviste para apoyarlo.

—¿Deberíamos hacerles algo?

—¿De que hablas Estefi?.

—Podríamos fingir un accidente para que sufran, ¿Alguien tiene un auto?.

—¿Yo tengo una bici, sirve?.

—Con eso bastará para armar la escena y pisarlos, así le haremos daño.

—La bici solo le hará raspones.

—Que luego serán mal curados y se le infectaran hasta llegar a apuntarles las piernas.

—¿Eh? Chicos basta, enserio, estoy bien, estoy acostumbrado.

—¿Enserio no quieres que fingamos un accidente?.

—Si, estoy muy seguro.

—Bien, mi oferta seguirá en pie si cambias de opinión.

—No voy a cambiar Estefi.

—¿Que les parece si a la salida vamos a tomar algo? ¡Paga Nicolás!.

—Yo no voy a poder ir, tengo que trabajar.

Nicol deja un silencio mientras lo mira por encima de su hombro.

—Paga Nicolás por haberle fallado a Joan.

—¡¿Que?! Y tu que haras por fallarle?.

—Regalarle mi presencia.

Ellos siguen hablando mientras planean lo que harán cuando salgan del colegio, cada detalle, para que Joan la pase lo mejor posible dentro de las posibilidades.

Las clases terminan, el pequeño grupo se arrima a Joan para que se fuera, una vez que guardaron sus cosas sale con destino a un parque, pero en la puerta de salida había un chico parado de aspecto conocido, mientras se acercaba a su posicion su imaginación lo iba reconocido hasta darse cuenta que era uno de los amigos de Joan.

—Sueltame, voy a matar a ese maldito.

—¿Tranquilizante Nicol, no ves que esta solo?.

—No me importa, él fue el único que salió ileso, Sueltame!.

—¡No, Estefi ayudame!.

—¿No hay una bici cerca?.

—¿Que? Tu también.

El chico se acerca a ellos y con mucho carisma los saluda, su sonrisa era de lo más natural, sin ningún peso, ni remordimiento.

—¿Podemos hablar?.

Lo mira a Joan mientras que detrás Nicol lucha para zafarse de los brazos de su hermano.

—¿A solas?.

Antes de que Joan responda Nicol habla por él.

—No tiene nada que hablar contigo imb....-.

Nicolás le tapa la boca para hacerla callar.

—A solas.

—Maldito.

Joan acepta la invitación, todos se sorprenden y Nicol estaba a mil grados, clavaba su mirada en aquel joven que lo estaba llevando.

—¿Joan, estas seguro?.

Nicolas le pregunta con una mirada que eeflejaba su preocupación, estaba seguro que no saldría bien, Joan le responde con una sonrisa, tratando de aliviar el malestar de todos.

—Si, no se preocupen.

Los dos se van hacia un parque donde puedan hablar tranquilos, toman asiento en una banca de madera.

—Quería pedirte perdón por las actitudes de ellos, se que estuvieron muy mal, creí que habían mejorado, pero siguen siendo los mismos estúpidos de siempre.

—No importa, me hacia falta ver la realidad y darle frente a mi pasado que tanto quería olvidar, esto me hizo pisar más fuerte el presenté.

—La verdad no te entiendo, pero me alegra que sigas siendo el mismo de siempre, aunque cambiaste un poco seguís manteniendo ese brillo.

—¿Cuando se vuelven?.

—Esta noche nos vamos, tenemos todo listo.

Él se pone de pie mientras estira su cuerpo para que su fatiga se vaya.

—Bien, me voy, talvez esta sea la despedida que no te pude dar cuando te fuiste.

Joan se pone de pie, al estar a la misma altura estira su mano para cerrar un siclo, pero aquel joven lo abraza con fuerza mientras se ríe.

—Yo si te considero uno de mis amigos.

Esas palabras crean un nudo en la garganta, mientras su pecho se oprimía, nunca creyó que lo consideraba su amigo, jamas se imagino esta escena, no había mas hojas en las cual escribir, pero aún así se había creado un espacio en aquel libreto estropeado que había dejado en la basura cuando abandono aquella ciudad, si tan solo supiera que él siempre lo considero así y que lo defendía de los rumores que se creaban de él, está escena no lo hubiera tomado de sorpresa, pero aquel joven creyó que lo mejor era hacerlo desde la sombra, nunca sabremos con certeza el porqué de aquella decisión, ojala tuvieramos ese lujo para comprenderlo.

Pero que más da, ya estaba hecho, así se dieron las cosas y ahora solo quedaba disfrutar de sus últimos momentos, luego de aquí no sabrán si la vida les dará otra oportunidad de volver a ver.

Alex M. Martínez



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En el texto hay: romance, amor, amitad y amor

Editado: 03.03.2025

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